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Los 600 inmigrantes del Aquarius y las distintas respuestas de Italia y España ¿Por qué?

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Entre estrategias electorales y cuestiones políticas con la UE, la primera medida del nuevo ministro Salvini es como cabría esperar: sin medias tintas. La del nuevo presidente español Pedro Sánchez también: acogida sin prever las consecuencias

Aleteia Team

Más de 600 personas se encuentran en el mar esperando una respuesta y los gobiernos de la Unión Europea (España e Italia no iban a ser menos) están haciendo política. Política interna (reafirmación de sus votantes) y política externa (mandando mensajes a la Unión Europea).

El barco humanitario Aquarius llegaba a aguas territoriales italianas el pasado domingo 10 de junio. El nuevo ministro de Interior, Matteo Salvini ordena cerrar los puertos e impedir así el atraque de la nave, que gestionan en colaboración las organizaciones SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, desde 2016. Por el contrario, el nuevo presidente de España Pedro Sánchez ofrece el puerto de Valencia para acoger a los refugiados.

Nos encontramos ante una realidad que realmente se juega en Bruselas, porque – fuentes del Ministerio de Interior – los desembarcos han disminuido un 80% desde el año pasado.

Médicos sin Fronteras pedía una respuesta:

Respuestas que no llegaba de Italia, sino de España:

Con gran alegría por parte del Ministro del Interior italiano

¿Qué ha pasado exactamente?

El tema es mucho más complejo de lo que parece. Entre el sábado y el domingo, la nave Aquarius rescató en el mar a 629 personas. Entre ellas hay 123 menores no acompañados y 7 mujeres embarazadas. 229 personas estaban a bordo de dos lanchas neumáticas (una de las cuales había volcado), las otras 400 habían sido rescatadas en otras operaciones de la Guardia Costera y de la Marina italiana, y fueron trasladadas a la Aquarius. Al mismo tiempo, también a la nave Sea Watch 3 se le impedirá atracar, según confirmaba ayer el propio Ministro.

Traducción del Twett de Matteo Salvini: Hoy, incluso el barco Sea Watch 3, una ONG alemana y la bandera holandesa, se encuentra frente a la costa de Libia esperando hacer la enésima carga de inmigrantes, para llevar a Italia. Italia ha dejado de inclinar la cabeza y obedecer, esta vez HAY QUIEN DICE NO.

¿Por qué el enfrentamiento Italia-Malta? ¿A quién le toca acoger?

La cuestión, más que de política interna italiana, se está convirtiendo en un tema de relaciones entre países de la Unión Europea. La petición del Gobierno italiano era que fuese Malta, técnicamente más cerca de la Aquarius, la que se ocupara del desembarco y de la acogida.

“Se confirma la enésima falta de disponibilidad de Malta, y por tanto de Europa, de intervenir y hacerse cargo de la emergencia”, dijo el Presidente del Consejo italiano Giuseppe Conte, subrayando que “Italia vuelve a encontrarse afrontando la emergencia migratoria completamente sola. El reglamento de Dublín debe cambiarse radicalmente”.

Por su parte, el primer ministro maltés, Muscat, replicaba duramente por Twitter: “Estamos preocupados por la dirección tomada por las autoridades italianas sobre el Aquarius, que está en alta mar. Van claramente contra las leyes internacionales y corren el riesgo de crear una situación peligrosa para todos los implicados”.

Pero ¿quién tiene razón? El Post explica por qué, como norma, los que son rescatados en aguas de Libia son llevados a Italia a pesar de la mayor cercanía de Malta:

El problema es que Malta – un país pobre cuya superficie es la cuarta parte de la provincia de Roma – no está equipada para ocuparse de un desembarco de centenares de emigrantes, y sobre todo de sus peticiones de protección internacional. La llamada convención de Hamburgo de 1979 y otras normas sobre salvamento marítimo prevén que los desembarcos se produzcan en el primer “puerto seguro” tanto por proximidad geográfica como desde el punto de vista del respeto de los derechos humanos. Por estos motivos, las ONG transportan a Italia – y solo a Italia – a todas las personas a las que socorren en el tramo de mar entre Libia e Italia.

A esto se puede añadir una consideración de orden práctico sobre la capacidad de acogida de los distintos países sobre la base de la incidencia sobre el total de la población. Italia, al ser el cuarto país europeo por dimensión de la población (60 millones) puede acoger a más personas que Malta (429.000 habitantes)

Incluso para la propia ley italiana, la decisión del Ministro Salvini es difícilmente aplicable, dado que cualquiera tiene derecho a pedir protección, lo de rechazarles en el mar se hace para impedir que la petición se realice.

