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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Una enseñanza que nos invita a encarnar el modo de Jesús

Crédito: Coordinación Nacional de Formación Fundación Centro Gumilla

Por Yralis Pinto

Desde el pasado mes de diciembre, un grupo de 30 compañeros del área de Formación del Centro Gumilla, tanto de la sede principal como de las regiones Sucre, Anzoátegui, Caracas-Miranda y Aragua-Carabobo, iniciamos un diplomado acerca de la Enseñanza Social de la Iglesia. Dicho espacio formativo se desarrolla bajo la modalidad mixta, es decir con jornadas presenciales y virtuales, abarcando un total de dieciséis temas ampliamente desarrollados por el P. Pedro Trigo, s.j., teólogo interdisciplinar e investigador del Centro Gumilla, quien además es el autor del libro base de esta formación.

Crédito: Coordinación Nacional de Formación - Fundación Centro Gumilla
Crédito: Coordinación Nacional de Formación – Fundación Centro Gumilla

No es doctrina…

La reflexión en la que nos adentramos está planteada no como doctrina, entendida esta como un conjunto de pautas que se dan para ser asumidas conductualmente, sino para comprender el cristianismo como acontecimiento abierto en el que Papá Dios, a través de su hijo Jesús, nos llama a participar. Este modo de discernir está animado por las palabras del papa Francisco quien nos invita a dejarnos mover por los impulsos del Espíritu: “No será posible comprometerse en cosas grandes sólo con doctrinas sin una mística que nos anime, sin unos móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria” (Laudato Sí 216).

Es enseñanza…

Una enseñanza cuya fuente es el Evangelio. Se trata de dejarnos enseñar el mismo modo de Jesús, lo que hizo y enseñó, Él es nuestro referente; nuestro camino, verdad y vida. Por ello, el corazón de los temas es la Palabra de Dios, para que sea ella la que ilumine nuestro entendimiento. Precisamente, lo que buscamos en este espacio es ver la realidad con los ojos de Dios, siguiendo el criterio del Evangelio, para poder incidir en ella con miras a transformarla superadoramente. Es enseñanza porque al ser dinámica la realidad, nuestra mirada necesita ser siempre nueva, aprender constantemente de ese mensaje de Jesús, para ir dejándonos transformar y responder con fidelidad creativa.

Actitud discipular

Si lo que propone este diplomado es discernir la realidad desde el Evangelio, la actitud que necesitamos quienes estamos en él es la de discípulos: atentos y abiertos a lo que esa palabra nos quiere comunicar, para que alimentemos nuestro cristianismo como seguimiento, es decir, para que hagamos hoy el equivalente de lo que haría Jesús en su realidad. 

Ciertamente, sería más sencillo una doctrina, un conjunto de ideas ya formuladas para aplicar, que nos ahorre el trabajo de discernir, pensar, escuchar, confrontarnos, ver al Señor, vernos y ver la realidad… Es claro que, aunque más sencillo, no tiene vida, no hay cabida al Espíritu de Dios, no hay desarrollo humano ni construcción del Reino de esa forma.

Por el contrario, la experiencia que vamos teniendo nos sacude internamente, nos ayuda a reconocer las falsas imágenes de Dios, los introyectos religiosos, las visiones distorsionadas de nuestro ser Iglesia y nuestras opciones vitales que no siempre están en el horizonte de la propuesta cristiana.

Si los equipos regionales del Gumilla queremos que el servicio ofrecido a las comunidades donde estamos presentes sea verdaderamente fecundo, si queremos que nuestro pequeño aporte al país contribuya a producir alternativas superadoras, necesitamos conocer profundamente la realidad, afinar el discernimiento –siempre nuevo– que sólo se da si hay apertura al Espíritu de Dios.

