Jesús María Aguirre
Casi todas las visitas de los Papas a países anglosajones suelen estar transidos de la polémica religiosa entre católicos y protestantes, vieja controversia secular que todavía transmite sus ondas hasta el presente. Trátese de la visita al Reino Unido, a Alemania y ahora a Estados Unidos, el plato está servido para lanzar los ataques a la Iglesia Católica, sumida según los protestantes, al menos más fundamentalistas, en una degeneración babilónica, preanunciada en el Apocalipsis de Juan.
Pero, a medida, que se ha dado el deshielo entre esos países y la Santa Sede, las agendas de la opinión pública tienden a variar y la polaridad entre católicos y protestantes pasa a segundo plano para poner de relieve las controversias que dividen y contraponen a los mismos grupos eclesiales atravesados por las contradicciones de esas sociedades.
Dos de los temas de alto calado que se va a encontrar el Papa Francisco en su visita a EE.UU. tienen que ver con su posición ante el capitalismo, tratándose de un país emblemático por su economía de mercado, y con el tratamiento de la unión de las parejas del mismo sexo a partir de la sentencia favorable que dictó la Corte. En torno a esto dos grandes tópicos aletearán también las disputas sobre las migraciones y el aborto.
En el primer caso se trata de algo más que las tradicionales reacciones de Wall Street frente a toda encíclica social de la Santa Sede, así fuera proveniente del anticomunista Juan Pablo II, pues las recientes visitas y discursos del Papa Francisco a Ecuador y Bolivia, han crispado los ánimos no solamente de los “wasp”, sino de bastantes “hispanics”, residenciados en EE.UU., que consideran que se ha extralimitado en su crítica al capitalismo, filtrando sus simpatías hacia los populismos de carácter socialista.
El otro tema no solamente tiene que ver con la sentencia de la Corte de los EE.UU., en definitiva un país de predominancia protestante, sino sobre todo porque los pronunciamientos del Papa pueden incidir en el giro de la próxima sesión del Sínodo sobre la Familia, que retoma los temas polémicos, aún no zanjados en la primera etapa.
A continuación dos ilustraciones de lo que acabamos de decir:
El Papa y el capitalismo
Hausmann dijo que el Papa está influido por su formación jesuita en Argentina en los años sesenta. “Creo que tiene un buen corazón y buenas intenciones, pero su interpretación del problema de desarrollo está equivocada”, señaló.
Los defensores del discurso de Francisco en Estados Unidos interpretan las palabras del Papa de otra manera. Dicen que el Papa no está atacando el capitalismo, sino los excesos del capitalismo.
“El Papa critica el capitalismo en el sentido de que es un sistema que a veces pone las ganancias por delante del bien común”, dice José Casanova, profesor de sociología de las religiones de la Universidad de Georgetown en Washington D.C. “Pero él no es anticapitalista”. Para ver más sobre este punto haz click aquí.
El Papa y la ley de matrimonio gay en EE.UU.
A tres meses de la visita oficial del Papa Francisco -quien en enero dijo en Filipinas: “La familia está amenazada por los esfuerzos crecientes de algunos por definir la institución del matrimonio”—, monseñor Kurtz fue más allá: “Hoy la Corte se equivoca otra vez. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio”. (…)
El cardenal de Boston, Sean O’Malley —uno de los consejeros distinguidos del Papa Francisco— dijo que lo entristecía la decisión de la Corte Suprema, pero el padre jesuita James Martin escribió en su muro de Facebook al conocerse el fallo: “La Iglesia Católica debe hacer un trabajo mucho mejor para enseñar lo que dice el catecismo: que deberíamos tratar a nuestros hermanos y hermanas GLBT con ‘respeto, sensibilidad y compasión’; pero Dios quiere más. Dios quiere que amemos”. Para ver más sobre este punto haz click aquí.
