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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Vuelve a mí de todo corazón

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Alfredo Infante sj*

Hoy comienza la Cuaresma. 40 es un número bíblico que significa totalidad. 40 años pasó el pueblo de Israel en el desierto y 40 días Jesús. Cuaresma es tiempo de «metanoia» que significa  conversión. Es decir, en estos 40 días previos a la Pascua del Señor se nos recuerda que toda nuestra vida es tiempo oportuno para recapacitar y volver a lo esencial: escuchar la voz del Señor y defender la dignidad humana.

Tal vez estamos dispersos y distraídos y hemos descuidado lo fundamental. «Metanoia» es volver la mirada y el corazón a Dios y su justicia, con la confianza de que él es clemente y misericordioso y nos espera con brazos abiertos. Es pues, “tiempo de recuperar lo que hemos perdido y de volver a lo esencial”.

Las baterías del corazón también se sulfatan y dejan de transmitir la energía que da luz, es hora de limpiar los bornes del corazón. Por eso, la primera lectura de hoy (Joel 2, 12-18) nos hace un llamado suplicante de parte de Dios “«todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón; rasguen su corazón, no el vestido»”. No es tiempo para superficialidades, es tiempo para hacer relucir en nuestro corazón la dignidad de hijos y hermanos. Por eso el salmista (Sal 50) canta entrañablemente “«Devuélveme tu salvación que regocija  y mantén en mi un alma generosa”, y  San Pablo (2 Cor 5,20-6,2) nos centra en la vocación de “ser colaboradores en la misión de Cristo” que hoy traducimos en apostar, entre otras cosas,  por una Venezuela justa y fraterna donde se respete el don sagrado de la vida y los derechos humano.

Pablo nos exhorta a no echar en saco roto el don recibido Porque nuestra vida, si nos descuidamos, puede ser eso, un saco roto « Las bendiciones que se nos han dado son para el servicio de la vida y el bien común, si no caminamos en esa dirección estamos a contravía de la voluntad de Dios, y ese es el drama del pecado.

Hoy, cuando contemplamos la tragedia que vivimos nos indignamos, dolemos y caemos en cuenta que cómo país «hemos echado en saco roto el don recibido», pero nos alienta el llamado de Dios, cuando nos dice «todavía es tiempo, vuelvan a mí de todo corazón».

 La conversión que hoy se nos pide no es sólo política, social, económica, cultural, sí, todo esto es imprescindible, pero lo fundamental es el cambio de mentalidad, de corazón, de consciencia. En esto nos centra el evangelio de hoy, que nos recuerda que es en lo más íntimo y secreto de la conciencia de cada persona donde nos la jugamos porque Dios, nuestro Padre, no ve las apariencias, ama el corazón, por eso dice Jesús y mi padre que ve lo secreto te recompensara. Es, sin duda alguna, en el secreto de la conciencia de cada venezolano donde relucirá la verdadera «metanoia». Todavía es tiempo, dice el Señor.                                

Petición: Señor, haz propicio este tiempo de cuaresma para repensarnos como sociedad, para transitar este desierto y constituirnos como pueblo organizado que construye un horizonte común de vida, dignidad. Qué no sigamos echando  tus bendiciones en saco roto. Que en el secreto de nuestra conciencia y delante de ti, se encienda la llama de la dignidad. Sí, Señor, tú lo dices, todavía es tiempo.          

“Sagrado corazón de Jesús, en vos confío”

Parroquia San Alberto Hurtado. Parte Alta de La Vega.

Caracas-Venezuela.

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