Francisco Valencia, presidente de Codevida, está dispuesto a hacer una huelga de hambre para evitar que más pacientes crónicos como él, fallezcan por falta de medicamentos en Venezuela. Imágenes dan cuenta de la dramática situación y pueden herir la sensibilidad
Ramón Antonio Pérez
¡No quiero morir! ¡No quiero morir! (…) Confío en Dios, porque no podemos contar con un Estado sordo que cada día se burla de los venezolanos”. La dramática expresión es de la señora Elizabeth Salazar, una venezolana de 63 años, que padece un cáncer ductual en su mama izquierda, diagnosticado desde hace ocho meses en el Oncológico Padre Machado de Caracas. Salazar, como miles de pacientes crónicos, sufre ante el desabastecimiento de medicamentos e insumos que existe en Venezuela.
“No he podido realizarme las diez secciones de quimioterapia, lo cual pone en riesgo mi vida”, decía la mujer ante los periodistas, acompañada de su esposo Luis Rafael Escobar Ugas, presidente de la Fundación para las garantías, prevención y defensa de los derechos humanos. Ella, como el resto de pacientes, se unió a la concentración convocada este martes 5 de junio por las organizaciones no gubernamentales Codevida, Prepara Familia y la Asociación de Amigos Trasplantados en Caracas.
El objetivo era exigir a las autoridades del Ministerio del Poder Popular para la Salud del Gobierno de Nicolás Maduro, la reanudación del Programa de Trasplantes de órganos, suspendido el 26 de mayo de 2017 e impedir que más venezolanos mueran por esta situación. Tristemente, no fueron atendidos por las autoridades sanitarias del país.
“Desde que me diagnosticaron el cáncer, me ha tocado pagar costosos exámenes en laboratorios privados porque en los hospitales dependientes del Seguro Social no tienen reactivos, y mucho menos consigo los medicamentos requeridos para amortiguar los intensos dolores que padezco, los cuales me provocan baja de tensión, mareos y vómitos”, dijo Elizabeth entre sollozos.
Dramática escena. Alertó que, ante la falta de tratamiento, el cáncer le invadió la axila y el costado izquierdo. Por eso, sin timidez alguna ante los medios de comunicación y demás manifestantes, mostró el estado actual del carcinoma alojado en su seno.
Nota de redacción: A continuación, una imagen que puede herir la sensibilidad del lector, pero da cuenta de la dramática situación que deben vivir los pacientes crónicos en Venezuela, país que atraviesa una grave crisis humanitaria
Mientras el gobierno de Maduro se decide por permitir la ayuda humanitaria internacional, más de 3 mil personas están en riesgo de perder el órgano trasplantado. De acuerdo a cifras de Amigos Trasplantados de Venezuela, en lo que va de 2018 han fallecido unas 6 personas, y 75 han rechazado los órganos por falta de medicamentos.
Reiner Villamizar, directivo de esta oenegé, dijo que el 98 por ciento de los pacientes trasplantados en el país son por riñón, y el 1 por ciento es de corazón e hígado.
En esta ocasión, lamentablemente la tozudez de las autoridades de la Salud, impidió que los activistas sociales entregaran un comunicado donde exigían igualmente el otorgamiento constante de inmunosupresores como Everolimus, Sirolimus y Aziatioprina, necesarios para evitar el rechazo de órganos; los tratamientos para revertir los rechazos agudos que llegan a los centros hospitalarios; y el cumplimiento de los protocolos de las personas trasplantadas o con síntoma nefrótico.
Igualmente planteaban en el escrito que el despacho para la salud garantice el suministro de antibióticos, antihipertensivos, analgésicos, y medicinas a la población afectada. Exigen el mantenimiento preventivo y correctivo de las máquinas de hemodiálisis, plantas de ósmosis, tanques de agua, fluoroscopio en todos los centros de diálisis y hospitales del país.
Exigen cumplir medidas cautelares
Otro petitorio es que cumplan con las Medidas Cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos para amparar a los niños, niñas y adolescentes del servicio de Nefrología del hospital de niños J.M. de Los Ríos. Además, exigen la adquisición de unidades de hemodiálisis pediátricas para infantes con menos de 10 kilos para instalarlas en otros estados del país; y un cronograma de cumplimiento.
Casi al mediodía, una comisión encabezada por Francisco Valencia, presidente de Codevida; la abogada Katherine Martínez, de Prepara Familia y Reiner Villamizar, entraron al edificio del ministerio de la salud, pero ninguna autoridad los recibió.
¿Huelga de hambre de los trasplantados?
Valencia advirtió estar dispuesto a hacer una huelga de hambre con tal que se cumpla con lo establecido en la Carta Magna y se respete el derecho a la salud de los venezolanos. Informó que este 7 de junio, en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela, se realizará una reunión con todas las federaciones de salud para preparar las próximas acciones de protesta y continuar exigiendo el derecho a vivir.
Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela, consideró “crítica” la situación del sector. Denunció que las pocas medicinas que llegan al país son incansables por sus altos costos para la población. “En año y medio han cerrado 125 farmacias, y se espera que a finales de 2018 cierren unas 100 más”, sostuvo. Ante esto, exclamó: “¡El que quiera salvar su vida tiene que irse del país!”.
A la protesta también se sumó un grupo de personas que exigían la entrega de medicamentos, pañales para sus familiares enfermos, y corrieron con la misma suerte de los trasplantados que tampoco vieron cristalizados sus petitorios.
Fuente: https://es.aleteia.org/2018/06/06/venezuela-no-quiero-morir-grita-mujer-desesperada-con-cancer-de-mama/?utm_campaign=NL_es&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es