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Un líder de la paz mundial: Juan Pablo II

La revista SIC, con motivo de su muerte le dedicó el dossier correspondiente al número 674 de mayo, que puede encontrarse en la dirección: Juan Pablo II: signo de contradicción / Jesús María Aguirre.  Revista SIC 674 (May. 2005). No es, por tanto, nuestro propósito recorrer su itinerario apostólico sino resumir los aspectos que han destacado la Congregación para las Causas de beatificación y de canonización en su decreto y los testimonios de un persona cercana a su ejercicio pastoral: el Dr. Joaquín-Navarro Valls, quien fuera Director de prensa y portavoz del Papa.

La fecha de la beatificación del papa polaco para el 1 de mayo se hizo pública después de que el pasado 11 de enero, los cardenales y obispos de esta Congregación consideraran “milagrosa” la curación de la religiosa Marie Pierre Simon por intercesión de Juan Pablo II.

Según aclaró la Congregación encargada la causa de beatificación de Juan Pablo II “por Dispensa Pontificia empezó antes de que transcurrieran los cinco años de la muerte del Siervo de Dios, requeridos por la normativa vigente”. “Ese procedimiento fue solicitado por la imponente fama de santidad” de Juan Pablo II “en vida, en muerte y después de la muerte”, continúa el texto.

“Por lo demás, fueron observadas íntegramente las comunes disposiciones canónicas referentes a las Causas de beatificación y de canonización”, según aclaró la Congregación.

Visibilidad de la Iglesia Católica en un mundo globalizado

Tras el Vaticano II, durante los pontificados de Pablo VI y Juan Pablo II, el modo de presentación, y entonces de autopresentación del papado, ha sido completamente expresiva. Con motivo del 25 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano publicó en 2004 un libro titulado “Id por todo el mundo”. Giancarlo Zizola, vaticanista reconocido, subrayó que “el papado ha conquistado su ciudadanía en el reino de la visibilidad pública, saliendo del lugar de marginación del culto a donde había sido relegado por decreto de la sociedad secular, en nombre de una visión militante del principio liberal de separación de Iglesia y Estado (p. 17). Un historiador alemán, el jesuita Klaus Schatz, hablando de Pablo VI y de Juan Pablo II, subrayó el significado de “papado itinerante” –por tanto en conformidad con el Vaticano II- más en modo de un movimiento misionero que como un polo estático de unidad. Schatz se refiere a la manera de interpretar la misión papal como una llamada a “confirmar en la fe a los hermanos” (Lucas 22, 32), en un modo ligado a la autoridad estructural pero con un fuerte toque espiritual y carismático, en relación con la credibilidad personal y arraigada en el mismo Dios.

El compromiso social más allá de las ideologías comunista y capitalista

Foto de El Universal, tomada por Pedro Lara

A Juan Pablo II se le asocia con el desplome del telón de acero y la liberación de los países europeos del Este, y esta imagen, promovida por la propaganda anticomunista, ha desdibujado su aporte al necesario compromiso de la Iglesia a favor de la justicia social. En 1989, cayó el Muro de Berlín, pero, a nivel internacional, se podía sentir la fuerza destructiva de los mecanismos comerciales y de los intereses privados económicos e ideológicos, incluso muchos de ellos anónimos, que traían injusticia y marginación a todos los pueblos –incluso a ciertos grupos sociales en los países desarrollados–, y en especial se podía percibir que la vida humana había sido devaluada. En muchos viajes apostólicos internacionales a los varios continentes, el Papa proclamó el Evangelio de Cristo y la preocupación de la Iglesia. Escribió de modo más sistemático las encíclicas Laborem Exercens, Sollicitudo Rei Socialis, Centesimus Annus; y también Evangelium Vitae, Veritatis Splendor, Fides et Ratio; y las encíclicas que tenían que ver directamente con la vida y el apostolado de la Iglesia, como Dominum et Vivificantem, Redemptoris Missio, Ut Unum Sint, Ecclesia de Eucharistia. Es hora de recuperar esta visión antitotalitaria y profundamente social de su legado.

