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“Yo vengo a ofrecer mi corazón”

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Preparar y llevar a efecto la tercera cohorte del del Diplomado de Enseñanza Social de la Iglesia trajo experiencias aleccionadoras

El Diplomado de Enseñanza Social de la Iglesia (ESI) es en un espacio de formación integral que ofrece la Fundación Centro Gumilla fundamentalmente a agentes pastorales comprometidos con la promoción de la dignidad humana, el bien común, la reconciliación y la justicia social. Este Diplomado ofrece un marco teórico y práctico para actuar en la realidad venezolana desde la enseñanza social, las Preferencias Apostólicas Universales y el Plan Apostólico de Venezuela de la Compañía de Jesús. El mismo cuenta con una acreditación académica por parte de la Facultad de Teología de la UCAB. El facilitador es el P. Pedro Trigo, s.j., reconocido teólogo jesuita y autor de numerosos libros. 

Fidelidad creativa en la misión

Hablaremos acá del trabajo desarrollado desde la Coordinación del Área de Formación de la Fundación Centro Gumilla (FCG) para planear, ejecutar, y evaluar la III cohorte del Diplomado ESI en Caracas del 5 de abril al 15 de julio de 2024. 

             La realización de este Diplomado significó una experiencia de fidelidad creativa a nuestra misión como Centro de investigación y acción social de la Compañía de Jesús en Venezuela. La planificación, ejecución  y evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje  exigió a todos los involucrados romper paradigmas académicos y abandonar los espacios seguros de una práctica pedagógica normalizada, para responder al reto de situar a los participantes, en su mayoría adultos provenientes de varias obras hermanas  y  de  Comunidades de lectura orante en contextos populares,  frente a la invitación hecha por el  papa Francisco en 2019 a construir juntos un camino educativo que fuese la alternativa superadora al modo en el que estábamos construyendo el futuro del planeta. 

             Su invitación demandaba poner en juego los talentos de todos, especialmente de quienes ejercemos la vocación y el oficio de educadores, para coincidir en ese cambio que clamaba por un camino educativo que desembocara en una nueva solidaridad universal y en una sociedad más humana y acogedora. 

             La iniciativa del Papa, que cristalizó en su momento en el Pacto Educativo Global, alentó en los integrantes del Área de Formación de la FCG ese compromiso con la educación de las jóvenes generaciones desde nuestra visión y misión asumida desde el lugar social de los pobres.

             En medio de la cultura del descarte imperante hoy día resultaba urgente “… poner en el centro de todo proceso educativo a la persona, para hacer emerger su especificidad y su capacidad de estar en relación con los demás”.

             Es en este contexto de escucha activa y paciente, de diálogo constructivo, comprensivo y respetuoso entre quienes enseñamos y aprendemos que fui discerniendo como Coordinadora del área y junto a nuestro pequeño y valeroso equipo,  que la tarea de coordinar los espacios formativos del Diplomado de Enseñanza Social (ESI) debía hacerse desde este acontecimiento del cambio en lo educativo, como un  camino de doble vía, el mismo  que P. Freire llamó en sus inicios con gran acierto “el dialogo de saberes”, que era coincidente  con lo que planteaba la Enseñanza Social de la Iglesia.

Pero… ¿qué es la enseñanza social de la iglesia? 

En este artículo, cuando se habla de “la enseñanza social de la Iglesia” nos referimos al orden social, que repercute en todas las dimensiones de la sociedad, incluidas la económica y la política. Esta enseñanza es parte esencial de nuestra fe católica. Hasta hace unos años era conocida como “Doctrina Social de la Iglesia” En el centro de la ESI se encuentra el bien común, es decir, el bien de la comunidad.

             Como nos cuenta el propio Pedro Trigo jesuita y teólogo interdisciplinar perteneciente desde 1973 a la Fundación Centro Gumilla, la idea del libro que sustenta este Diplomado, surgió de una petición que le hiciera en su momento el obispo de Maturín. Este le expuso la necesidad de reflexionar temas, tan acuciantes y tan necesitados de esclarecimiento, desde nuestra fe en Jesús. 

             El título del libro La enseñanza social de la Iglesia, una alternativa superadora a la situación también explica el enfoque de la propuesta de una Iglesia movida por el Espíritu para ofrecer justamente una alternativa que supere el rumbo suicida que propone la sociedad dominante al plantea y sus habitantes.

             En la presentación de la primera edición del libro, Trigo aclara que de lo que se trata es “de dar materia para que la gente le eche cabeza”. Todo ese conocimiento que se había venido fraguando en la Iglesia busca responder los requerimientos de esta época desde el espíritu cristiano.  A nuestro hermano Pedro, lo que se le ocurrió fue cambiar el método para que esta herencia no fuese tratada como una doctrina. Cada tema se aborda desde una fenomenología de la situación, remontándola a las fuentes cristianas, sobre todo los evangelios, para beber esas orientaciones fundamentales y “… luego dirigirnos desde el punto donde estamos hacia lo que el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo nos está pidiendo y que así vivamos la fraternidad de sus hijas e hijos”.

Conociendo la realidad para partir de ella y sus límites

Durante la ejecución de las dos primeras cohortes del Diplomado tanto las listas de asistencia como las fotos de los encuentros en la Casa de Ejercicios de Quebrada de la Virgen en Los Teques y los capture del zoom, evidenciaron el interés y el compromiso de aquellos grupos de participantes. El interés reverberaba en los equipos de trabajo después de cada exposición con las respuestas que fueron haciéndose familiares a las preguntas que dejaba el padre Trigo, “qué me disuena, qué me suena y qué no me suena”.      

             En esas dos oportunidades el Proyecto del Diplomado ESI contó con el apoyo de Adveniat, la organización de ayuda de los católicos en Alemania al servicio de todas las personas en América Latina y el Caribe.  

             Para comienzos de este año 2024 Adveniat había completado la financiación del Proyecto del Diplomado ESI.  Los trámites para solicitar la financiación prevista para continuar con un tercer grupo se ralentizaron: éramos una dentro de un centenar de solicitudes que aspiraban ser aprobadas.  Esta situación ponía en jaque la realización de la III cohorte. Pospusimos hasta en dos oportunidades su inicio, previsto para el primer trimestre del año, debido a la imposibilidad de financiación por parte de los Proyectos en ese momento en ejecución por la FCG.

             Inicialmente habíamos establecido como fecha de inicio el mes de febrero de 2024, así que fuimos solicitando, desde el Área de Formación, a las obras de la Compañía que pudiesen financiar parcialmente a los posibles participantes y que estos completaran el resto de la inversión que se había acordado con los responsables de la Casa de Ejercicios de Quebrada de La Virgen. Se enviaron sendas cartas al director general P. Robert y a cada responsable de las obras invitadas contando con el apoyo de la coordinadora nacional de Huellas, Nakarid Delgado.

             Esta primera convocatoria no dio los resultados esperados pues la ausencia de respuestas positivas reflejaba muchas dificultades para la inscripción y participación de los posibles interesados. Decidimos reprogramar la fecha del inicio del Diplomado para marzo. La ayuda para el financiamiento continuaba sin llegar y desde la Coordinación de Formación junto al Padre Trigo, facilitador de las dos cohortes anteriores y miembro de la directiva del Gumilla, propusimos una tercera fecha para abril de 2024, inmediatamente después de Semana Santa, exactamente para el 5,6 y 7 de ese mes. 

“Yo vengo a ofrecer mi corazón”

Se hizo nuevamente la invitación a los responsables de las obras de la compañía y se extendió esta a las personas interesadas de las comunidades populares que participaban en la Lectura Orante de la Biblia con el P. Trigo. La letra de la canción interpretada por la cantautora Mercedes Sosa No todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón, nos inspiró en aquel momento aun en contra de la sensata opinión de muchos compañeros de “reagendar” el Diplomado otra vez.   

             Era nuestro último intento. Si no resultaba, tocaría dejarlo en espera hasta que Adveniat nos aprobara la solicitud y eso pintaba muy lejos. Reprogramamos fechas, hicimos nuevas invitaciones y, por fin, cuando alcanzamos el número mínimo de inscritos, el equipo apostó a todo o nada por arrancar a principios del mes de abril contando con la ayuda económica recibida gracias a las diligencias del propio P. Trigo para becar a los participantes de comunidades populares.

Dos vertientes que alimentaron nuestra felicidad creativa 

Al confirmar la asistencia, vía telefónica, de varias personas que se habían anotado al Diplomado me enteré de tres casos que manifestaban no poder asistir al primer encuentro presencial.  Uno era el de un docente de diversificado quien me preguntó si pese a no poder estar en el encuentro inaugural tenía posibilidad de participar en el resto de los encuentros pautados y recibir al término del Diplomado certificado del mismo. 

             Quedé impactada por su pregunta. Ningún otro participante había planteado semejante duda. La dinámica de un Diplomado tal como yo lo conocía no consideraba ni por asomo esta posibilidad, pues de entrada suponía poner en tela de juicio la seriedad y calidad del mismo.

             Lo inédito de la situación me obligó a detenerme y echarle cabeza, a discernir qué me tocaba hacer como coordinadora del área.  Entendí que desde la doble vertiente de la andragogía y la propuesta de la educación popular tenía que actuar coherentemente con nuestra misión como FCG, y con la invitación del papa Francisco a centrar en el proceso educativo a la persona, “… a hacer que emergiera su especificidad y su capacidad de estar en relación con los demás”. Todo esto me ponía en un dilema moral como responsable de coordinar este espacio formativo de la III cohorte del proyecto del diplomado que se me había encomendado. 

