Alfredo Infante sj
Cáritas es una organización de la Iglesia Católica que está en todo el mundo. Es como una red de solidaridad que se sustenta en la fe. Las ayudas de Cáritas no vienen de gobiernos, sino de personas particulares que desde su fe quieren ayudar a su hermano más pobre y necesitado, y confía en Cáritas para que esa ayuda llegue allí, donde tiene que llegar. Lo que ha hecho el gobierno venezolano no tiene nombre, es una sinvergüenzura, un descaro.
Resulta que los católicos de Chile enviaron por barco a Venezuela 525 cajas de medicinas y 92 cajas de suplementos alimenticios. El cargamento llegó al país el 23 de agosto, Cáritas de Venezuela hizo todas las gestiones requeridas por el Ministerio del Poder Popular para la Salud y el Seniat con el fin de recibir este envío solidario para nuestro pueblo. El gobierno puso trabas y trabas y, finalmente, declaró que dicho envío no cumplía con los requisitos administrativos para ser entregado, y lo decomisó, supuestamente, para ser administrado por los Seguros Sociales.
¿Llegarán estos medicamentos a la gente o caerán en las manos corruptas de algunos funcionarios de este gobierno?
En realidad, el gobierno sigue empeñado que en el país no hay crisis de salud, que es puro cuento de unos “malucos” opositores que no quieren al gobierno y le hacen la vida imposible.
¿Qué se puede esperar de un gobierno que es capaz de arrebatarle a la Iglesia una carga de medicamentos para ayudar al pueblo y sus necesidades?
Hermano, hermana, saque usted sus propias conclusiones.