Por Andrés Cañizalez
Con el paso de los días se va reconstruyendo la historia mínima de la fallida sublevación cívico militar del 30 de abril, en Venezuela.
No, no han sido los protagonistas, o a quienes creemos iban a jugar papel de primer orden, los que han hablado. Ha sido el periodismo, apelando a fuentes diversas, contrastando versiones, desde donde ha tratado de decirle a la sociedad qué ha sido eso que (no) ocurrió el último día de abril.
Dos trabajos, uno internacional y otro local, desde Venezuela, ayudan a reconstruir el mapa de relaciones, acciones, actores, expectativas y finalmente el fracaso. Maduro sigue el poder. Nadie duda de que esté débil, pero finalmente conserva el poder gracias a que no hay una fisura en las fuerzas armadas.
“Un plan frustrado que agrietó al chavismo” es el título del trabajo publicado en El País de España y escrito por 4 periodistas desde Caracas, Washington y Ciudad de México. Revela desde afuera buena parte de lo que la comunidad internacional, diplomáticos y analistas venían siguiendo. También apela a fuentes en Venezuela, pero diría que su valor está en demostrarnos el acceso a diversidad de fuentes, ninguna citada por su nombre.
En Venezuela el portal de noticias y análisis Efecto Cocuyo, dirigido por la laureada periodista Luz Mely Reyes, hace otro tanto al presentar el texto “Detrás del levantamiento del 30 de abril.
¿Y ahora qué?”, firmado por su directora.
En este trabajo se cruzan declaraciones públicas, hilvanadas cronológicamente, y fuentes que no se revelan. Partiendo de lo expresado por el dirigente y ex preso político Leopoldo López, ahora huésped de la Embajada de España, se hace una suerte de línea del tiempo de las semanas previas al 30 de abril.
El único que parece haber dado explicaciones ha sido el presidente interino Juan Guaidó. Él podría entonar aquella nostálgica melodía de Joaquín Sabina: Quién me ha robado el mes de abril / Cómo pudo sucederme a mí.
Según él, se sobrevaluó el esperado respaldo castrense. Alguien robó las ilusiones de cambio del joven presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), quien después de 100 días desde que se proclamara como el hombre de la transición, aún no logra que éste proceso se desencadene. El anhelado quiebre en las filas militares no ha llegado.
Venezuela tras el 30 de abril sigue en el filo de la navaja. Reina la incertidumbre sobre sí habrá una salida de Maduro del poder y cómo y cuándo se produciría. Nadie tiene respuesta explicitas y precisas, ni siquiera parecen estar en Washington.
Maduro está más débil después del 30 de abril, en eso no hay dudas. Pero el desorden, la falta de coordinación y alianzas (dentro y fuera de los cuarteles) dejó una imagen que en nada favorece a Guaidó. Así las cosas, la dinámica interna no se detiene. Mayo puede ser crucial.
