Luisa Pernalete
“Vecina, 16 horas sin luz es demasiado y ya se me derritió la última vela que tenía ¿puede darme una suya?” Así le dijo la señora Yraida a Chabela, que vive al frente quien le cedió una vela ¡cuánta alegría generada por una velita!
La anterior historia de unas vecinas, habitantes de San Félix, me sirve de introducción para mencionar otras pequeñas luces que vamos recogiendo y valorando en estos momentos en donde no sólo electricidad falta en el país. Falta esperanza.
Una vela en un apagón es para mí la actitud de los 25 directores de centros de Fe y Alegría en Guayana, los cuales, después de pasar revista a la creciente violencia y escasez que les afecta, no dijeron que renunciarían a su difícil cargo. Todos buscaban qué hacer para que tanto madres, maestros y estudiantes puedan crecer como personas; buscaban también maneras de acompañar a las víctimas de la violencia, reducir su sufrimiento y adquirir herramientas para resolver conflictos por vía pacífica ¡son admirables!
Una vela en esta oscuridad es recordar lo que me contó una “comadre” sobre la recuperación de adolescentes que andaban en “malos pasos”, recuperación lograda gracias al trabajo de Madres Promotoras de Paz de una comunidad de San Félix. “Son 6 los salvados de las bandas, – dijo DV con sonrisa satisfactoria – al lado de usted estaban en la última caminata por la paz”. ¿No es una luz que una madre le quite terreno al delito?
Un vela en el túnel es la convocatoria a una campaña de mensajes en Twitter que la Sociedad de Neurología está haciendo para abogar por medicamentos para pacientes con enfermedades neurológicas, como ejemplo de lo que profesionales de la medicina, preocupados por sus pacientes, están haciendo para ayudar a otros ¿Quién dijo que todo está perdido?
Una vela en medio de la noche es la oportunidad que tendremos de asistir a un curso de juegos terapéuticos para que podamos ayudar a niños, niñas y adolescentes que hayan sufrido eventos violentos. Son dos los expertos que visitarán el país y Fe y Alegría tendrá la oportunidad de unos cupos. Lo multiplicaremos sobre todo a docentes de educación inicial ¡Una gran vela!
Una vela inmensa es la cantidad de venezolanos que siguen creyendo en vías pacíficas para resolver los grandes problemas del país, son muchos más los que están eligiendo estas vías que los linchamientos. Empobrecidos de diverso origen étnico. ¡Todos de acuerdo!
Al amanecer, al mediodía con un sol radiante, una vela ni se nota, pero en medio de un apagón una vela brilla y se agradece.