Oscar Bastidas Delgado
Como si se las supiese todas, Maduro anunció la creación del “petro”, supuesta criptomoneda que sería dizque respaldada “en petróleo, oro, gas y diamante”. Una criptomoneda es un activo digital que se integra en un mecanismo digital de intercambio de divisas; Bitlicense, la primera licencia para monedas digitales en Estados Unidos las define como “cualquier tipo de unidad digital, creada u obtenida mediante el cálculo matemático, cuyo sistema está basado en internet y que se utiliza como un medio de cambio o una forma de valor digitalmente almacenado”, de conformidad con esta definición la “petro” sería una más entre las 1.200 existentes.
Pero ajustarse a la definición no es suficiente. Todas son al mismo tiempo monedas y sistemas digitales: monedas pues sirven para lo que cualquier moneda puede servir, pero con una característica: no dependen de bancos centrales ni de gobierno alguno, menos de respaldos “en petróleo, oro, gas y diamante”. Como toda moneda, son emitidas y funcionan con base en la oferta-demanda de quienes se introducen en sus sistemas y mientras más personas las acepten e inviertan en ellas, mayor será el precio, dependiendo así de dos aspectos: 1.- La confianza que brinda a sus inversionistas; y 2.- la aceptación o “usabilidad” que brinden, pues quienes las adquieren o las acepten desean que circulen fluidamente sin contrapesos algunos. Esta explicación viene al dedo si comparamos confianza y usabilidad en el dólar o el euro con los mismos parámetros de débil bolívar madurista. Con toda seguridad pasará así con el “petro”: Solo invertirán en él los bancos y empresas obligados por el gobierno a hacerlo y algunos maduristas que en lo personal seguirán la corriente a su líder; una pregunta surge: ¿Allende las fronteras, habrá inversionistas y quienes la acepten?
Todas son también sistema digital pues se basan en algoritmos y una tecnología digital de contabilidad con datos protegidos por un sistema criptográfico que puede almacenar cualquier información: el blockchain. Un blockchain puede definirse como una serie de bloques de libros digitales de registros ordenados de información y transacciones (pistas, pagos, etc.), alineados cronológicamente que agrupan los datos encriptados con enlaces con cada bloque anterior; cada registro es contable público y descentralizado y cada dato registrado se marca con una huella digital única que lo hace irrepetible e inmutable. En este sistema el blockchain cumple dos funciones: 1.- Registra la data distribuida a través de la red; y 2.- valida las transacciones de manera confiable con el consenso del 50 % +1 de las computadoras en red que ejecutan su protocolo.
Adicionalmente Maduro afirmo la existencia de un Observatorio de Blockchain de Venezuela a ser coordinado por el ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, pero no concretó la adscripción del “petro” pues un asunto es observar y otro el ejecutar; así surge una interrogante: ¿El “petro” tendrá un número finito a emitir y se establecerá sobre algoritmos confiables no manipulables por sus creadores o Maduro pondrá una maquinita para multiplicarlos? Como todo conejo sacado del sombrero del mago Maduro, hay que mirar el trasfondo con lujo de detalles ya que tiene varios filos, por un lado, pretende distraer la atención de los graves problemas del país, los mismos que la oposición busca enfrentar desde hace varios meses y que hoy están sobre la mesa de negociaciones en Santo Domingo; por el otro, tal como afirma un economista amigo, “reducir la creación de bolívares dizque para estabilizar el débil bolívar y la economía”.
Un detalle final. El “petro” será respaldado “en petróleo, oro, gas y diamante”. ¿Cuál petróleo?: ¿el que no alcanza para generar las divisas que el país necesita para comer y proteger la salud de sus ciudadanos? ¿Oro y diamantes?: ¿esos que con el Arco Minero en manos militares arrasa con la ecología de nuestro estado Bolívar y ha generado muertes entre pandillas?, arco clave para los deseos de rusos, chinos e iraníes por lo que Venezuela es hoy epicentro de intereses mundiales, razón por la que no quiere Maduro reconocer el triunfo de Andrés Velázquez. ¿Cuál gas?, si el mayor centro refinador de América Latina, el de Paraguaná, está paralizado y la población de esa península, además de no tener electricidad y agua, está sin gas desde hace semanas y al igual que en Trujillo y otros estados, las protestas no cesan de producirse. Lector: ¿invertiría usted en “petro”?