La paz ofensiva contra la guerra de Irak

A menudo, como en el caso de los esfuerzos realizados para evitar la guerra entre los Estados Unidos e Iraq, existe una auténtica “paz ofensiva”, no sólo para salvar la vida de las personas, también para frenar el crecimiento del odio y las dementes ideas sobre el enfrentamientos entre las civilizaciones, o sobre el nuevo fenómeno de terrorismo a gran escala. De ahí el discurso de Año Nuevo ante los cuerpos diplomáticos acreditados en la Santa Sede, también el inolvidable febrero de 2002 en el que el Papa mantuvo encuentros con diplomáticos de “primera categoría”, J.Fischer (el 7 de febrero); Tarek Aziz (el 14 de febrero), Kofi Anan (18 de febrero), Tony Blair (22 de febrero, Jose Mª Aznar y el enviado de Seyyed Mohammed Khatami, presidente de la República Islámica de Irán (27 de febrero); y finalmente, debido a la insostenible situación humana, la deciisión de mandar al cardenal Echegaray en misión especial a Bagdad (15 de febrero) y al cardenal Pío Laghi a Washington (del 3 al 9 de marzo). El “febrero del Papa” concluyó con el encuentro del cardenal J.L. Tauran con los 74 embajadores y diplomáticos del mundo entero; el secretario por las Relaciones con los Estados, el “ministro de Asuntos Exteriores” del Papa, el cardenal Tauran hizo un llamamiento para evitar la guerra, y les recordó todo lo que el Papa había dicho en su “paz ofensiva”. El reto papal sigue vigente, especialmente, en el Magreb.

Profunda vida espiritual

No es de extrañar que ante el manejo espectacular de los medios masivos, más proclives a destacar las dimensiones heroicas del personaje, pasen desapercibidas las dimensiones más profundas de su fe y de su espiritualidad. En este sentido nada más valioso que el testamento que escribió en 1979, y que modificaba todos los años durante los ejercicios espirituales. Ahí se ve reflejada su fuerte conciencia de que estamos viviendo momentos muy difíciles en la historia y en la vida de la Iglesia y su responsabilidad como Sucesor de Pedro de confirmar en la fe a los hermanos, a partir de su confianza en Dios.

Esta experiencia se reflejaba en numerosas acciones de su vida cotidiana, y el Dr. Navarro Valls recoge admirablemente algunos momentos significativos que le dejaron una impronta en su relación con Juan Pablo II: “Su peculiaridad personal aparecía principalmente en su relación directa con Dios. Por ello su espiritualidad era atrayente y magnética, siempre apostólica y constantemente convincente. Tanto si sufría como si reía (…) no mantenía una relación principalmente especulativa con una divinidad distante y trascendente. En su jornada, estar con Dios constituía la mayor pasión, la más intensa prioridad, y, a la vez, lo más normal del mundo”.

La normalidad en el trato con Dios se manifiesta en esta anécdota que nos cuenta de su vida cotidiana, cuando al pasar cerca de la capilla, le vio cantar mientras fijaba su mirada en el Tabernáculo, no un tema litúrgico, sino canciones populares en polaco. Para él Dios no era un código en el que expresar una creencia, sino una Persona en la que creer, en la que esperar y con la que vivir un amor intenso, fiel, recíproco, para toda la vida”.

Todos recordamos la imágenes intensas de su rostro concentrado aun en medio de las multitudes, y de nuevo Navarro Valls nos da su interpretación: “Creo que entendí realmente cuál debe ser la relación verdaderamente cristiana con Jesús cuando vi el modo en que Él se dirigía al Crucifijo, en la seguridad concreta de una mirada espiritual mutua y recíproca”.

Esta espiritualidad de un hombre enamorado, un cristiano que miraba más allá de sí mismo, identificado con el Jesús que se compadecía de la gente, mostró ante el mundo el rostro misericordioso de Dios.

Notas.-

1. Decreto De la Congregación para las Causas de los Santos.
2. Ante la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo, la diócesis de Roma abrió una página oficial dedicada al evento , disponible en seis idiomas —español, italiano, francés, inglés, polaco, y rumano—, y reúne todas las informaciones principales sobre el pontífice.
3. Navarro Valls, Joaquín (2010) “Juan Pablo II y su santidad personal”, en: Recuerdos y Reflexiones. Plaza-Janés, Barcelona.
4. Fuente de las fotos: El Universal y BBC Mundo

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