Betty Nuñez
Durante los días de semana santa, en la parroquia La Vega, no hay momento más esperado que el “viernes santo” y es que los habitantes de esta comunidad se aproximan en la plaza Bolívar desde tempranas horas del día para esperar sus puestos, pues saben que a las 11 de la mañana, niños, jóvenes y adultos de esta parroquia representarán la vida del Jesús.
Dicha representación cumple 31 años de tradición y desde hace 2 años en semana santa se hace presente no solo en iglesia Santo Cristo de La Vega, sino en diversos sectores y barrios de la parroquia, cada viernes de cuaresma, gracias a la iniciativa del Padre Ramón. Esto invitó al grupo a colocarse como nombre “Los humildes amigos de Jesús seguimos tus huellas”. Dándose a conocer no solo en la Parroquia sino en distintas zonas de la Gran Caracas.
La semana pasada estuve conversando con los integrantes de esta actividad, a las 7 de la noche del jueves nos encontramos, uno a uno fue dando su testimonio de fe, dejando claro que ellos no hacen teatro sino que llevan un mensaje de evangelización a cada una de las comunidades en donde les toca presentarse.
La historia de un milagro
El viacrucis nace en La Vega gracias a la iniciativa del Padre Saleciano Conrrado Pastore, “él llamó a unos tantos niños para que participaran en dicho viacrucis, y yo quise participar”.
Mervin Serrano un niño de 9 años que se encontraba haciendo la primera comunión recuerda que en esa oportunidad participó como Capitán de los Soldados “Tenía a mi mando solamente un soldado, éramos niños, el grupo no era tan grande” en una representación sencilla y simbólica el Viernes Santo la parroquia La Vega revivía la vida de Jesús.
Después del padre Conrrado, fueron cambiando los coordinadores de dicha actividad entre ellos “un catequista llamado Franco, luego Javier Tovar, después Martí y finalmente el Padre José Luis Ayala, luego nos quedamos sin coordinador y yo pensé ¿Cómo hacemos?, ¿Quién se va a encargar de esto?”. Ese año no habría viacrucis viviente, Mervin tenía alrededor de 15 años de edad, su mamá se encontraba padeciendo de una enfermedad llamada Rendú Osler Weber.
“Yo me sentí mal, quise buscar ayuda y lo que me vino a la mente fue ir directamente a la iglesia y no sé cómo me halaron y me arrodillé frente al Santísimo y sin querer, no sé cómo, pero yo conversé en ese momento con Jesús, debe ser por la desesperación que tenía”
En ese momento fue cuando Mervin decidió tomar las riendas del viacrucis y ante el santísimo hablando con Jesús dijo: “Señor, si mi mamá se me salva o vive, yo te prometo que pago 20 años de promesa representando a Jesús de Nazareth”
Él, no espero la recuperación de su mamá y empezó ese mismo año a organizar el viacrucis, llamó y animó a sus amigos les invitó a formar parte de esta iniciativa.
Ese primer año en el que Mervin representó a Jesús no tuvo tiempo de aprender el personaje, quedaba muy poco tiempo para Semana Santa “Era un viacrucis muy corto, pero todo lo leía, no me aprendí el personaje, no me dio tiempo”.
La mamá de Mervin continuaba en cama, pero ocurrió lo inesperado: “La sorpresa es que cuando termina dicho viacrucis (…) yo voy subiendo hacia mi casa y mi hermano va bajando y le pregunto ¿Qué pasó y mi mamá?, él me dice: Voy a comprarle un jugo, pero ella está en la casa, ella esta acostadita.
Cuando entro a la casa, ¡no me lo vas a creer!, mi mamá estaba abriendo la nevera. Yo me sorprendo y le digo: ¿Pero mamá que haces de pié? Ella me responde:
- Mervin, es que tengo sed.
Recordé que esa fue la frase que dijo Jesús en la cruz “Tengo Sed”. Yo me sorprendí mi mamá caminaba, y gracias a Dios desde ese momento mi mamá estuvo bien y me vivió 18 años más”.
Mervin hoy con 35 años edad sigue siendo un hombre de fe, y actualmente junto a Ramón Pinargote, continua coordinando el viacrucis viviente de La Vega, considera que este viacrucis existe gracias al Milagro que Dios le hizo a su mamá, y a su promesa.