Es evidente que la decisión del gobierno italiano es eminentemente política, y que quiere forzar a Europa a revisar toda la disciplina sobre la acogida de prófugos e inmigrantes, en unos momentos en que se discute el Reglamento de Dublín, que no hacía distinciones entre los peticionarios de asilo. Y las propuestas del gobierno italiano en este sentido tienen apoyo de otros países, al menos en algunos puntos:

Toda Europa del Norte, empezando por Alemania, está de acuerdo en la insistencia de Italia sobre procedimientos “acelerados”. Es justo que la petición de asilo de una mujer con niños que llega de Siria vaya más rápido que la de un hombre joven en perfecta salud de un país en condiciones de paz como Gambia. Hoy no se hacen estas distinciones. Estas ideas del programa del nuevo gobierno italiano gustan en Europa, y no es casualidad que sólo ahora Angela Merkel reconozca que Italia ha sido “dejada sola”, aunque hasta 2016 rechazara considerar los desembarcos de migrantes como una emergencia europea (Corriere della Sera)

También es cierto  – y esto va en apoyo técnicamente de la decisión de Salvini – que al terminar la operación Tritón ya no hay obligación de llevar a Italia a todos los prófugos:

En febrero terminó la misión Tritón, y fue sustituida por la operación Themis: la principal novedad es la desaparición de la cláusula que obligaba de hecho a las embarcaciones a llevar los náufragos rescatados a Italia. Con Themis, las operaciones de salvamento podrán llevar a los migrantes a un puerto griego, libio, español o incluso a Malta, la isla que hasta ahora había limitado al máximo los desembarcos en sus puertos: de esta forma se aplicaría la ley marítima establecida por la convención de Hamburgo, según la cual los náufragos deben ser llevados al puerto más cercano al lugar del rescate (Sole 24 Ore)

Por otro lado, ya había quedado claro que las relaciones entre la UE e Italia en este tema habían cambiado con el nuevo gobierno  – como explicábamos – con el fracaso del intento de acuerdo sobre la reforma del Tratado de Dublín.

[En Bruselas] el frente Mediterraneo se rompió, cuando Italia votó no a la propuesta junto con Hungría, mientras que Malta, Chipre y Grecia intentaban negociar. En esa ocasión, el secretario de estado belga para las migraciones, Theo Francken, comentó que del nuevo gobierno italiano se esperaba “un endurecimiento sobre la migración: Italia empezará a rechazar inmigrantes de sus costas” (Il Giornale)

Por su parte Malta, además de las comunicaciones oficiales, respondía con una entrevista en The Post Internazionale al ministro Salvini: “Con el ministro de Interior estamos en línea con la cuestión de los migrantes. Pero esta vez se ha equivocado: tiene que dejar de hacer declaraciones fuertes y provocadoras como esta. No tiene nada que ver que Malta acoja a los 629 migrantes rescatados a bordo de la Aquarius, por la clausura de los puertos italianos”, dijo en la entrevista la embajadora maltesa en Italia, Vanessa Frazier.

¿Qué piensa la Iglesia?

Hay claramente un dato humanitario en juego. La decisión del Gobierno italiano puede ser legítima a nivel del derecho  internacional, pero puede ser discutible desde el punto de vista moral, especialmente de un ministro que muchas veces ha hecho referencia al Evangelio en sus campañas.

El temor de la Iglesia es que los gobiernos exploten la cuestión de los migrantes con fines instrumentales de propaganda, y es difícil no pensarlo cuando la Liga Norte ha logrado la victoria en tantos ayuntamientos que votaban el pasado domingo. Michel Roy, secretario general de Caritas Internationalis explica a Vatican News que:

“Atacar a los migrantes es una “solución” sencilla, pero no es la verdadera solución a los problemas. Hay problemas creados por la globalización, pero los migrantes son las consecuencias directas de estos problemas. ¡Se van porque no pueden vivir en su casa! Son migraciones forzadas, no se van por turismo. Por tanto, los migrantes no pueden ser considerados personas que tienen la culpa de estos problemas: ¡es al contrario! Lo que pedimos a través de la campaña es: “Por favor, que las puertas se abran, y se abran las mentes y los corazones”. También pedimos a los políticos que no “usen” a los migrantes como si fuesen problemas. Pedimos a los políticos en primer lugar que saquen adelante políticas de acogida que sean humanas. En segundo lugar, les pedimos que trabajen para resolver los problemas que hacen que la gente huya de su tierra”.

