Rafael Huizi Clavier*
La escalada de violencia que hemos presenciado desde que se iniciaron las protestas pacificas de la oposición contra la ruptura del hilo constitucional, ejecutada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justica (TSJ), con un saldo trágico de 26 personas fallecidas, según la Doctora Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la República, tiene un solo responsable: Nicolás Maduro Moros. Después del triunfo arrollador de la oposición en las elecciones legislativas de diciembre de 2015 por mayoría absoluta, el régimen de Maduro se dedicó a castrar a la nueva Asamblea Nacional mediante sucesivas sentencias del TSJ violatorias de la Constitución Nacional, en una suerte de golpe de Estado continuado hasta propinarle la estocada final y con ella la muerte definitiva de la democracia a través de las sentencias 155 y 156 del TSJ. A comienzos del año 2016, la oposición de partidos políticos representada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) planteo la urgencia de encontrar una salida pacífica, democrática, constitucional y electoral a la grave crisis de gobernabilidad y de tensión social y con ello desmontar la olla de presión a punto de estallar en que se había convertido el país: transcurrida la mitad del periodo presidencial, solicitar la convocatoria de un referendo para revocar el mandato de Nicolás Maduro ( artículo 72 de la Constitución Nacional). Pero no, lejos de abrir los causes constitucionales para medirnos en un referendo revocatorio (RR), Maduro y su régimen totalitario cerraron totalmente esa válvula de escape y se robaron el RR, igual hicieron con las elecciones regionales. Hoy Venezuela está sumida en el caos y la anarquía, sin futuro cierto; la oposición con razón reclama su derecho a tener elecciones libres y justas, a abrir un canal humanitario ante la alarmante escasez de alimentos y medicinas, a la libertad de los presos políticos y a restablecer el orden democrático. El régimen se atornilla en el poder, reprime brutalmente y suelta a sus paramilitares armados llamados colectivos contras los ciudadanos que protestan pacíficamente, con ello cierra la posibilidad de una salida pacífica y constitucional, terca e irresponsablemente apuesta a la confrontación, a la guerra civil. El 11 de abril de 2002, Hugo Chávez Frías renunció como consecuencia de los graves hechos ocurridos ese día, en los cuales murieron cerca de 20 personas y unos cientos de heridos. Así lo anunció el general Lucas Rincón acompañado del alto mando militar. En Argentina, el 20 de diciembre de 2001, el Presidente Fernando De La Rúa renunció después de las graves protestas contra las medidas económicas tomadas por su gobierno, en las cuales murieron no más de 10 personas. Desde marzo-abril 2014 hasta hoy han fallecido 69 venezolanos durante las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro. ¿Quién es el responsable de estas muertes? No es ni Leopoldo López ni los dirigentes políticos a quienes pretenden acusar y detener, es la autoridad (Nicolás Maduro Moros, presidente de la República), que estando obligado por el artículo 232 de la Constitución Nacional a procurar la garantía de los derechos y libertades de los venezolanos y venezolanas, como lo son, entre otros, el derecho a la vida, a la libre expresión del pensamiento, al sufragio, a la protección de su honor, al libre tránsito, a manifestar pacíficamente, a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana, a tener salud y comida, a vivir en paz y tener futuro, por decir lo esencial de una democracia, haya incumplido su obligacion, por acción u omisión. Usted Nicolás Maduro debe renunciar.
*Vicealmirante