Nicaragua registró sus dos primeros casos de Coronavirus (Covid-19), el primero viajó a Panamá y segundo a Colombia, ambos retornaron al país, vía aérea. Organizaciones defensoras de los derechos humanos externaron molestia ante la falta de sigilo y violación a los derechos del paciente 2, al comunicar la vicepresidenta Rosario Murillo, que esta persona, además de padecer de enfermedades crónicas, vive con el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), profundizando en el estigma ante las personas con VIH y exacerbando los prejuicios frente a los pacientes con VIH. Contra todo protocolo se rompieron los sigilos y se violentaron de esta manera las leyes que tutelan y resguardan la confidencialidad, el respeto, la dignidad, los derechos humanos, la integridad, intimidad y la propia vida de mujeres y hombres con VIH en el territorio nacional. De acuerdo con la Constitución Política de Nicaragua (CPN), Ley 820 (Ley de Promoción, Protección y defensa de los derechos Humanos, ante el VIH y Sida, para su prevención y atención) y Declaración de Helsinki.
A pesar de que la pandemia está en Nicaragua, el gobierno sigue manejando la epidemia con secretismo, no ha informado cuántas pruebas han realizado de COVID-19, mientras médicos de hospitales privados, declararon que han remitido al Hospital Conchita Palacios, decenas de casos sospechosos.
En el contexto actual de amenaza contra una epidemia, el gobierno no ha declarado ningún tipo de medidas, ni cuarentena para evitar su propagación, no ha realizado cierre de fronteras, suspendido actividades en centros públicos, mantiene censurada la información y prohíbe a los medios independientes el acceso a la información pública. Por el contrario, la vicepresidenta Rosario Murillo, ha persistido en sus planes de fomentar aglomeraciones, promoviendo marchas, realizando simulacros nacionales y promoviendo visitas casa a casa para prevenir el COVID-19, contradiciendo todas las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las autoridades tampoco han aclarado cuantos respiradores hay en los 19 centros hospitalarios del país, que según el gobierno están listos para atender a quiénes lo necesiten.
Esta semana, el gobierno informó la llegada de una brigada de médicos cubanos, que afirman producirán en el país Interferón Alfa 2b, que no es una vacuna contra el coronavirus, pero que tampoco ha demostrado su efectividad.
Según la encuesta de Cid Gallup entre 7 y 8 de cada 10 nicaragüenses no están de acuerdo con las medidas que ha adoptado el régimen contra la amenaza del coronavirus, un 65% no tiene confianza en las medidas adoptadas por el régimen versus un 16% que tiene mucha confianza. Las personas encuestadas cuestionan la falta de aplicación de medidas preventivas y un 58% afirma no tener nada de confianza en las autoridades de salud, frente a un 15% que dice tener mucha confianza. Explica el sondeo que la desconfianza es mayor en las personas menores de 30 años y que tienen estudios superiores. De los encuestados 9 de cada 10 dijo estar tomando medidas contra el COVID-19.
