Padre Chulalo
Cuando amanezca, haremos un minuto de silencio por todos los héroes que dejaron su vida por las calles nuestras, luchando por un país que nunca conocieron.
Cuando amanezca, recordaremos el valor de un pueblo que no se resignó ante la injusticia y que cruzó el Mar Rojo como el pueblo judío atravesando un río de estiércol y protegido por un cerco de jóvenes famélicos con escudos de latón y cartón piedra.
Cuando amanezca, recordaremos como una pesadilla nuestros insomnios colectivos, las oraciones desesperadas, el peregrinaje por una medicina, los mensajes privados pidiendo auxilio, los gritos de rabia y de impotencia, las redes sociales teñidas de sangre, nuestros bienes saqueados, las colas de la humillación, nuestras calles llenas de gases, perdigones, disparos y miedo, una familia abriendo una bolsa para comer un poco de basura y un canal trasmitiendo la historia de Narnia en Venezuela.
Cuando amanezca, serán leyenda Hans Werich desnudo con una Biblia en mano, una abuela de pie ante una tanqueta de muerte, una monja valiente hablando cara cara con un hombre uniformado en un minuto de conciencia, un joven tocando el violín en medio de la guerra, un médico arrastrado por la presión del agua, un anciano tragando gas pimienta, un joven encapuchado cargando a un perro asustado y las frases certeras sobre un gran papagayo.
Cuando amanezca barreremos nuestras calles de toda ignominia, desempolvaremos los 10 mandamientos y ya no pondremos a ningún líder por encima de Dios, levantaremos la nación de las cenizas, quedarán vacías las prisiones injustas, nos miraremos como hermanos, y un mar de amigos y familia volverán de afuera para secarnos las lágrimas por el horror vivido y por la emoción del reencuentro.
Constataremos que la noche no fue eterna y cantaremos juntos con orgullo
¡¡ GLORIA AL BRAVO PUEBLO!!