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La Virgen del Carmen y los militares

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Felix Palazzi

El 16 de julio celebramos la advocación a la Virgen del Carmen. Pero, para estupor de muchos, pocos saben que el ejército venezolano se encuentra confiado a ella. Durante la independencia de Venezuela las advocaciones marianas jugaron un papel importante en el imaginario de los próceres. El mismo Simón Bolívar atribuye haberse salvado de un atentado en su contra gracias a la protección de la Virgen del Carmen. Lo mismo sucedió en otros movimientos independentistas de América Latina, especialmente el chileno. Las advocaciones marianas aún mantienen gran influencia en la vida de los pueblos, sea mediante la celebración de grandes procesiones o en las homilías que disciernen el bienestar sociopolítico de las naciones.

Escapulario

El origen de esta advocación se remonta al año 1251. Una pequeña comunidad de ermitaños bajo el nombre de “hermanos de la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo” se traslada a este monte bíblico, cuyo significado etimológico es “jardín de árboles”. El Monte Carmelo era, mucho antes de la llegada de estos eremitas, un lugar de referencia bíblica y pagana. Pero, sin duda alguna, el acontecimiento más conocido es el ocurrido en 1251 cuando la Virgen se le aparece a San Simón Stock, superior de los carmelitas, y le dice: “recibe, hijo mío, este escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad; privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno” (Cf. Novena de Nuestra Señora del Carmen). Esta advocación fue ampliamente propagada por la Orden de los Carmelitas durante la evangelización de América Latina.

A diferencia de lo que pueden creer muchos, las advocaciones marianas no responden a ideales angélicos ni a imaginarios pseudo-religiosos desencarnados de la historia cotidiana que vivimos. La figura de María nos remite a esa mujer histórica que “en el Magníficat se manifiesta como modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social, y no son víctimas de la alienación” (Documento de Puebla, 297). La figura de María “proclama que la salvación de Dios tiene que ver con la justicia hacia los pobres” (Puebla, 1143). Ella nos muestra la fe en un Dios que se pone del lado de las víctimas y nunca del victimario; que acompaña a quienes padecen las injusticias y que son oprimidos. Dios decide manifestarse por medio de una persona que, por ser mujer, era considerada inferior. Por todo esto, esta advocación recuerda el carácter subversivo del plan de Dios al oponerse al pecado y la muerte que nos rodean hoy.

Signo de la fe en Dios

La Virgen le promete a San Simón que quien lleve el escapulario será amparado de los peligros del cuerpo y del alma. Muchas veces esto se malinterpreta como algo mágico, pero el escapulario no es un talismán o amuleto. Llevar el escapulario es signo de la fe en un Dios que quiere la vida para todos y, por ello, opta por las víctimas, por los más vulnerables. Un Dios que se ofrece a todos por igual y sin exclusión de ningún tipo. El escapulario posee en su reverso la imagen del corazón traspasado de Dios. Con ello se recuerda a ese Dios que se solidariza con los que son perseguidos y torturados hoy, quienes son traspasados en sus propios cuerpos y almas por la crueldad humana. Pidamos que el significado de este escapulario nos ayude a convertirnos y abandonar el pecado. Vaya lección para nuestros militares.

Fuente:

http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/virgen-del-carmen-los-militares_661210

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