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Retos del nuevo año escolar

Foto 1_Cortesía Banca y Negocios (1)

Por Luisa Pernalete

Los últimos años escolares en Venezuela no han sido fáciles, pues llevamos tiempo con la “rutina escolar” rota, algunos cuantos antes de que se decretara la suspensión de las clases presenciales, o sea que, la educación en emergencia no comenzó el marzo del 2020. Y cuando hablamos de “rutina escolar” rota, decimos que los estudiantes no tienen clases todos los días, la asistencia es irregular, hay escuelas que han cerrado secciones por falta de alumnos y por falta de docentes… También se altera la rutina escolar por el problema de los servicios públicos, aunado a la infraestructura escolar inaceptable para recibir alumnos y los ataques del hampa, que contribuyen aún más al deterioro de esa infraestructura.

Pero hablemos de lo que nos espera para el nuevo año escolar. Cada problema se convierte en un reto, y sin ánimos de priorizar, dado que todos son importantes, encontramos los siguientes.

En primer lugar, recuperar a los que se han ido quedado en el camino. ¿Cuántos son? No sabemos exactamente, dado que en este país hace tiempo que no tenemos datos oficiales de casi nada. La memoria y cuenta del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) no se publica desde el 2016, así que nosotros seguimos citando el dato del millón de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que, según UNICEF, estaban fuera de las aulas en el 2019. ¿Cuántos son ahora? Tienen que ser más, sobre todo en educación inicial, según datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), donde ha disminuido la matrícula considerablemente, y en los últimos años de bachillerato, que ha registrado un incremento de la deserción, por embarazo adolescentes. También se abandonan las aulas para ponerse trabajar, y por falta de interés. Hemos trabajado con población adolescente, de esa que ha dejado el liceo, y les digo, es difícil reenamorarlos para que vuelvan. No es imposible, pero sí muy difícil.

Retos del nuevo año escolar
Crédito: UNICEF

Sigamos con el reto de la educación de calidad, tal como lo establece el artículo 103 de nuestra Constitución (1999). No dice simplemente que la educación es un derecho fundamental, sino que dice que debe ser “integral y de calidad”. ¿Cuánto tiempo hace desde que en Venezuela no se mide el impacto de la educación? ¡Más de 10 años! Cuando Juan Maragall era secretario de educación en la gobernación de Miranda, siendo Capriles gobernador, se aplicaron unas pruebas en ese estado, que fueron socializadas. No recordamos en ninguna instancia más. Si ustedes consultan investigaciones educativas hechas en América Latina, verán que países como Haití y Venezuela aparecen “sin datos”. Cuando se habla de educación, no se trata simplemente que los estudiantes tengan clases, se trata de que aprendan. Juan Maragall nos recuerda que en América Latina el 40 % de los niños de tercer grado no son capaces de leer y comprender un texto sencillo. Es grave.

Vamos con la pertinencia de la educación impartida. Actualización curricular, de lo que se enseña y cómo se enseña. Que la educación tenga sentido, pues, que interese, que atraiga. Cuando un joven te dice que no quiere seguir estudiando porque no le ve sentido o simplemente porque se aburre, tiene que ver con esa desactualización de lo que se hace en escuelas y liceos. El mundo ha cambiado, no solo por la pandemia, también las nuevas tecnologías, los intereses de adolescentes y jóvenes… La educación emocional también es necesaria, más en un país en donde los niños, niñas y adolescentes (NNA) están tan huérfanos de protección.

La educación ambiental es otro reto. A pesar de que la Constitución, en su artículo 107, establece que esta es obligatoria en todos los niveles y modalidades, incluso en la educación informal, la misma no pasa de la celebración del Día del árbol y algo más, mientras, los bosques venezolanos desaparecen, el Arco Minero del Orinoco acaba con los ríos y ecosistemas al sur, y las tres erres (reciclar, reutilizar y reducir el consumo, son, por dar un ejemplo, desconocidas en teoría y en la práctica. Y debe ser un eje que atraviese to da la práctica educativa. Cuidar el “casa común”, lo cual nos lo recuerda el papa Francisco con frecuencia, es cuestión de presente y futuro para la humanidad.

Educación para la ciudadanía es otro reto importante, pues, Venezuela se ha desinstitucionalizado. Un ciudadano es alguien que conoce sus deberes, y los cumple, y sus derechos y los defiende y exige, y eso se comienza a enseñar en el hogar y sigue en las aulas, y debe ser desde la educación inicial. En este país la calle se ha convertido en una jungla, y en la selva prevalece “la ley del más fuerte”, en detrimento de los pequeños, del más débil. Formar ciudadanos es una urgencia y es la base para la construcción del Bien Común; mi bien, su bien, el de todos.

Retos del nuevo año escolar
Crédito: UNICEF

Unido a lo anterior, educar para la convivencia fraterna. Venezuela es un país muy violento. El delito organizado ha ido lentamente ganando territorio y acorralando sectores de la población, aparte de reclutar niños y jóvenes, según investigaciones de Cecodap. Prevenir y enfrentar todo tipo de violencia en la escuela es urgente, y no porque se amenace con aplicar la ley anti-acoso, aun no promulgada, sino porque enseñar a convivir es una de funciones más importantes de la escuela. El Reino de Dios es un Reino de Paz y fraternidad, eso quiere decir que, para las escuelas católicas, es doblemente obligatorio.

Formar nuevos docentes, que puedan sustituir a los miles que se han ido, y actualizar a los existentes, es un reto muy importante, pues, lo hemos dicho antes, “sin maestros no hay escuela”, sin maestros no hay educación ni presencial ni a distancia. Es verdad que hay iniciativas valiosas en esta tarea: la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Fe y Alegría, por mencionar dos ampliamente conocidas, pero son insuficientes, y es preocupante cómo ha bajado el número de aspirantes para la carrera de Educación…

Enlazado con el anterior reto, el lograr que el Estado invierta lo necesario para la educación, tal como también lo establece el artículo 103 de nuestra Constitución, y citamos textualmente: “el Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas” … En esta inversión necesaria está la de pagar a los docentes salarios decentes, de manera no solo que no les obligue a los actuales a ocuparse de actividades diversas para redondear ingresos, sino también a incentivar a los jóvenes a tomar esta profesión como opción.

Hay un reto para toda la sociedad: poner el tema educativo sobre la palestra pública, no solo para los educadores y las familias, toda la sociedad venezolana debe llegar a un gran acuerdo nacional para salvar a la educación. Empresarios, universidades, medios de comunicación, políticos, gobernantes… Este es un gran reto.

Ya lo decía Nelson Mandela, el cual, cuando asumió la presidencia de su país, a pesar de los grandes problemas que tenía que enfrentar, colocó a la educación como uno de los principales temas en la agenda. Son palabras suyas las siguientes: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

¿Cómo cambiar el país sin una buena educación?

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