Por Saúl Jiménez
Cada día que pasa uno oye muchas cosas que están sucediendo que parecieran no ser ciertas y sin embargo se van haciendo cotidianas y “naturales”, aprovechando los días navideños nos fuimos a pasear por Mérida y allí visitamos a la Cooperativa de producción agrícola orgánica “Quebrada Azul” y como siempre nos sentamos a conversar sobre la marcha y funcionamiento de la misma, hablo con uno u otro socio, directivos o no pero que en definitiva son los que llevan el pulso al trabajo diario.
Nos vamos enterando como la cooperativa va evolucionando positivamente por cuanto siempre hay elementos innovadores y que les permite mantenerse en forma activa y que los asociados de la misma puedan tener sus ingresos y aportes acordes con sus esfuerzos individuales y colectivos.
Ya la cooperativa no sólo produce café, cambur, chachafruta que son productos que por muchos años vienen produciendo y procesando, de echo tienen un mercado para sus cambures frescos pero también para los cambures procesados en cambur deshidratado o la harina de cambur, así como también el procesamiento y empacado del café o la harina de chachafruta que es un excelente producto sustituto de alimentos para niños por su rica concentración de proteína vegetal.
Ahora los compañeros vienen haciendo pruebas procesando la yuca y produciendo harina de yuca que también se está utilizando en la fabricación de arepas también como sustituto de la ya escaza harina de maíz y luego de 2 meses de prueba empiezan a tener un mercado incipiente pero bien interesante hacia el futuro.
Es un producto que progresivamente han venido colocando en el mercado con una buena aceptación y demanda, indudablemente está en período de prueba y buscando como mejorar el proceso industrial lo cual conlleva a la investigación, asesorías profesionales y técnicas que permitan ir mejorándolo hasta llegar al punto máximo de calidad, allí él reto.
Esa nueva línea de trabajo también abre las puertas a utilizar las áreas marginales de las fincas en la siembra de la yuca necesaria para el procesamiento, eso significa un nuevo producto generado por las manos hacendosas de los socios productores y porque no motivadores a que nuevas personas se incorporen a la cooperativa.
Siempre decimos que Venezuela es un país de grandes oportunidades y que sólo el compromiso de sus hombres y mujeres permitirá lograr su pleno desarrollo al margen de toda la situación económica, política y social que se esté viviendo y que si deseamos tener el país soñado, un país del primer mundo lo debemos empezar a construir desde ya, desde el ahora y prepararnos para cuando mejoren las condiciones ya tenemos un trecho bien avanzado en el desarrollo.
A esta altura del artículo Uds. se preguntarán que de donde viene el nombre del mismo si estamos hablando de producción, progreso, innovación y toda una serie de cosas en positivo y de un futuro promisorio.
Así lo titulo por una situación que viven los socios de la cooperativa que cada semana les toca trasladar sus productos hacia la ciudad de Mérida donde colocan sus cambures frescos o procesados, el café, cachafruta y ahora la harina de yuca que bien venden en la misma Mérida o los despachan a Maracaibo y Caracas donde hay tiendas que colocan sus productos.
Es el caso que en el trayecto para llegar de La Azulita a Mérida deben pasar por una alcabala y en días pasados les colocaron una alcabala móvil de la GNB y les pidieron que abrieran la cava donde llevan sus productos y ellos al ver las gaveras repletas de cambures les dijeron a los jóvenes: “Nosotros no les vamos a pedir guía ni nada de papeles vamos a ir por la verdad, nosotros tenemos hambre y lo que queremos es que Uds. nos donen de sus productos para comer”, indudablemente que esa actitud los desconcertó y no les quedó sino agarrar unas manos de maduros y donarlos, quedando ellos comentando que hasta donde hemos llegado con la situación que ellos no nos piden dinero sino comida.
Siguiendo la conversación nos señalan que en la alcabala por donde pasan todas las semanas colocaron una mesa y todos los camiones que transportan sus productos por allí, entre otros ellos, lo que hacen es detenerse y colocar en la mesa una “donación” de los productos que transportan bien sean procesados o no, allí en esa mesa se ve desde queso fresco hasta enlatados pasando por frutas, hortalizas y verduras, es decir que lo que le corresponde al estado cubrir como es la comida de los cuarteles y la alimentación de sus tropas lo vienen realizando los transportistas que por allí cruzan en una especie de “ofrenda de paso”.
Nos preguntamos cómo se viene deteriorando la calidad de vida de estos funcionarios públicos que indudablemente no pueden cumplir con su deber como es que las cosas funcionen correctamente cuando tienen que corromperse para poder comer, debemos hacernos una reflexión en torno a cuál es el papel que le corresponde al Estado y cual a los ciudadanos, productores, empresarios en el desarrollo de nuestro país.