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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Los jesuitas y el templo de San Francisco

Jimmy Villalta(1)

Por F. Javier Duplá s.j.

Este mes de mayo de 2022 se cumplen cien años de que el templo comenzó a ser regido por la Compañía de Jesús. El presbítero Calixto González, ya anciano, que era quien regía el templo, había pedido a los jesuitas hacía dos años que le ayudaran, porque el templo tenía un culto muy grande (8 misas los domingos, confesiones a toda hora, etc.). El obispo Felipe Rincón González y al Nuncio estuvieron de acuerdo en que los padres jesuitas, que en 1916 se habían encargado del Seminario, le ayudaran en el templo. Y así lo hicieron. Se trasladaron del seminario y fundaron la residencia en los modestos aposentos contiguos a la sacristía. Además de dar clase en el seminario, atendían con misas y confesiones y visitaban a los enfermos, especialmente a los de la famosa pandemia llamada gripe española.

El templo de San Francisco es el edificio religioso más importante de Caracas. Fue construido en 1593, y reconstruido en 1641 después de un terremoto, cuando Caracas llevaba pocos años de fundada. Fue construido como un anexo del convento de los franciscanos –hoy Palacio de las Academias– Fue encomendado a los Franciscanos de la Observancia y allí se proclamó Libertador a Simón Bolívar en 1813, después de la Campaña Admirable. El 17 de diciembre de 1842, fueron recibidos los restos de Bolívar y estuvieron expuestos durante 6 días hasta su traslado a la y luego al Panteón.

Destacan entre sus imágenes la del sepulcro del Señor y la de la Virgen de la Soledad.

Una tempestad que puso en peligro el barco hizo necesario que el capitán echase al agua lo más pesado de la carga a la altura de Trinidad. Mas, por obra de la divina bondad, las aguas habían arrastrado la caja hasta arrojarla precisamente a la playa perteneciente entonces a Longa España, cuyo dueño era el Capitán Juan del Corro, piadoso caballero que había encargado a España esta Virgen para obsequiarla al tempo de San Francisco. (L. Manzano, Crónicas de Antaño, Ávila Gráfica, 1951, p. 202).

En el templo se fundó la Sociedad Santificadora del Hogar Cristiano, que fue impulsada por los PP. Ipiñázar, Lizardi, López Davalillo, Martín Odriozola y Víctor Salcedo. También fundaron en el templo, a iniciativa del P. Zumalabe, las Conferencias de San Vicente de Paúl, cuyos asociados realizan una caridad silenciosa con limosnas, medicinas y visitas a los hogares.

Entre los primeros fundadores de la Conferencia se estableció la tanda anual de ejercicios espirituales en la capilla del Colegio San Ignacio durante los días de Semana Santa (…) que se ha continuado sin interrupción y con fervor público creciente durante cerca de dos decenios. (Manuel Aguirre, La Compañía de Jesús en Venezuela, Caracas 1941, p. 208).

La vitalidad de los jesuitas de San Francisco se ha ido manifestando también en diversas instituciones como la Congregación de la Soledad y San José (anteriormente llamada “de la Buena Muerte”), el Apostolado de la Oración, la Cruzada Eucarística, la Venerable Orden Tercera de San Francisco y la Acción Católica en sus diversas ramas (Joseba Lazcano, Sembrando esperanza, p. 44).

La devoción a San Onofre se ha extendido mucho desde el templo por toda Caracas.

Hoy en día se conoce a San Onofre como el protector y guía de los tejedores, trabajadores y de aquellos que desean conseguir una casa propia. Además, se venera como patrono del principado en Mónaco y la ciudad de Munich. En Venezuela existe una fuerte devoción por el sagrado y son varios los templos en diferentes ciudades del país donde le realizan ofrendas en su honor. (Wikipedia)

Con planos del Hno. Luis Gogorza, se edificó una modesta pero cómoda vivienda de tres pisos y doble azotea en la parte de atrás del templo de San Francisco, que es donde actualmente residen los jesuitas que atienden el templo. Allí estuvo instalada la Curia Viceprovincial de los jesuitas hasta que el P. Baldor la trasladó al San Ignacio. En la misma residencia surgió el CIAS (Centro de Investigación y Acción Social), que luego se trasladó a la quinta Santa Tecla en El Paraíso.

Podemos, pues, decir que el templo de San Francisco y la residencia jesuita a él adosada han sido el centro de actividades apostólicas más importante de los jesuitas en buena parte de su historia en Venezuela, al menos en las cuatro primeras décadas (años 20 a los 50).

Actualmente, son muy pocos los jesuitas disponibles para tantas tareas a las que invita Jesús en el templo San Francisco.

Para difundir la Buena Noticia de Jesús y colaborar eficazmente en su proyecto, lo más importante no es “hacer muchas cosas”, sino cuidar mejor la calidad humana y evangélica de lo que hacemos. Lo decisivo no es el activismo sino el testimonio de vida que podamos irradiar los cristianos. (José A. Pagola)

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