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Foto archivo WEB

Por Gonzalo Oliveros Navarro | @barraplural

Una época oscura se vivió en Estados Unidos gracias al senador que origina la expresión. Acusaciones de todo género él emitió, consiguiendo con las mismas todo tipo de exclusiones, despidos e inclusive un suicidio ante las falacias de buena parte de ellas.

Observo con atención lo que ocurre en el gran país del norte. Familia, amigos y compañeros en él tengo, pero, además, soy de quienes cree que lo que allá ocurra en las próximas elecciones gran importancia tendrá por lo que se refiere a nuestro país.

Esa circunstancia conlleva mi preocupación respecto de la manera como la polarización que en Venezuela ocurre, se ha trasladado a Estados Unidos y –como acto reflejo- se expresa en las redes venezolanas. La misma no solo es evidente entre norteamericanos del común, donde estimo a nadie sorprendería que a cualquiera de los dirigentes políticos lo tilden de chavista, sino que eso ya ocurre entre los venezolanos respecto de los políticos americanos inclusive por parte quienes aún no han obtenido la ciudadanía

Veo en redes venezolanas la calificación de comunista hacia el vicepresidente Biden por la circunstancia de habérsele tomado una fotografía con el señor Fidel Castro, desconociendo que un político –y en funciones de estado más- es fotografiado con cualquier personaje público y Castro, inclusive después de muerto, lo continúa siendo.

Los venezolanos –gracias a lo ocurrido en este larguísimo período de más de veinte años- hemos perdido la capacidad de distinguir los matices; de que las cosas no son –per se- blancas o negras. Esa incapacidad inducida nos traerá muy malas consecuencias.

Los políticos –cuando son estadistas- no actúan en función de intereses personales sino en los de su país y ello los obliga a hacer lo que sea necesario para proteger esos intereses, no los de otros. Estos le interesarán en la medida que afecten los suyos. Esa es una realidad que algunos olvidan.

Los ciudadanos norteamericanos, en función de sus conveniencias, decidirán el próximo noviembre en manos de quién colocan su destino. Uno en todo caso observa la creciente polarización allí existente y tomando como referencia a nuestro país, recuerda los nefastos efectos de esa práctica.

A los venezolanos uno solo pide que retorne la sindéresis. Nuestra infinita capacidad –inducida, repito- de ofender, juzgar y maltratar a otro porque opina distinto a nosotros, mucho daño nos continuará haciendo mientras no recapacitemos.

Por cierto, respecto del vicepresidente Biden, baste decir que nada menos que quien fuere Secretario de Estado del Presidente George W. Busch, el General Colin Powell, le respaldó para las próximas elecciones. Seguro estoy que a ninguno de estos dos últimos nadie se atreverá a calificarlos de chavistas o comunistas.

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