Por Antonio Pérez Esclarín
No es nada fácil asumir positivamente el papel de padres cuando uno siente que el país se hunde bajo nuestros pies y la incertidumbre, la angustia y el miedo se van adueñando de nuestras vidas. Sin embargo, es en estos momentos tan difíciles cuando debemos reforzar nuestro papel de primeros y principales educadores de nuestros hijos. Por ello, me atrevo a proponerles este sencillo decálogo con la esperanza de que pueda ayudarnos.
1.- No hables nunca mal de Venezuela. Diles a tus hijos que es un país maravilloso, que está pasando por graves dificultades, pero que pronto saldremos de ellas y vendrán tiempos mejores. Siempre después de las tormentas, por graves y fuertes que sean, vuelve a salir el sol y todo brilla con un nuevo resplandor.
2.- Diles que deben estudiar y esforzarse mucho, superar sus caprichos y aprender a vencerse y vivir con austeridad, pues el país va a requerir de una juventud generosa y esforzada.
3.-Trasmite a tus hijos la certeza de que jamás está todo perdido, que siempre hay alternativas y salidas y que se logra el éxito en la medida en que sabemos aprovechar los fracasos y no perdemos un instante en quejas y lamentaciones.
4.- Elogia y alienta todas las buenas acciones de cada día y enseña a los hijos a felicitarse y sentirse dichosos tras cada esfuerzo y conducta positiva. El niño que comparte hoy sus cosas y su comida con otros niños o que se atreve a defender a un compañero maltratado, es el hombre del mañana que se dedicará a hacer el bien a los demás.
5.- Abraza mucho a tus hijos y diles que los quieres.. Dedica todo el tiempo que puedas a jugar con ellos. El juego estrecha los lazos afectivos, permite olvidar los problemas y dificultades y, si es un juego o deporte al aire libre, robustece la voluntad y el carácter.
6.-Enseña a tus hijos el dominio de sí mismos con tu ejemplo. Cada vez que vengan a ti llenos de ira, con conductas violentas o caprichosas, niégate a entablar alguna discusión y diles: “Solo cuando estés calmado y tranquilo, podremos hablar y entendernos. No hablaré contigo si no estás sereno y dispuesto a respetarme como yo te respeto”. A los niños pequeños invítales a retirarse a su habitación mientras se calman sus nervios y se tranquilizan.
7.- Comenta con tus hijos la belleza de las buenas acciones, habla con ellos de los valores y de la necesidad de cultivar la bondad, la belleza, la verdad, el respeto, la amabilidad, la generosidad, y de cómo hacer el bien y realizar las cosas que cuestan produce una gran alegría.
8.- La paz consigo mismo no tiene precio. Todos nosotros, por ser personas, somos más importantes que todas las cosas por valiosas que sean. Que los hijos aprendan que las personas siempre son más importantes que las cosas. Diles que las cosas fueron hechas para ser usadas y las personas para ser amadas. Pero que la mayoría de los problemas surgen porque usamos a las personas y amamos a las cosas.
9.- Jamás mientas a tus hijos. Sé veraz y auténtico y alábales siempre por ser sinceros, por decir la verdad, aunque las circunstancias no les sean favorables. No insultes ni permitas que insulten a nadie.
10. Cultiva su espiritualidad y enséñales a orar y hablar con Dios como con un amigo o un Padre amoroso.