Por Gonzalo Oliveros
Sin buscarlo, los venezolanos que afuera estamos, en eso nos hemos convertido.
Los países que han acogido la migración venezolana, no estaban preparados para un fenómeno como el que a Suramérica le afecta. Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina, han recibido en exceso de sus previsiones, a nuestros connacionales.
La recepción que nos han dado los ha obligado a crear o ajustar sus políticas públicas migratorias, todo ello con el objeto de facilitar nuestra integración a sus economías.
Quizás unos con más rapidez que otros, eso han tratado de hacer.
Los venezolanos entonces somos sujeto, sin quererlo los gobiernos y menos aún los receptores de las medidas, de decisiones que van en ensayo y error. Eso que cualquiera pudiera pensar que es malo, a nuestro juicio no lo es.
Las políticas diseñadas en todos nuestros países tienen virtudes y defectos. Estos se tratan de corregir con la experiencia, buscando siempre mejorar en una suerte de ganar-ganar, tanto el país que las implementa como el venezolano beneficiario de las decisiones.
A la larga, quienes hemos sido aceptados como migrantes (en su expresión más amplia) agradecemos las medidas adoptadas. Pero adicionalmente tomamos nota de ellas para implementarlas en su oportunidad cuando a Venezuela retorne la democracia.
En efecto, un país que ha sido sometido estos últimos años a una diáspora forzada, requerirá de manera urgente de personal, calificado y no. De migración positiva.
Así entonces, en Venezuela habremos de poner en práctica las experiencias recogidas estos años, corrigiéndolas, ajustándolas, todo ello con el objeto de recuperar con mayor rapidez el crecimiento que el país perdió.
Puede uno entonces concluir lo que hemos afirmado previamente: La migración no es un problema sino una oportunidad. Lo es hoy para los países que nos reciben y lo será mañana cuando seamos los venezolanos quienes allá recibamos a quienes vendrán a contribuir con nuestro desarrollo.
Los conejillos de indias pondremos entonces en práctica las políticas públicas que con nosotros se implementaron, para bien del país que nos recibió y de los migrantes.
