Scroll Top
Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Transición o muerte

transicion-o-muerte

Luis Ugalde

Fracasó estrepitosamente  la apuesta “revolucionaria” de llevar a Venezuela a su felicidad con una economía sin empresa privada productiva, gracias a la infinita renta petrolera, en manos de un gobierno repartidor. No sólo se pudrió Abastos Bicentenario; está podrido todo y el gobierno va a la deriva sin brújula. Ante la rotunda y definitiva derrota del modelo, lo único sensato es reconocer la realidad y abrirse a la transición: desde la actual catástrofe hacia una nueva base sólida para reconstruir. Lo malo es que los mesianismos llevan a perder todo realismo y sensatez y apuestan a milagros de última hora.

En 1944 Hitler estaba derrotado, luego del decisivo avance soviético y de los exitosos desembarcos aliados en Sicilia y Normandía. Alemania estaba agotada y el nazismo en agonía terminal. Así lo entendieron muchos de sus generales y ministros y buscaron alguna forma de negociación y rendición con una transición menos costosa y un final menos terrible para los pueblos, salvando lo salvable. Hitler los tachó de cobardes y traidores, y siguió delirando con secretas bombas prodigiosas de última hora y divisiones militares salvadoras, que no existían e intentó la absurda defensa de Berlín  con niños de 15 años, cuando la toma por las tropas rusas era inevitable e inminente. El dilema de Hitler era triunfo o muerte. Como el triunfo era imposible, la muerte era segura, para él y para millones más.

En Venezuela hoy muchos generales, ministros y exministros ven que este modelo “revolucionario” ha fracasado y que es suicida aferrarse a él. Frente a esta actitud suicida, a nosotros nos queda la transición organizada para disminuir la destrucción y poner las bases nacionales para la reconstrucción.  Pero en el gobierno hay hitleritos – salvando las distancias- que prefieren la ruina total del país, antes de reconocer su fracaso y abrirse a los cambios necesarios para que tengamos comida, medicinas y seguridad con una democracia plural y sin presos políticos, abierta en sí y al mundo. Esa cerrazón lleva al cogollo a anunciar fórmulas salvadoras sin salirse de la revolución. Toman  decisiones que dan más bolívares al gobierno, pero agravan la escasez y la inflación y no  cambian las dos condiciones indispensables y conectadas: 1) estimular de verdad la confianza, la productividad y la producción nacional y 2) promover el ingreso al país de dólares por préstamos y renegociación de la deuda y por la creación de situaciones atractivas y estimulantes para la inversión y producción. Ambas cosas sólo se pueden dar desde la aceptación del fracaso del modelo y el impulso decidido  a una alianza de las políticas de estado con el renacer de las empresas privadas y la movilización de una sociedad plural, impulsando la transición desde la ruina actual hacia el terreno firme para reconstruir entre todos. Serían funestos una mega-explosión social, o un golpe militar (ya estamos en gobierno militar). Necesitamos una transición promovida desde la oposición y desde el gobierno para hacer realidad  el cambio con el menor costo y  condiciones para unirnos en la reconstrucción eficaz. Sería insensato pensar que la reconstrucción se puede dar con solo medio país, o aferrados al fracasado modelo “revolucionario”.

Se entiende que el cogollo del poder se resista a la transición. Para su ideología (y la del 15 % de seguidores) es imposible reconocer que los empresarios demonizados y los “imperialistas” deban ser parte de la solución y que estos tienen lo que más le falta al gobierno actual. Los “revolucionarios” temen que, sin fanatismo y fundamentalismo ideológico, se queden sin seguidores. La otra resistencia viene de la desesperación de aquellos que están corrompidos en el poder y han cometido sistemáticas violaciones de la Constitución; su problema es adónde ir como refugio cuando esto cambie. Hay delitos que no prescriben y cuyo juicio y castigo trascienden las fronteras.

Transición o muerte. Hitler ya derrotado escogió la muerte para sí y la destrucción y muerte para  lo que quedaba de Alemania. En Venezuela los que todavía están en el poder -militares y civiles- y no han cometido delitos tienen que escoger la transición hacia la vida y la reconstrucción. Lo más sensato parece ser la pronta renuncia de Maduro – voluntaria o inducida-, para caminar juntos con bases políticas y constitucionales hacia el éxito: del actual empobrecimiento masivo y corrupción a la superación de la pobreza en democracia social y con economía de mercado, dentro del bien común y la Constitución.

 

Entradas relacionadas
Subscribe
Notify of
guest
0 Comentarios
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría saber tu opinión, por favor comenta.x
()
x
Nuestros Grupos