En la misma línea, la fidelidad al evangelio, habla la Caritas Ambrosiana

Traducción del Tweet: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis”

El sábado ya hubo un desembarco en Reggio Calabria

La Comunidad Papa Giovanni XXIII dice en una nota que la acogida de los migrantes es un deber cristiano, y habla del caso de Ola (nombre inventado para proteger su identidad), 11 años, que está entre los 28 menores extranjeros no acompañados desembarcados el sábado por la mañana en Reggio Calabria. Ola, explica la nota

Llegó solo: su madre y su padre fueron asesinados en Libia, durante su desesperado viaje de la esperanza. En la nave hay otros adultos víctimas de tortura, ahora hospitalizados para observación.

“Ola está en estado de confusión, y emocionalmente muy probado. Demuestra ser más pequeño de lo que ha dicho. Muchos menores, durante los desembarcos, muestran los signos de los sufrimientos y de las torturas sufridas durante el viaje a través del desierto y de la permanencia en Libia”, cuenta Giovanni Fortugno, portavoz de inmigración de la Comunidad Papa Giovanni XXIII. Ahora Ola está en una casa de acogida de menores de esta Comunidad.

¿Logrará el nuevo Gobierno italiano regular el flujo de migrantes y demandantes de asilo sin perder de vista los deberes de solidaridad humana? Ahí es donde Salvini quiere llevar el tema. Negociar con Europa para obtener más recursos que la Unión Europea probablemente le concedería.

¿Qué pinta España? ¿Por qué la petición del socialista Pedro Sánchez?

Quizá una de las cuestiones que no pensaba que ocurriría Matteo Salvinni es la intromisión de España en esta cuestión. El nuevo presidente del gobierno español Pedro Sánchez rápidamente dio orden de acoger a los pasajeros del Aquarius: “Es nuestra obligación ofrecer a estas 600 personas un puerto seguro. Cumplimos con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias”.

Y el Ministro de Interior anunciaba en Redes Sociales la coordinación del rescate:

La Iglesia española y concretamente el arzobispado de Valencia ya se encuentra trabajando para ayudar en la acogida:

¿Por qué es tan diferente esta acogida? ¿Hay criterios políticos?

El gobierno de Pedro Sánchez acaba de llegar al poder. Es un gobierno en minoría que está buscando detalles, mensajes efectistas que le permitan subir electoralmente ante unas próximas elecciones. Los refugiados es un tema muy importante para el socialismo español y ha visto en esta cuestión del Aquarius una buena manera de mostrar su postura.

No olvidemos que estas dos posiciones son una foto fija. Son los posicionamientos de dos gobiernos antagónicos. Si pensamos en ciclos o en la foto en movimiento podremos ver que las respuestas actuales de Italia y España simplemente se han intercambiado.

En todo este tiempo y con el gobierno anterior España sólo había cumplido con el 11% de lo pactado para acoger refugiados y colectivos como la Comunidad de Sant Egidio llevan años solicitando un corredor humanitario que Italia ya ha concedido.

La solución sólo puede ser europea

Cinco millones de sirios han huido del horror de la guerra y son muchos los subsaharianos que intentan llegar a europea a través del mediterráneo. Pero son una minoría si se comparan con los refugiados que se encuentran en Turquía (más de 2 millones), Líbano (1.100.000) o Jordania (más de 600.000).

En los países europeos las peticiones mayoritarias son para Alemania con 184.053, Hungría con 71.999, Serbia con 276.211 y Suecia con 102.870. Muy por detrás de lo que los países limítrofes (en las fronteras europeas) están soportando. Se intentó a un acuerdo pero los países no cumplen sus compromisos. Un sólo ejemplo: Lo que le correspondía a España oscilaba los 16.000. Sólo acogió a 2.749 refugiados.

Desde aquí sólo nos queda recordar a los dirigentes europeos la intención de Papa Francisco el pasado mes de febrero de 2017:

 

Fuente: https://es.aleteia.org/2018/06/12/los-600-inmigrantes-del-aquarius-y-las-distintas-respuestas-de-italia-y-espana-por-que/?utm_campaign=NL_es&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es

 

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octubre 9, 2024
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