Fuente documentales de Paideia Jesuítica
Rafael Quiñones
“Señores, el lazo histórico entre el humanismo y la pedagogía explica el lazo psicológico que existe entre ambas. No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores…, no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: La de la dignidad y belleza humana”.
Thomas Mann
Tendemos a creer que el humanismo en la cultura occidental es aquella actitud que concibe de manera integrada los valores humanos. Específicamente, a la mayoría de las personas se les ha enseñado que dicho humanismo nació entre los siglos XIV y XV durante el periodo que conocemos como el Renacimiento, como una respuesta a la educación universitaria escolástica, que entonces era dominada por la filosofía y lógica aristotélicas. La escolástica de ese tiempo se centró en la preparación de los hombres para ser médicos, abogados o teólogos profesionales y se les enseñaba mediante libros de texto aprobados sobre lógica, filosofía natural, medicina, derecho y teología. El humanismo en cambio intentó crear ciudadanos capaces de hablar y escribir con elocuencia y claridad y por lo tanto capaz de participar de la vida cívica de sus comunidades y persuadir a otros a acciones virtuosas y prudentes. Esto se lograría a través del estudio de las “humanidades”: Gramática, retórica, historia, poesía y filosofía moral.
Este humanismo chocaría con un Occidente aún muy centrado en la teología medieval, lo cual sabemos que originó la Reforma protestante contra los vicios de la Iglesia Católica de ese momento, el cual fue correspondido a su vez con la Contrarreforma dentro de la misma Iglesia Católica para sanear sus vicios y responder al cisma religioso de la Reforma luterana y calvinista. Entre los elementos más importantes de la Contrarreforma católica estuvo la creación de la Compañía de Jesús por San Ignacio de Loyola, donde se buscaba tanto rescatar del olvido la antigua espiritualidad del catolicismo como también conciliarlo con el humanismo de los nuevos tiempos de entonces. La Iglesia Católica había aprendido que la ignorancia religiosa fue una de las causas profundas que produjo la Reforma y la escisión de la cristiandad. Por esta razón entendieron los jesuitas que había que dar respuestas directas y sabias a las controversias de sus contemporáneos y restablecer la estima y veneración de los cristianos por el mensaje de la Iglesia a la luz de la sabiduría renacentista.
La Compañía de Jesús, léase los jesuitas, intentaron que la teología se uniera a la sagrada Escritura, que la filosofía concordara con la ciencia sagrada, que la enseñanza teológica y filosófica fuera precedida, sostenida y fecundada por el humanismo, que todas las ciencias profanas fueran orientadas hacia un fin único, que la razón y la fe volvieran a ser hermanas, que el clero tuviera medios de familiarizarse con el contemporáneos del mundo. En pocas palabras, que la fe, la razón y la pedagogía se conciliaran en un todo para cambiar un mundo convulso. Podría decirse que los jesuitas se alucinaron por contribuir al “bien común” con el tiempo, el talento y el esfuerzo.
El presente libro, Fuente documentales de la Paideia Jesuítica es un enorme esfuerzo de intentar poner en manos del lector venezolano algunos de los documentos fundamentales que inspiraron lo que se ha denominado la Pedagogía jesuítica en los tiempos coloniales (Siglos XV al XIX de nuestra era). En otras palabras, algunos textos selectos que abran los horizontes de lo que fue el trasplante del humanismo difundido en Venezuela por los miembros de la Compañía de Jesús hasta el año 1767. Un trabajo de riguroso estudio documental e histórico que todo interesado en el mundo de la Compañía de Jesús agradecerá al autor de este texto, el sacerdote jesuita e investigador de historia de la UCAB, José del Rey Fajardo. Una lectura tan intensa como exquisita.
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José Del Rey Fajardo (s.j)
Fuente documentales de Paideia Jesuítica.
abediciones, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 2017
