San José, 18 de noviembre del 2019
Excelentísimo Sr. Daniel Ortega y Saavedra Presidente de la República de Nicaragua
Estimado señor Presidente:
Reciba un cordial saludo de parte de la red de Caritas Internacional en la zona de Centro América y México y en la región de América Latina y El Caribe.
Caritas Internationalis es una confederación mundial de organizaciones católicas orientadas al servicio humanitario y de promoción del desarrollo humano integral. Desde hace más de medio siglo ha desarrollado una labor solidaria con los pueblos de nuestra región de México y Centro América, incluyendo su hermoso país, Nicaragua, con labores de asistencia humanitaria a las personas afectadas por la pobreza y por las emergencias tras eventos naturales extremos, así como tareas muy importantes de respuesta a los retos de la seguridad alimentaria y de fomento de proyectos socioproductivos en beneficio de familias pobres de las comunidades.
Aunque Caritas es una red de organizaciones católicas, no le mueven afanes proselitistas. Tampoco discrimina a las personas destinatarias de su acción solidaria por motivos religiosos, políticos ni de ninguna índole. Profesamos, en este sentido, el Código de Ética de la Cruz Roja Internacional y demás grandes organizaciones humanitarias mundiales.
Desde la vocación y misión de Caritas, enraizada en la defensa y promoción de los derechos humanos, nos resultan no solamente dolorosos, sino inadmisibles, los hechos de persecución, hostigamiento y limitación de libertades a la Iglesia Católica nicaragüense. Nos preocupa grandemente la situación que está viviendo el cura párroco, Pbro. Edwin Román, y algunos fieles de la parroquia San Miguel Arcángel de Masaya, que ha incluido su privación del derecho de celebrar libremente el culto y de recibir, en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos, los servicios de agua y luz, así como el acceso de personas para aprovisionarlos de agua, alimentos y medicinas, absolutamente indispensables para su sobrevivencia. Estas medidas represivas no tienen ningún asidero en el ordenamiento jurídico, por lo que son claramente violatorias de los derechos humanos garantizados por el régimen constitucional de la hermana República de Nicaragua.
Por tal razón, señor Presidente, le solicitamos que se garantice a los ciudadanos nicaragüenses católicos en general y, particularmente, a los de la parroquia de San Miguel de Masaya, la seguridad jurídica que les brinda el artículo 27 de la Constitución Política de la República de Nicaragua: “Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección. No habrá discriminación por motivos de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o condición social”. De igual manera, pedimos que se garantice el derecho de estas personas plasmado en el artículo 29 de la misma Constitución Política: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia, de pensamiento y de profesar o no una religión. Nadie puede ser objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar estos derechos ni a ser obligado a declarar su credo, ideología o creencias”.
Confiamos, señor Presidente, en que, en virtud de su autoridad como Presidente de la República, Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, hará prevalecer la ley para que se asegure que de inmediato cese la violación de derechos humanos mencionados, y que el cura párroco de la Parroquia de San Miguel y demás fieles gocen plenamente de su derecho a la alimentación, al agua, al saneamiento, a la movilización y a la libertad de culto. De igual manera, que se garantice su integridad física, tanto de cara a posibles agresiones por parte de agentes gubernamentales como de ciudadanos que, actuando fuera del marco de la ley, intenten dañarlos de cualquier manera, como ha ocurrido hoy con los maltratos físicos y emocionales de que han sido víctimas en la Catedral de Managua, por parte de una turba, el Pbro. Rodolfo López, vicario de esta iglesia, y una religiosa, y como ha acontecido en otros templos católicos, hechos muy notorios ante el Gobierno de la República de Nicaragua y de la comunidad internacional, los que también condenamos.
En nombre de Caritas en la zona de Centro América y México y de la región de América Latina y el Caribe, le manifestamos nuestras más altas muestras de consideración y respeto.
Pbro. Edwin Aguiluz Milla
Coordinador de la Zona de Caritas de Centro América y México (CAMEX)
Pbro. Francisco Hernández Rojas Coordinador Regional del Secretariado de Cáritas de América Latina y El Caribe