“Es una experiencia bárbara, Dios ha sido mi director, yo nunca he hecho teatro, Jesús ha sido el que nos ha guiado a saber que hacer cómo actuar, qué decir, cómo decirlo. Me siento muy contento de estar en este grupo, hacemos el viacrucis, pero también el nacimiento viviente en navidad” señala Mervin.
Un sentimiento de familia
Cuando conversas con los integrantes de este viacrucis es imposible no sentir un nudo en la garganta, cada uno da un testimonio de fe y conversión personal. Tienen entre 15 y 16 años participando en esta actividad tan emblemática de la semana santa, también hay nuevos integrantes y personas que han participado intermitentemente durante 6 años, es así como han logrado hacerse familia.
Los ensayos los realizan en la iglesia, desde la segunda semana de enero hasta semana santa, son jóvenes que dedican sus vacaciones y fines de semana a ensayar, eligen estar ensayando mientras muchos otros se van de viaje.
Para ellos esto no representa sacrificio alguno, manifiestan gusto y compromiso con lo que hacen y lo dejan claro en sus testimonios: “Hemos llorado mucho, cualquier cosa que les pasa a ellos, nos pasa a todos nosotros, de verdad que somos una familia muy linda” Mervin Serrano.
“El viacrucis (sus integrantes) es como tu familia, encontramos la oportunidad de aportar a la iglesia, buscamos rescatar todo este tipo de cosas” comenta William Semejal.
“Me acercaba, siempre los veía, yo sentía la pasión del viacrucis y a través de un amigo llegué, y acá hay un buen sentimiento” Joiner Sanz
Actualmente Oliver Arguinzones realiza el personaje de Jesús “Llegué cuando tenía 17 años, he venido desde niño a observarlos, yo venía desde Maracay, y ahora tengo 3 años haciendo de Jesús”. Comenta que al momento de representar a Jesús cuando la cruz es colocada en su hombro las lágrimas empiezan a salir hasta que es crucificado, es algo que no puede controlar.
Por su parte Marco Castillo cuenta que sus 3 hermanos han participado y hoy tres de ellos continúan: “Mi hermano venía a ensayar, yo tenía 7 años y a veces hacía de pueblo, hasta que hice Barrabas, ahora tengo 22 años de edad, y 15 años haciendo Pilatos. Es como una familia que uno tiene y para mí el viacrucis no va a morir”
Y es que así como Marco, este grupo tiene fe en que este viacrucis continuará como tradición, pues ellos empezaron como niños y ahora sus hijos y sobrinos también participan.
“Son mis amigos, mis hijos, porque los considero así y porque yo los he tratado así, quizás encuentran en mí lo que no han conseguido en su casa” comenta Mervin Serrano.
Historias de transformación
Mervin, no fue el único que se acercó a la iglesia en búsqueda de respuesta, pues dos de los integrantes con los que conversaron dejaron claro lo siguiente: “Yo me encontraba desesperado, pues mataron a mi papá el día de mi cumpleaños y cuando pasas por ese tipo de cosas uno se desespera. Mervin siempre me decía: “no te dejes llevar por la violencia”. Hoy Estoy agradecido por el apoyo constante pues en Mervin encontré un padre” William Semejal.
Mervin señala que este joven junto a otros llegaron llenos de historias de violencia, con sentimientos de venganza “con pistola en la cintura, con dialecto malandroso, incluso fumaban droga” pero llegaron con el interés de participar “No podía decirles que no”.
Él sentía esto como un reto, se sintió con el mismo compromiso que Jesús de Nazareth “El buscó fue a los pecadores, y eso fue lo que yo hice, ese pecador puede ingresar al grupo” con el compromiso de ayudarles a salir de la violencia y estar ahí para apoyarlos, es así como el viacrucis ha logrado cambiarle la vida a muchos “a pesar de nuestro pecados”.
Hoy por hoy, Félix Plaza cuenta entre lágrimas: “Estoy regenerado, yo era un chamo al que le decían que no pasaría de los 15 años y hoy tengo 34 años, aquí sigo y aquí seguiré”.
Este grupo recibe a quién desee participar, muchos han sido espectadores y quienes quieren participar llegan solo y el grupo siempre está dispuesto a abrirle las puertas.
¿Cómo vive La Vega este viacrucis?
