Erick Mayora
No se puede opinar ligeramente, y menos en sentido peyorativo, sobre la realidad de los barrios de Caracas. Esa es una de las tantas conclusiones a las que se puede llegar, tras haber presenciado, el pasado sábado 26 de septiembre, el estreno del documental Bloques de lucha y dignidad, de la Fundación Centro Gumilla, un producto audiovisual en el que se recoge la inmensa “riqueza” de los sectores “pobres” de la ciudad.
En el documental, son los propios habitantes de las barriadas capitalinas, son los propios protagonistas de la organización popular y de los procesos sociales caraqueños, los que cuentan sus vivencias en el barrio, sus luchas, sus modos de vida, dando a conocer al espectador una realidad distinta muchas veces difundida con debilidad.
Bloques de lucha y dignidad no es una oda a la pobreza, es sencillamente un viaje al interior de las barriadas caraqueñas que devela la complejidad de la vida en estos lugares. Si en los barrios hay violencia, también hay gestores de paz. Si en ellos hay personas que incurren en delito, también hay líderes sociales que se han ganado el calificativo por trabajar sinceramente en pro de la comunidad. Si en los barrios hay carencia material, también hay –y mucha- riqueza espiritual y sentido de humanidad. Es esta amplia realidad la que está dibujada en el video.
Durante 35 minutos nos encontrarnos con testimonios de personas que tienen toda su vida en el barrio, que han sido fundadores del mismo, que han construido sus historias en él y que han gastado años y suelas de zapatos pateando sus calles, callejones y escaleras con tal de lograr una mejor calidad de vida, sin necesidad de abandonar el lugar donde siempre han vivido. Todo el proceso experimentado por estas personas implica, a su vez, un proceso de socialización que va definiendo al sujeto como tal y que va creando identidad y arraigo en él. Entonces, ¿cómo y por qué dejar el barrio? Para responder a esta interrogante es necesario asumir el tema con responsabilidad, pues formular con presteza opiniones negativas respecto a la vida en el barrio es dar cuenta de una ignorancia tremenda, dañina para nuestra sociedad.