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Luisa Pernalete y su educación para la paz

El trabajo de la maestra Luisa Pernalete como docente e investigadora que trabaja por la paz fue recogido por el diario Últimas Noticias en una nota de Norma Rivas publicada recientemente.

Enseñan a las madres a prevenir la violencia

En el estado Bolívar dictan el curso Educación para la paz, para madres de adolescentes de centros educativos, con la misión de que reflexionen sobre su situación personal, familiar y comunal y puedan prevenir la violencia

El centro de Formación e Investigación Padre Joaquín de Fe y Alegría, en Ciudad Guayana (Bol), dicta el curso Educación para la paz, para madres de adolescentes de centros educativos, con la misión de que reflexionen sobre su situación personal, familiar y comunal y puedan prevenir la violencia.

La profesora de historia, Luisa Pernalete, a cargo del Seminario de Derechos Humanos en la Universidad de Guayana desde el año 2000, dictó el referido curso en Ciudad Guayana y Barquisimeto a madres de adolescentes, quienes reflexionaron sobre el contenido del material utilizado, descubrieron sus historias de violencia y buscaron soluciones.
Con todas esas vivencias, Pernalete escribió, el año pasado, el libro “Conversaciones sobre la violencia y la paz. Una invitación a la convivencia pacífica”, material que se ha difundido a nivel nacional en las comunidades populares, estén o no vinculados con Fe y Alegría. Por esa labor en pro de las madres, la docente recibió, de manos de Centros Comunitarios de Aprendizaje, Cecodap, el Premio Miguel Ángel García, mención Promotora de Paz, edición 2010.

El curso se imparte en tres niveles: personal, familiar y ciudadano. Los tres aspectos se relacionan y cada uno alimenta al otro.

En el nivel personal. Se realizan ejercicios como recordar aspectos de la infancia, pensar en olores o sabores que han dejado recuerdos tristes o alegres, mirar fotos, recordar palabras para compartirlas en grupos. En el curso no se juzga; se escucha y se comprende. Cada historia es personal, se comparte lo que se quiere compartir. No se impone nada; los participantes descubren comportamientos, actuaciones inadecuadas y toman sus decisiones.

Para la mayoría, el solo hecho de haber compartido historias tristes, unas, y recuerdos bonitos, les sana heridas y les ayuda a ver que se pueden multiplicar las cosas buenas que les han pasado.

En el nivel familiar. En esta etapa se reflexiona sobre la relación con los hijos, pues ya se ha establecido confianza con sus madres. A ellas se les recomienda decirle a los educadores de sus hijos e hijas que están del mismo lado de la cancha que ellos, que juntos pueden ayudar a los alumnos. “Yo no le he vuelto a pegar a mi hijo. Ahora, cuando me pongo brava, pienso primero, respiro profundo y después le hablo”, comentó Virginia, habitante de San Félix, meses después del curso.

El nivel ciudadano es muy importante, pues la madre puede formar alianzas con otros vecinos para mejorar su entorno; pero primero, debe hacerse una “radiografía” de la comunidad, detectar los problemas, los más comunes son las armas, las drogas, el desempleo, la delincuencia.

Durante el curso las madres aprenden que el derecho a la recreación es vulnerado en casi todas las comunidades, y ello constituye factor de riesgo para niños y jóvenes. Unirse para que se vuelva realidad es parte de a lo que ellas aspiran, por ello, no es un favor pedir recursos para planes vacacionales, o para parques infantiles.

Las madres deben apelar a las leyes para hacer cumplir sus derechos y hacer uso de los medios de comunicación para dar a conocer sus logros.

7 claves para prevenir la violencia doméstica

Siga algunos sencillos consejos para evitar situaciones violentas en casa. Para prevenir la violencia doméstica se aconseja entre otras cosas, tener en su casa cuatro leyes: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (Lopna), Ley Orgánica sobre los Derechos de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y Ley de Consejos Comunales.

  1. Busque “enredarse” con otros en su escuela, en su comunidad, cuando tenga que resolver un problema. Aislados no se puede enfrentar la violencia. Con otros, se comparte el miedo y toca menos por cabeza.
  2. Procure destinar tiempo a su descanso. Las madres suelen descansar nada o muy poco y el cuerpo, el cerebro, necesitan descansar para pensar mejor.
  3. No espere que su hija (o) llegue a adolescente para conversar con ellos, comience desde que nacen.
  4. Recuerde que la violencia es un comportamiento aprendido.
  5. Hablando se entiende la gente, las palabras pueden ser puente y no piedras y puños cerrados.
  6. Rechace abiertamente los hechos violentos. No se acostumbre, no los deje pasar.
  7. Escuche el doble de quien le habla.
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