“Son cosas emocionaste que viven Jesús” y es que cada uno de los personajes transmite lo que se vivió en aquella época, los golpes y las lágrimas son reales, pues cada uno manifiesta que dejan de ser ellos para convertirse en el personaje. Los golpes y marcas que quedan en el cuerpo de Jesús también son reales.
Son un grupo sin fines de lucro: los trajes son elaborados y financiado por los mismos participantes del grupo. Adicionalmente cuenta con el apoyo de José Gregorio, llamado por todos “Papa Monsé” quien les apoya con la utilería, lavado de trajes y alimentación. Es algo que realiza desinteresadamente y con alegría.
El señor Baudilio, uno de los integrantes más antiguos señala “Mervin me llama y me dice: -Usted tiene carisma y carácter-. Yo le dije: ¡Yo no puedo! Nunca he hecho eso. Pero aquí estoy, he realizado el papel de sacerdote, Pedro, Simeón y Cerato. Participo junto a los jóvenes porque a la vez les enseñamos y aprendemos a evangelizar”.
Y es que los soldados y sacerdotes, se han ganado insultos, golpes y amenazas de los espectadores. Pero para este grupo recibir eso durante el desarrollo del viacrucis les hace saber que están transmitiendo lo que Jesús vivió.
Cada uno de los de los integrantes no tiene un papel fijo, cada día van cambiando, para el caso de las mujeres, un día serán María, otra Verónica o María Magdalena y a veces les toca representar a las mujeres del pueblo.
Una de ellas manifiesta “Las lágrimas son reales, antes tenía que irme a pensamientos triste, pero cuando lo veo a él – Señalando a quien hace el papel de Jesús- me hace llorar, sufro lo que él vive”.
La parroquia La Vega está llena de sectores donde la música alta, el juego de dominó y el licor hacen vida cada viernes por las noches, horario en el que el viacrucis se presenta, sin embargo el señor Baudilio destaca “la gente nos respeta, bajan la música, se les escucha decir “va pasando el viacrucis” nos respeta porque llevamos un alimento espiritual para cada comunidad”.
El Viernes Santo, a las 11am en la Iglesia Santo Cristo de La Vega la comunidad sabe que se presentará el grupo, mucha gente llega temprano para apartar su puesto, pues la iglesia se llena a un nivel que quien no llega temprano no podrá ver. Es la actividad que más conmociona a la comunidad durante la Semana Santa y estos jóvenes están ahí para revivir la vida de Jesús a través de cada representación en escena.
¿Qué invitación les haces a otros líderes de la comunidad?
Mervin, invita a quienes deseen hacer algo por la comunidad, a mantener un pensamiento optimista, mantener la fe y el amor “piensa positivo eso se logra si te propones hacerlo”.
Recomienda entender que cada persona piensa distinto y un líder tiene que comprender a cada uno de los integrantes de su grupo: compartir, escuchar, aconsejar y ganarse el respeto a partir del ejemplo es esencial.
El secreto
“El amor que le tengo a mi parroquia, yo resalto La Vega en cualquier lugar, el amor y la fe que uno tiene con Dios hace que estas cosas valgan la pena, gracias a mi fe se creó todo esto. Yo soy optimista”. “Este viacrucis no es mío es de la comunidad”. Mervin Serrano.
Una tradición que debe continuar
Este año Mervin piensa retirarse y entregar la coordinación a otra persona, los integrantes se siente conmovidos entienden el compromiso que implica continuar. Pero ¿Por qué retirarse?
“Es una experiencia muy hermosa, tomar la decisión de retirarme no fue fácil, mis hijos están creciendo no les he dedicado tiempo de vacaciones a mis hijos, papá siempre está trabajando, en esas fechas siempre están con mamá, 31 años ya es bueno, nadie es eterno.
Ya estoy listo, estoy sufriendo de una enfermedad hereditaria que se llama Rendú Osler Weber, tengo que cuidarme a mi persona y a mis hijos, dejo a los futuros coordinadores la mesa servida, ellos tienen la capacidad de seguir con este trabajo y seguirán recibiendo mi consejo y mi asesoría”
El sueño de Mervin Serrano
“No quisiera que este grupo desapareciera, que nuestros relevos: nuestros hijos, sobrinos, nietos, sean los futuros personajes y todo aquel niño que quiera entrar tenga las puertas abiertas, quisiera que fueran más de 100 años del grupo, que siguiera generación tras generación. Que en La Vega no se pierda esta tradición hermosa”.
Link hacia el video que muestra el viacrucis: