Por Rodrigo Cabezas
No existe memoria histórica que recuerde un tiempo tan aciago por el sufrimiento que estamos viviendo los zulianos.
El colapso de los servicios públicos humilla a cada uno de los que acá vivimos, nos afecta en la dignidad como seres humanos.
El agua potable llega cada 3 o 6 meses cuando llega, hay zonas con más de un año sin ver una gota del vital liquido; el racionamiento eléctrico desde hace dos años golpea a enfermos, ancianos y niños; la escasez de gasolina nos hace perder horas/trabajo y madrugadas en colas de 6 y 10 horas; vivimos temerosos de enfermarnos por la tremenda crisis del sistema de salud regional, no hay un solo hospital en el zulia donde no se tenga que llevar todos los insumos para que los médicos atiendan al paciente.
La sensación de parálisis y abandono domina la vida cotidiana mientras vemos recrudecer la recesión y la hiperinflacion que ha traído desnutrición, hambre, pobreza y estrés en los trabajadores del campo y la ciudad y en las familias. La industria petrolera se desplomó, apenas produce 180 mbd. Los espacios de la educación, la ciencia y la tecnología se han vaciado de niños, jóvenes, educadores, científicos y artistas. El 75% de semáforos están inutilizados, la señal de Internet es intermitente, la basura no se recoge eficientemente.
Nuestra tragedia se acompaña de unos gobernantes totalmente de espaldas al ciudadano y con una capacidad asombrosa de mentir y manipular que les ha llevado a ser en nuestra historia los más rechados y descalificados por el 95% del ZULIA.
Cuando nos preguntan sobre soluciones a esta, la tragedia humana que vivimos, debo decir que la única apuesta que tenemos es que permitan al ZULIA, junto a toda Venezuela, votar en libertad para producir un cambio político, civilizada, pacífica y electoralmente.
Profesor Escuela de Economía de LUZ.