Red Defendamos la Epidemiología Nacional
El día de hoy fue publicado el Informe Mundial de malaria 2017, de la Organización Mundial de la Salud, con los datos del año 2016.
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/259492/1/9789241565523-eng.pdf
Preocupa que entre 2015 y 2016 haya ocurrido un aumento de 22% de los casos de enfermedad en el Continente Americano, que pone en peligro los logros alcanzados en los últimos años en el control de esta grave amenaza de salud pública.
Entre los cuatro países del Continente, que han mostrado un aumento significativo de la incidencia de casos, desde 2010 están: Venezuela, Perú, Nicaragua y Panamá. Venezuela aporta el 83% de los casos en este grupo.
Por primera vez, el Informe reconoce la ¨crisis humanitaria¨ que afecta a nuestro país y sus graves consecuencias sobre la salud de la población, en particular, por la malaria, y dedica un capítulo especial del Informe a cuatro países, ¨con situación de malaria compleja¨; ellos son: Nigeria, Sudán Sur, Yemen y Venezuela (pág. 51-53).
Algunos datos ilustran la magnitud de la epidemia de malaria en nuestro país, si se compara con lo que ocurre en el resto del Continente Americano, en 18 países que aún muestran transmisión de la enfermedad.
En 2016, los casos estimados de malaria en el Continente fueron 875.000, de los cuales 300.900, ocurrieron en Venezuela (34,38%). Si bien, cuando se toma el número de casos reportados por todos los países con transmisión, estos sumaron 571.038 y los reportados por Venezuela, 240.615, el porcentaje correspondiente es de: (42,13%). Venezuela ocupa el primer lugar de incidencia de casos en el Continente, al desplazar a Brasil.
El porcentaje de casos aportados por Venezuela, es mayor que la suma de casos de Brasil y Colombia (33,5%)
De las 653 muertes reportadas en el Continente, 300 ocurrieron en Venezuela (42,85%).
Caber recordar, que entre 2010 y 2016, la reducción de muertes por malaria en el Continente fue del 27% mientras que, en el mismo lapso, en Venezuela ocurrió un aumento de 3.000%.
La tasa de mortalidad por malaria, en población que habita en territorios de riesgo es, a nivel Continental, de 0,5 fallecidos por 100.000 habitantes por año, y en Venezuela, 12 fallecidos por 100.000 habitantes por año, (24 veces más).
La población que vive en territorios de bajo y alto riesgo de transmisión de malaria en nuestro país, pasó de 6.200.000 de habitantes en 2015, (20% de la población del país), a 10.774.694 habitantes en 2016. (34,13% de la población del país). Lo que indica una diseminación creciente de la enfermedad a territorios que habían sido liberados de la enfermedad por muchos años, con reactivación de focos extinguidos y aparición de nuevos focos. Por lo que el patrón de transmisión focalizada y localizada de la enfermedad está en riesgo de cambiar aun patrón diseminado.
La OMS, como organismo especializado de Naciones Unidas, informa que está asignando desde 2016, recursos especiales y cooperación técnica, para atender esta grave situación.
Venezuela muestra un pésimo rendimiento, en su Programa Antimalárico puesto en evidencia por los siguientes datos:
La población protegida mediante rociamiento intra-domiciliario de insecticidas residuales, bajó de 4.189.000 habitantes, en 2014, a 2.700.000 habitantes en 2015. Mientras que en 2016 solo 30.090 personas fueron protegidas; una caída de 98,9% de la población protegida entre 2015 y 2016.
Las coberturas de rociamiento en 2014 fueron de 40%, en 2015, 26% y en 2016 menos de1%.
En 2010 se entregaron 30.000 mosquiteros impregnados en insecticida. En 2015, solo se entregaron 300 mosquiteros. En 2016 se reanudó la distribución de mosquiteros con 80.000 unidades, una cantidad muy pequeña para una población en riesgo muy elevada.
La utilización de pruebas rápidas de diagnóstico se introdujo tardíamente, a partir de 2016.
Los fondos financieros asignados al programa, con fuente en el presupuesto nacional han sido insuficientes e irregulares. En 2015 se asignaron 10 millones de dólares (USA) y en 2016 se redujeron a 2,2 millones de dólares (USA). Una reducción de 78% en los aportes financieros. El Fondo de Contingencia de la OPS y UNICEF han realizado donaciones de medicamentos antimaláricos en 2016 y 2017.
Hasta hace poco, Venezuela no cumplía los requisitos para recibir financiación adicional del Fondo Mundial de Malaria, SIDA y Tuberculosis.
Sin lugar a dudas, el Informe pone en evidencia la gravedad de la situación de la malaria en Venezuela, el pobre desempeño del Programa Nacional Antimalárico y la necesidad de reconocer este problema de salud pública como una emergencia compleja de importancia nacional e internacional y a la vez, aplicar con urgencia respuestas de emergencia, con adecuadas, suficientes y continuas medidas de vigilancia y control, como hemos reclamado, reiteradamente, desde la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, desde hace 9 años.
José Félix OlettaL
Carlos Walter V
Ángel Rafael Orihuela
Pablo Pulido M
Ana C. Carvajal
Julio Castro M
Oswaldo Godoy
Andrés Barreto
Saúl O. Peña