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Cada quien tiene su página de sucesos

Luisa Pernalete

He estado pensando en la posibilidad de que los periódicos eliminen su página de sucesos. Sería bonito, pero no porque se esconda o maquille la realidad sino porque esta haya cambiado, que nos dieran como noticia, por ejemplo, que el día anterior no hubo ninguna muerte violenta en el país. ¡Sería una gran noticia para la primera plana! Hay que trabajar duro para esa utopía. Pero en estos momentos no variaría nada que la prensa diaria dejara de tenerla, pues cada venezolano tiene su propia página.

Estoy pensando en las historias, que queriendo y sin querer, recojo cada día. – “Yo veo armas desde hace años, profe. Cerca de mi casa viven unos miembros de una banda y ellos salen con sus armas como si nada” -, me contó un adolescente en San Félix hace poco. Ahí está su página. “Yo vi una noche como violaban a una mujer en el terreno baldío frente a mi casa. Fueron tres. De ella no supe mas, pero a los violadores los veo a diario caminando por el barrio”. Ahí está su suceso, grabado en la memoria. “Yo he visto este año tres muertos por balas”, empezó su historia un pequeño de quinto grado, ¿tendrá 10 años?, tal vez menos, y añadió “el último que vi, todavía temblaba”, detalló. Esa fue su página, sin necesidad de fotos. Una prima, de Maracaibo, me contó que su hijo, de tres años, ya ha presenciado dos veces atracos a mano armada, su padre ha sido víctima del hampa andando con el pequeño. Este no sabe escribir aún, pero ya tiene su página. Con los cuentos de los taxistas, ya podría yo escribir un libro: cada uno tiene un suceso casi a diario. Pienso también en la maestra Ana, después de varios atracos en los buses camino a la escuela, ha quedado traumatizada, y la última vez, se tiró por la ventana de la unidad. Asiste a consulta con un pisicólogo. Esa tiene varias páginas, ninguna ha salido en prensa. Diecisiete adolescentes me dijeron que oían tiroteos en su comunidad todas las noches, y más de una bala suelta ha llegado a su objetivo: matar a alguien. La muerte violenta sale en los diarios, pero los tiroteos, alimentados con armas de fuego, no salen, no se ven en fotos, pero los niños y adolescentes los oyen. Yo tengo la mía: los pupitres vacíos de los alumnos y alumnas, que han muerto por balas. Incluye el dolor de sus madres y los de sus compañeros de clase. En realidad tengo varias páginas.

En fin, puedo escribir un diario completo con puros “sucesos”.

Tal vez tengan razón: no hacen falta las páginas de sucesos en los periódicos, cada venezolano tiene la suya, con el agravante de que los números son respaldados con nombres, rostros e historias. No requieren fotos.

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