Contenidos y metodología de trabajo

Los temas que componen el diplomado están ampliamente desarrollados en el libro “Enseñanza Social de la Iglesia”, que comprende un total de tres capítulos acerca de la vida, tres capítulos sobre las dimensiones del ser humano, seis capítulos acerca de las relaciones sociales y cuatro capítulos que tienen que ver con el desarrollo humano.

El método de trabajo asumido bajo la modalidad mixta (presencial-virtual), comprende un total de tres encuentros presenciales con jornadas completas el fin de semana y nueve encuentros virtuales. En los presenciales, la dinámica comienza con la exposición del tema, por parte del P. Trigo, seguido por reuniones en subgrupos para recoger dudas e inquietudes acerca del tema, compartir resonancias y disonancias, lo cual implica que, a través de una visión nueva y aún más personal, podemos ver en dónde nos encontramos de manera individual y colectiva respecto a lo reflexionado como propuesta de vida. Luego, nos integramos nuevamente y en plenaria es posible compartir lo trabajado en los subgrupos para su ampliación–profundización por parte del profesor encargado. También, dentro de la dinámica contamos con un momento de oración comunitaria que da el tono contemplativo y dispone a las personas para la jornada del día siguiente; finalmente, el sábado por la noche, se realiza la celebración de la Eucaristía donde compartimos lo que la palabra de Dios nos ha estado diciendo a lo largo del encuentro de modo muy personal. 

Por otro lado, en los encuentros virtuales la dinámica consiste en una exposición inicial del tema y, posterior a ello, un conversatorio entre el profesor y los estudiantes con preguntas claves acerca del tema.

Crédito: Coordinación Nacional de Formación - Fundación Centro Gumilla
Crédito: Coordinación Nacional de Formación – Fundación Centro Gumilla

Un aprendizaje comprometido

El compromiso de los participantes exige la lectura de cada tema previo a los encuentros, acompañada de preguntas formuladas que nos ayuden a encontrar las claves en el contenido propuesto. Asimismo, la participación activa en las reuniones grupales, entrega de trabajos posteriores a cada tema y, desde lo experiencial, el compartir genuino de lo que vamos aprendiendo, ya sea un tema completo o tópicos de bloques de temas, a través de réplicas en las comunidades o grupos donde hacemos vida, la cual también es recogida en un informe que se entrega posteriormente. La actividad de réplicas es clave en el proceso formativo porque al dar lo que recibimos, vamos extendiendo esta Buena noticia a otros y seguimos profundizando nosotros, mientras vamos sacando mayor provecho a lo recibido.

Espíritu fraterno

Todos los implicados, tanto del equipo organizador y el profesor como los participantes, tenemos la oportunidad de encontrarnos como hermanos y juntos entrar en esa enseñanza que Jesús, nuestro hermano mayor, nos quiere transmitir… En este espacio nos escuchamos, nos ayudamos, nos enriquecemos con el don que Dios ha puesto en cada uno y afirmamos el camino sinodal por el cual nos invita a ir juntos desde donde cada uno está. 

Para los equipos regionales esta formación ilumina nuestro servicio y confirma nuestro horizonte institucional, que no es otro que aportar a la construcción del Reino de Dios, en la concreción de una sociedad justa, humana y fraterna. 

El diplomado es también un encuentro de alegría, cantos y celebración del don sagrado de la vida y la fraternidad. Por ello, es necesario seguir extendiendo esta propuesta formativa sobre la Enseñanza Social de la Iglesia, para que los cristianos, como cuerpo de Cristo, movidos por el Evangelio, avancemos en ser una Iglesia encarnada en el mundo, en nuestra Venezuela. 

Agradecemos a Papá Dios, al Centro Gumilla, a los colaboradores y a todos los participantes por esta maravillosa y exigente experiencia, que nada tiene que ver con “tallerismo” ni con recibir contenidos para luego ser certificados, como dijo un compañero participante, esto es un Diplomado Orante del Evangelio.

Dios quiera que esta propuesta pueda seguir llevándose a cada vez más personas a lo largo y ancho del país.

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