Jesús María Aguirre sj
Jesús Pino, jesuita oriental, oriundo de Río Caribe (Estado Sucre), nos recomienda a sus años, revisar nuestra bitácora existencial, reparar los tejados de las rupturas y filtraciones, y a la vez poner las tejas que faltan. Nutrido de las resonancias de una tierra lírica, la de los poetas José Antonio Ramos Sucre, Andrés Eloy Blanco, Cruz Salmerón, y del cantautor Luis Mariano Rivera, nos ofrece estos cantares, diálogos de camino, coplas del atardecer, que ha ido desgranando a lo largo de sus actividades como educador y cura de almas entre escuelas, caseríos y ondas de radio, meditando con su gente. Como cuentas de un rosario anual de 52 granos las correspondientes reflexiones sirven para cubrir todas las semanas del año.
Sus composiciones están más cerca de la sencillez franciscana de las florecillas o de las coplas populares de Luis Mariano Rivera -pues Jesús Pino, también compone coplas-, que, de las formalidades académicas, sospechosas de distanciamiento y lejanía del pueblo. Su búsqueda del Origen, en diálogo con la vida, nos recuerda esta exclamación vitalista de Luis Mariano Rivera:
¡Qué hermosa es la vida
cuando se mira a través de estos cristales!
Dan ganas de irse tras sus hilos invisibles.
Ser lirio, ser espuma,
ser fragancia o ser amor.
Autor: Jesús Pino S.J.
