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Clero de la Diocesis de San Felipe llaman a sus fieles a orar por sus pastores

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Foto: Archivo Web

Comunicado del clero de la Diócesis de San Felipe a todo el pueblo cristiano de Yaracuy y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad

El presbiterio de la Diócesis de San Felipe, en comunión con todos los entes que lo conforman (Consejo Presbiteral, Colegio de Consultores, Srs. Arciprestes, Srs. Párrocos, Srs. Diáconos Permanentes), unidos a nuestros hermanos religiosos y religiosas, seminaristas, movimientos de apostolado seglar y fieles cristianos que conforman nuestras comunidades parroquiales, queremos expresar a todo el pueblo cristiano del estado Yaracuy cuanto sigue:

a) Un solo rebaño, un solo pastor:

Por medio del Sacramento del Orden que hemos recibido, estamos unidos al obispo diocesano mediante un vínculo sacramental, además del respeto y la obediencia que cada sacerdote promete al obispo y a sus sucesores el día de la ordenación. Por tal motivo, en primer lugar, expresamos nuestro sentimiento de apoyo a Monseñor Víctor Hugo Basabe, obispo de la diócesis de San Felipe y Pastor de la grey católica, legítimamente constituido como tal por la autoridad eclesiástica competente.

Exhortamos a nuestros fieles cristianos a orar por sus pastores a fin que el buen Dios nos conceda mantenernos unidos como “un solo rebaño y un solo pastor” (Jn 10,16)

b) “Sentire cum ecclesia”

En este momento histórico por el que atraviesa nuestro país, queremos hacer nuestro el lema que acompañó el ministerio del obispo mártir del Salvador, San Oscar Arnulfo Romero: “Sentire cum Ecclesia” (sentir con la Iglesia). Como pastores que somos de las comunidades que nos han sido confiadas estamos obligados a “sentir” con nuestros hermanos y hermanas; las alegrías y esperanzas, penas y dificultados de los hombres y mujeres de nuestro país han de ser nuestros.

El Papa Francisco ha exhortado a los pastores de la Iglesia a “tener el olor de sus ovejas” que no es otra cosa que guiarlos, acompañarlos, fortalecerlos, animarlos, caminar con ellos. Como pastores queremos sentir con nuestra Iglesia yaracuyana, por tal motivo nos ponemos del lado de los más pobres, de los más indefensos, de los más vulnerables; nos ponemos del lado de quienes tocan las puertas de nuestros templos y casas parroquiales en busca de algo de alimento por no tener que comer, de quienes asisten a nuestras CARITAS parroquiales en búsqueda de medicamentos por no tener como adquirirlos o simplemente porque es imposible encontrarlos; nos ponemos del lado de nuestros hermanos y hermanas que deambulan por las calles y que a través de nuestras “Ollas comunitarias” encuentran un lugar donde pueden conseguir un plato de comida caliente sin pedirles o exigirles nada a cambio; nos ponemos del lado de los adultos mayores que pasan las noches en las aceras adyacentes a las entidades bancarias con la esperanza de poder retirar el dinero de la pensión y que en muchas oportunidades deben regresar a sus casas sin haberlo obtenido, nos ponemos del lado de quienes hacen largas colas e incluso deben buscar la manera de cocinar con fogones de leña la propia comida y la de sus hijos por carecer del gas doméstico.

Ante los testimonios de padres y familiares de personas que han sido golpeados y maltratados por el simple hecho de manifestar su descontento o de pensar diferente, nos ponemos del lado de las víctimas, de aquellos a quienes les son violados sus derechos.

Aprovechamos para exhortar, como pastores que somos, a las autoridades, civiles y militares, a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Republica, a velar por la garantía de los derechos inalienables de todos los ciudadanos sin distinción de clase, credo o grupo político.

Como Pastores, estamos conscientes y comprometidos con nuestra tarea pastoral, la cual se desarrolla en una doble dirección: de anuncio del fundamento cristiano de los derechos del hombre y de denuncia de las violaciones de estos derechos (Pontificia Comisión Iustitia et Pax, La Iglesia y los derechos del hombre), por tal motivo, no creemos que sea justo que se nos criminalice o se nos señale como promotores de violencia cuando acompañamos a nuestro pueblo al expresar su descontento pacifico o reclama ante lo que considera una violación a estos derechos.

Entendemos con claridad, y nuestra gente nos lo exige, que nuestra tarea no es únicamente el culto, no somos unicamente sacerdos ad cultum, es decir, sacerdotes para el culto, somos sobre todo sacerdos ad ecclessiam, es decir, sacerdotes para la Iglesia, entendiendo como Iglesia a los fieles cristianos bautizados: son los cristianos nuestro altar, nuestro templo, nuestro rebaño. De igual manera dejamos claro que somos ante todo y sobre todo Pastores, que no nos identificamos con ningún grupo político y que nos distanciamos de cualquiera manifestación violenta que ponga en peligro la paz y el bien común.

c) “Lo que hicisteis a uno de estos mis pequeños a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40)

Jesús en el evangelio nos enseña aquella hermosa parábola: “… tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y de dieron de beber; era forastero y me acogieron, estaba desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, en la cárcel y vinieron a verme”, y al preguntarle cuando hicimos tales cosas por ti Señor, Jesús responde: “en verdad les digo que cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños a mí me lo hicieron”.

Como discípulos de Jesús hemos de tener muy presente que estamos invitados por el Señor a ver en el otro el rostro y la presencia misma de Dios, por lo cual cuanto hagamos de bueno, noble, misericordioso y caritativo, sepamos que es al mismo Señor Jesús a quien se lo hacemos; pero de igual manera toda injusticia, ofensa, acto de violencia, agresión que cumplamos hacia alguno de nuestros hermanos, igualmente es al mismo Señor Jesús a quien se lo hacemos.

d) “Haznos instrumentos de tu paz”

San Francisco, el hermano pobre de Asís, como era llamado, nos enseñó que hemos de pedirle a Dios que nos haga instrumentos de su paz, que donde haya odio llevemos amor, donde haya injurias llevemos perdón. Estamos llamados a ser signos e instrumentos de paz entre nuestros hermanos, por tal motivo, exhortamos a todos nuestros hermanos cristianos, católico y no católicos, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a procurar la paz, a sembrar la paz entre nosotros, a elevar oraciones y súplicas a Dios a favor de la paz y la justicia en nuestros pueblos y ciudades, en nuestro país, en cada hogar y familia de nuestra Venezuela y de nuestro amado estado Yaracuy.

Para terminar, invitamos a todos nuestros hermanos cristianos católicos a congregarnos el día 02 de febrero, como cada año lo hemos hecho, en el templo Catedral de San Felipe para celebrar la Santa Misa con motivo de la festividad de nuestra Señora de la Presentación, patrona de nuestro estado Yaracuy.

A los pies de Nuestra Señora de la Presentación, invocamos la bendición de Dios sobre todo nuestro amado pueblo del Yaracuy. A Jesucristo el único Señor, el único soberano, el único eterno; a quien pertenecen el tiempo y la eternidad, a él el honor y la gloria por los siglos de los siglos.

Dios nos bendiga.

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