Félix Seijas*
Son más de 50 días de protestas y de represión desmedida. ¿Por qué no se ha apagado? Por varios motivos, donde destacan dos claves.
- Primero, la crisis ha llegado a un grado que potencia la convicción de que un cambio es necesario y las puertas electorales están cerradas.
- Segundo, la violencia con la que el Gobierno ha reprimido no ha “desquiciado” a la mayoría como para generalizar una respuesta similar.
- ¿Por qué reprime el régimen? Porque la violencia le beneficia reduciendo el volumen de las protestas y efectividad de la presión.
- La historia demuestra que la no violencia es más efectiva que la violencia para lograr cambios políticos y hacerlos sustentables.
- Acciones de protesta, para ser efectivas, deben ser inteligentes y coordinadas. Falta de ello llama al caos beneficiando, al contrario.
- Trancar calles de urbanizaciones y comunidades es tan eficiente como trancar los ascensores de su edificio. Solo molestará a sus vecinos.
- Masificar protesta y mantenerla en el tiempo es necesario para generar la presión necesaria que facilite el trabajo en el frente político.
- Aunque nadie sabe cuándo ocurrirá el “crack” que acelere el desenlace del conflicto, se debe conducir con mentalidad de maratonista.
- La no violencia y la resistencia pacífica requiere mayor temple y valor que lo violento. Atender alguna línea de coordinación es vital.
- Sabemos el resultado que el deseo de inmediatez y la violencia produce. Ya lo hemos vivido. El régimen también lo sabe, por eso la incita.
- ¿Qué sucede si la violencia se generaliza? En las calles pronto quedarán solo los violentos y en horas todo habrá acabado.
- ¿Qué sucede si el frente político no actúa unido y con eficiencia? Llegará el momento en que o todo acabe o se convierta en algo peor.
- Entonces tendríamos un nuevo escenario de frustración como ya se ha vivido antes, y un nuevo período de falsa calma: tensión contenida.
- Todo esto hasta que la presión estalle de nuevo, porque la manera en la que el país es conducido no genera condiciones para la sana paz.
- No hay atajos, la situación es compleja y no existen salidas mágicas. El llamado a la unión a través de las acciones es necesario.
- Así que, podrá tener críticas a líderes, siempre las habrá, pero atender a una coordinación general aumenta las posibilidades de éxito.
- Evite entonces ceder a la tentación de quien le llama a la violencia tratándole con violencia. Salud corporal requiere de la salud mental.
*Director de la encuestadora Delphos/IVAD