             Una pregunta surgió con fuerza de ese proceso de reflexión: ¿cómo se puede construir algo diferente haciendo lo mismo que siempre hemos hecho, ciñéndonos a las normas de toda la vida? Entonces me acerqué al padre Trigo, tocaba discernir juntos la manera de preservar el bien común y seguir colocando a la persona en el centro. No resultaba nada fácil plantearle a él, teólogo reconocido y prestigioso profesor en universidades e institutos de formación superior para religiosos y religiosas, la posibilidad de que el docente continuara las siguientes sesiones virtuales y presenciales del Diplomado, con posibilidad de certificarse sin asistir a la primera, justo la presencial. Instintivamente me dijo que podía participar como oyente, pero sin derecho a recibir certificado. El recuerdo de Abrahán regateando con Dios me animó a seguir insistiendo para llegar a algún acuerdo antes de tomar ninguna decisión.  Recordé la frase que el mismo padre Trigo repetía convencido a lo largo de todas nuestras formaciones: “Dios nunca da por perdido a nadie”. Ofrecí no solo mi corazón porque creía, como él, que no todo estaba perdido. La propuesta de abordaje que le ofrecí desde lo pedagógico para superar aquel obstáculo que parecía insalvable, aunque inicialmente no convenció a nuestro facilitador, tampoco cerró la puerta que llevaba a una alternativa para superar la situación de “juego trancado” que teníamos delante.

Cómo se construyó la alternativa pedagógica superadora

Nuestra intencionalidad era guardar fidelidad creativa como área de misión de la FCG. No se trataba solo de ofrecer un Diplomado de calidad, sino aportar ese plus que reflejase el compromiso con el pacto por la Educación, una Educación Popular, con estrategias y herramientas metodológicas que permitieran dar ese salto a procesos de enseñanza-aprendizaje realmente liberadores y andragógicos.

             Lo que sigue resume la revisión y actualización que pusimos en marcha como experiencia piloto para otras futuras cohortes de este Diplomado que forma parte de la oferta formativa de la FCG

Experticia y colaboración

Contamos con el valioso apoyo del asistente logístico del Área de Formación y el apoyo del Área de Comunicaciones de la FCG. Ambos fortalecieron el trabajo de planificación y ejecución de la coordinadora y el facilitador. Esto permitió integrar estrategias de educación popular en las réplicas y en los espacios de nivelación, asegurando no solo el abordaje de contenidos de los tres participantes que entraron rezagados, sino también un enfoque respetuoso y adecuado para cada participante.

Espacios de reflexión  

Se incluyeron momentos dedicados a la oración y a la reflexión, tanto personal como grupal. Estos espacios fueron diseñados para que los participantes pudieran considerar cómo llevar lo aprendido a sus contextos específicos, ya sea en colegios o parroquias.

Retroalimentación constante entre participantes y coordinadora

 Implementamos mecanismos para recibir retroalimentación continua a lo largo del Diplomado. Esto no solo permitió ajustes y mejoras en tiempo real, sino que también fomentó un ambiente de aprendizaje colaborativo.

Cierre y evaluación final  

 Al finalizar, se pudo llevar a cabo en la sesión presencial de cierre la evaluación del trabajo realizado. Los participantes compartieron sus percepciones sobre el diplomado, identificaron oportunidades de mejora, y discutieron sus experiencias y aprendizajes. También reflexionaron sobre cómo planean incorporar estos conocimientos en su labor pastoral.

Conclusión y expectativas esperanzadoras

Las estrategias implementadas contribuyeron a crear un espacio de aprendizaje significativo, donde cada participante se sintió valorado y motivado a aplicar lo aprendido en su entorno. La combinación de reflexión, retroalimentación y evaluación final asegura que el proceso educativo sea dinámico y adaptado a las necesidades de todos.

             Al tener en cuenta estos aspectos pudimos, de acuerdo con el facilitador-acompañante del Diplomado P. Trigo, terminar con participantes empoderados que resultó en un proceso de enseñanza-aprendizaje significativo y liberador que comenzó a impactar ya positivamente en sus comunidades, grupos y organizaciones.

             Estoy convencida y contenta al comprobar que de los dieciocho participantes iniciales uno no finalizó el proceso, tres no recibieron certificación, pero sí constancia de participación y los otros catorce terminaron con una certificación en mano que garantiza la vivencia de este espacio formativo del Diplomado ESI. Ellos y quienes los acompañamos desde el Área de Formación junto al padre Trigo terminamos todos con el saber y el sabor que desde la FCG queremos que experimenten, junto con nosotros, todos los participantes de nuestros programas y talleres.

Notas:

– ¿Qué es el Pacto Educativo Global?  Vademécum Español.

– Ponencia presentada en el III Simposio “El formador de formadores en los albores del siglo XXI”, Valencia, 13 y 14 de mayo de 2004 por el Prof. Andrews Paiva [email protected]

– TRIGO, Pedro. La enseñanza social de la Iglesia. alternativa superadora de la situación.

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