Por Oscar Bastidas Delgado
Es frecuente que quienes constituyen una cooperativa o se asocian a alguna, desconozcan que ella constituirá una herramienta organizacional poderosa para enfrentar sus problemas y de quienes lo rodean, también que ingresan al movimiento socio – económico mas extendido del mundo, a un movimiento con malos entendidos y manipulaciones populistas pero también pleno de de bellas utopías, de una rica historia y grandes impactos y éxitos en su caminar, gracias a los cuales es apreciado en innumerables rincones del planeta y reconocido por importantes instituciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La lógica de las cooperativas es la misma de las Organizaciones de la Economía Social (OESs) pues ellas son parte constituyente de esta economía. Esa lógica que puede resumirse como la asociación voluntaria de personas que unen esfuerzos y recursos para enfrentar sin intermediarios sus problemas comunes, ha estado presente desde siempre en el qué hacer cotidiano de la humanidad, pero tomado mayor impulso en la medida en que se han sistematizado sus procesos, detectados los principios que motorizan y facilitan la aplicación de sus valores, e irradiado con experiencias estudiables y perfeccionables el amplio mundo de la Teoría Administrativa.
Es así como, desde la constitución formal de la primera cooperativa moderna del mundo, la Compañía Común de Ampelakia en Grecia[1], hasta ahora, el cooperativismo se ha convertido en el primer movimiento socio – económico del planeta siendo pioneras en esfuerzos comunes, en sus miembros existe una especie de conciencia colectiva que les ha permitido desarrollar experiencias genuinas, cada una con su singularidad, con interesantes bondades como la producción de bienes y servicios y el combate a la iniquidad, al hambre, a la pobreza y al desempleo, al mismo tiempo que teje ciudadanía local en época de indiscutible globalización.
En la actualidad son infinitas las expresiones espontáneas o permanentes que individual o colectivamente son utilizadas para enfrentar problemas; se encuentran en todos los espacios humanos y son consecuencia lógica de nuevas necesidades urbanas y rurales que con creatividad e innovación generan nuevos sistemas económicos y modelos organizacionales con base en novedosas formas de gobernanza, redes de comunicación y sistemas de intercambios.
La Economía Social no es solo un término, es una realidad socio-económica con expresiones históricas y geográficas construidas a lo largo de la humanidad, catapultada con los impactos de la Revolución Industrial. Esas realidades, verificables, han recibido diversas denominaciones, la más antigua, Economía Social, tiene origen europeo, es el más expandido en el planeta.
El término data de principios del siglo XIX, ya en 1830 Charles Dunoyer había publicado en París su Nuevo Tratado de Economía Social y que en esa misma década se impartió un Curso de Economía Social en la Universidad de Lovaina[2]; ambas actividades se insertan en la faceta de la ES como campo del conocimiento. Desde entonces y hasta finales de ese siglo, agrega Defourny, citando a A. Gueslin[3], la ES no pretendió ser, ni más ni menos, que otra forma de hacer política económica, “todos sus defensores estaban sensibilizados por el tremendo coste humano de la revolución industrial y reprochaban a la ciencia económica dominante el que ignorase la dimensión social”.
Fuente: https://www.amazon.com/INTEGRACI%C3%93N-COOPERATIVA-OLEAJE-MUNDIAL-Spanish-ebook/dp/B07X5NXN8W/ref=sr_1_1?keywords=oscar+bastidas+delgado&qid=1569981773&s=gateway&sr=8-1
@oscarbastidas25
[1] Comité Económico Social Europeo. La Economía Social en la Unión Europea. Informe Elaborado para el Comité Económico y Social Europeo por el Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa (Ciriec). Bélgica.2012.124 págs.
[2] Defourny, Jacques. “Orígenes, contextos y funciones de un tercer gran sector” en José Luís Monzón y Jacques Defourny. Economía Social. Entre Economía Capitalista y Economía Pública. Ciriec- España. Valencia. S/f. pp.17- 21.
[3] Gueslin, A. L´invention de l´économie sociale. Económica. Paris.1987. Citado por Defourny. Ob. Cit. p.19.