Cosme Rojas
Si quieres cambiar el mundo comienza por ti, esto suena familiar ¿Cierto? El asunto es por donde comenzar. La clave está en iniciar por cambiar la actitud ¡Si se va a la guerra con actitud de derrota, ya se está derrotado!
Cambiar la actitud permite elevarse a otro plano, para ver las cosas diferentes. En estos tiempos en los cuales los venezolanos nos resistimos a los propósitos del castro chavismo, es necesario centrarse en las reservas internas, mucho más que en las externas. Voy a tratar de explicar esta idea. Los regímenes dictatoriales siempre buscan someter al ser humano y los ataques se centran en demoler la calidad de vida, en reducir y someter la voluntad de las personas. Ellos se valen de la manipulación del lenguaje, de la guerra psicológica; de la desinformación a la población, con la cual crean caos y angustia.
Cambiar la actitud implica: mantener la serenidad y no consentir que otros se apoderen de nuestra psiquis; requiere cuidar la sana alimentación y el descanso. Las mejores medicinas son el ejercicio, la música, la lectura, la escritura, rodearse de gente positiva y alejarse de personas tóxicas. De nada sirve enfrascarse en estériles discusiones.
Hay que resguardarse y estar en forma para el momento del cambio, seremos pocos útiles si permitimos que se adueñen de nuestra voluntad. En la guerra, quien no se refugia oportunamente, perece.
Las crisis siempre son oportunidades para sacar lo mejor de uno mismo. Si la decisión es emigrar corresponde entender, aceptar y adaptarte al medio donde se llegue. Fuera de nuestro país somos extraños y nos corresponde adoptar una nueva cultura y aportar lo mejor de nosotros, como dignos embajadores. Si la decisión es quedarse, debemos evitar la queja constante, porque eso desgasta; sin claudicar se puede optar por ser un rebelde inteligente y siempre consecuente. Las peleas de largo aliento requieren administrar las fuerzas y usarlas de manera óptima. La valentía debe estar acompañada de sabiduría y justa paciencia, para que pueda dar frutos.
