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San Alberto Hurtado y el derecho al salario justo

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Por Alfredo Infante s.j. 

La situación laboral fue uno de los asuntos a los que San Alberto Hurtado se dedicó de manera más acuciante. Ya desde la secundaria entró en contacto con el mundo de los obreros y sus familias y, antes de entrar a la Compañía de Jesús, como estudiante de derecho de la Universidad Católica, realizó dos investigaciones relacionadas con el tema: una sobre la reglamentación del trabajo de los niños, y, la segunda, sobre el trabajo a domicilio de las mujeres. Ambas poblaciones vulnerables y explotadas en la sociedad de su tiempo en una Chile pobre y desigual.

San Alberto Hurtado acompañó a los trabajadores y a sus familias para que se organizaran y conquistaran condiciones de trabajo dignas y, muy especialmente, un salario familiar, porque:

“el trabajador tiene el derecho natural primario de constituir una familia y, por tanto, los medios necesarios para alimentarla y mantenerla en forma humana… el salario familiar es el bien común social: la sociedad no puede subsistir sin una familia bien constituida y sin salario familiar no puede esta subsistir… la patria entera ganará al contar con hogares que puedan realizar una ascensión social”[i]

Por salario Familiar se refería San Alberto Hurtado a aquel que:

debe ser tal que pueda cubrir las necesidades tanto ordinarias tanto, extraordinarias de la familia. Llamamos necesidades ordinarias, sus gastos corrientes siguiendo las fluctuaciones del costo de la vida; y necesidades extraordinarias las que provienen de gastos de maternidad, accidentes, enfermedad, vejez y cesantías”

Y, criticaba que para entonces:

“desgraciadamente los subsidios familiares y los seguros sociales son inexistentes para muchas categorías de trabajadores, o bien, existen en una fórmula puramente simbólica, pues las prestaciones que se dan son irrisorias”

Podemos hacer una comparación del Chile de San Alberto Hurtado y la Venezuela de hoy, y dolorosamente quedamos mal parados. Hoy, según Luis Pedro España, investigador de la Universidad Católica Andrés Bello, quien coordina la investigación sobre pobreza de la ENCOVI, los indicadores de pobreza en Venezuela son los siguientes:

“79,3% de los venezolanos están sumergidos en pobreza extrema y 96,2% son pobres, al cierre de 2019. En 2014, cuando comenzó la recesión que hundió la economía, y luego, a partir de 2017, se combinó con la hiperinflación, la pobreza extrema se ubicó en 20,6%”[ii]

Una de las variables de este empobrecimiento es que Venezuela cuenta con un salario mínimo de 4,6 dólares al mes, cuando a nivel internacional se considera que 30 dólares al mes (es decir, 1 dólar diario) es un indicador de pobreza. El ingreso de la mayor parte de las familias venezolanas está bajo la línea de la pobreza.

¿Qué diría y haría San Alberto Hurtado en la Venezuela de hoy? ¿Cómo vivimos está situación? ¿Cómo nos las arreglamos?  El salario familiar es un derecho humano del trabajador ¿Qué podemos hacer para defender este derecho? San Alberto Hurtado era un hombre de oración-reflexión-acción y celebración ¿Qué implica este camino hoy en torno al tema del derecho a un salario digno?


Referencias:

[i] Moral Social. Obra póstuma de San Alberto Hurtado. Segunda Edición. Universidad Católica de Chile.2006. Páginas consultadas 241-245.

[ii] https://prodavinci.com/encovi-2019-2020-que-nos-dice-esta-radiografia-sobre-la-calidad-de-vida-de-los-venezolanos/#:~:text=El%20estudio%20encuest%C3%B3%209.932%20hogares,alimentos%20b%C3%A1sicos%20son%20pobres%20extremos.

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