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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

¿Y dónde están?

Luisa Pernalete

Inicialmente el título de esta carta era “No me quiero acostumbrar”: es lo que pienso cada vez que me entero de la muerte violenta de algún niño, niña o adolescente. No me quiero acostumbrar a esas que llamo “muertes anticipadas”, como la de ese adolescente de 12 años asesinado en la parroquia Vista al sol de San Félix. O el del joven estudiante baleado en la Parroquia Pozo Verde, km. 16 vía el Pao, asesinado “por equivocación”. Estamos pues en una sociedad equivocada, porque en vez de proteger a sus ciudadanos se les mata “por error”.

Me digo que no quiero acostumbrarme a que estos hechos sean “normales”. Pasan por mi cabeza los rostros de tantos niños y niñas que conozco de esas edades y me digo, con indignación, que esas no son edades para morir. Eso no es normal. Por ahí iba mi carta, pero cuando vi los datos aportados por mis amigos de CECODAP – 576 homicidios de niños y adolescentes en un año – más de 16 aulas de clase, empecé a hacerme preguntas. En esa cifra no van los de este año en curso. ¿Cuántas aulas mas han quedado vacías? El adolescente muerto que relaté al principio tenía apenas 12 años y era de los Criollitos. Recogía latas para pagarse sus gastos en la escuela de beisbol, como otros adolescentes que conozco. No me acostumbro a este parte de guerra semanal, menos cuando las víctimas son de 12 años. No es edad para morir, por eso me surgen preguntas.

¿Dónde están las Políticas Públicas para proteger a nuestros niños y niñas contra la violencia? Hablo de Políticas Públicas: planes a corto, mediano y largo plazo, recursos, monitoreo, resultados. Políticas Públicas pues, no operativos ni acciones espasmódicas. ¿Dónde están las guarderías o los Simoncitos, suficientes – no unos cuantos- , para qué los pequeños sean atendidos mientras sus madres salen a trabajar fuera de sus casa? (porque dentro trabajan todos los días); ¿dónde están los centros de educación inicial cerca de los hogares, como lo establece la CRBV? ¿Dónde están las defensorías con los recursos requeridos? ¿Dónde están los planes vacacionales y el derecho a la recreación garantizados para que nuestros adolescentes no sean captados por las bandas, ante tanto tiempo sin estudiar ? Planes de recreación permanentes no espectáculos por el día del niño y 364 días en el desierto. ¿Dónde está el principio de Prioridad Absoluta contemplado en la CRBV y en la LOPNNA?

Puedo comprender que la será la sra Rina, que apenas lee, no sepa qué es eso de Prioridad Absoluta, pero no lo puedo aceptar de los fiscales, funcionarios altos y medios, defensores, miembros de los Consejos de Derechos, Alcaldes, Gobernadores, no sepan que ese principio obliga a destinar recursos suficientes para que los niños y niñas y adolescentes sean protegidos de manera integral. ¡No me vengan con que no hay recursos!

¿Dónde están los centros de orientación familiar con especialistas para que padres, madres y educadores puedan acudir cuando tienen niños con problemas? Se señala a las madres, negligentes, les dicen, ¿ y dónde están los planes de formación para ellas? ¿Dónde está la prevención? ¿Cuánto vamos a tardar para declarar Alarma Roja? ¿Cuántos más deben morir?

Finalmente, ¿Dónde estamos nosotros, las personas de buena voluntad – y deberíamos invitar a los de mala voluntad también -¿ Dónde está la sociedad indignada ante tanta muerte?. Todo el mundo tiene un hijo, un nieto, un sobrino, un alumno, ¿Dónde estamos para exigir de manera vigorosa un plan de protección para nuestros niños, niñas y adolescentes?

Foto cortesía de Fundación TAAP

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