Rafael Duarte
A finales de noviembre de 2013, el presidente prorruso Victor Yanukóvich suspende la firma de un acuerdo para asociar a Ucrania con la Unión Europea, debido a presiones por parte de Rusia. El anuncio del primer mandatario cataliza el descontento de la población que termina protestando en Kiev.
En los meses siguientes, las protestas se intensifican y se expanden rápidamente por el este del país europeo, hasta que, en febrero de 2014, y en medio del caos, Rusia ocupa militarmente la península de Crimea, argumentando la protección del territorio ruso de posibles amenazas extranjeras.
Los acontecimientos de Crimea hacen que militantes prorrusos de la región del Donbass, autoproclamen los territorios de Donetsk y Lugansk como Republicas Populares separatistas de Ucrania, haciendo que inicie una violenta guerra civil que se alargará por más de 8 años.
A partir de este contexto aparece Donbass (2018), no como una película histórica, sino más bien como una obra satírica, en la que el ucraniano Sergei Loznitsa, inspirándose en 13 eventos reales disponibles en YouTube, recoge desde la ficción-documental, distintas perspectivas del conflicto bélico.
De este modo, haciendo una suerte de historia coral, en la que se van conectando varias situaciones a la vez, el director nos muestra desde una mirada muy distintiva, lo débil y fragmentada que ha quedado la sociedad ucraniana desde el conflicto originado en el 2014.
Así, desde las zonas en ruinas, Loznitsa nos presenta a un pueblo oprimido que, sobreviviendo a la dura guerra, trata de hacer una vida normal, mientras el discurso antieuropeo va instaurando un imaginario de odio y resignación que queda muy bien registrado en una fotografía gris.
De esta manera, creando un retrato frio en el que expresa poca compasión, el cineasta hace una historia donde no hay un protagonista a seguir, por lo que el filme se va desarrollando como una suerte de compilación audiovisual, de la que el espectador deberá deducir el metamensaje que presenta cada escena.
Si bien Donbass ha sido aclamada por la crítica especializada de algunos medios digitales como una obra mordaz por su manera para denunciar la realidad –y así es–, desgraciadamente no cuenta con una narrativa clara que la respalde, haciendo que en ciertos momentos se vuelva extraña y pesada a la vez.
Y es que, además de la poca fuerza dramática y la falta de giros argumentales a lo largo del guion, parece que la obra del director de películas como Maidan (2014) y The Trial (2018), se queda anclada en un letargo de pasividad que hace que cualquier espectador pierda interés inmediato sobre el filme.
A pesar de ello, destaca la dirección, en la que Loznitsa –usando cámara en mano y haciendo interesantes planos secuencia– nos va expresando a través de emblemáticas escenas: el hambre, la humillación, el abandono y los abusos de autoridad, en los que muestra cómo la vida comienza a parecerse a la muerte.
Evidentemente, Donbass no es una película para conocer el conflicto actual; es un panfleto contestatario con toques de humor negro que busca denunciar la corrupción e impunidad vivida en el territorio ocupado, pero desde un punto de vista tan confuso y poco convencional que a ratos termina siendo incómoda.
Nota:
¿Cuál es el origen del conflicto entre Rusia y Ucrania? Fechas clave de la guerra (2022) Artículo informativo. El País. Recuperado de elpais.com (consultado el 25 de marzo de 2022)