Por José Guerra | Diario 2001.
El diputado Ángel Medina Davies, quien preside la Comisión Especial nombrada por la Asamblea Nacional para adelantar el proceso de escogencia de un nuevo Consejo Nacional Electoral, ha jugado un papel extraordinario para dotar a Venezuela de una institución vital para la democracia. Se han cumplido, como corresponde, con todos los aspectos y requisitos legales para que el país pueda contar con un órgano electoral que sea un verdadero árbitro y no una franquicia de un partido político, como lo ha sido el actual CNE dirigido por ese ser repudiado por el pueblo venezolano como lo es Tisisay Lucena, quien se ha dedicado a destruir la institucionalidad del voto como mecanismo de cambio en Venezuela. Agente del PSUV, Lucena ha sido una eficaz pieza al servicio del régimen. Nosotros no queremos nuestra Tibisay Lucena sino una persona que facilite el voto de los venezolanos y que no lo obstaculice.
La responsabilidad constitucional de elegir al CNE corresponde a la Asamblea Nacional y ella está trabajando en eso. Ya habían salido por allí los propagandistas del régimen a decir que aplicaba la omisión legislativa y que el caso se remitiría al TSJ de Maduro para su nombramiento. Con firmeza y al mismo tiempo con flexibilidad la Comisión de la AN ha venido dando los pasos para conformar el Comité de Postulaciones para luego proceder al nombramiento de los cinco rectores. No es esta una tarea fácil. Pero se está haciendo todo el esfuerzo para ello.
La incorporación del PSUV en la Comisión es importante. Ello expresa la política de amplitud que hemos seguido. Para algunos sectores ello es una traición. Son los mismos que creen que exterminando al chavismo y con una intervención militar van a solucionar todos los problemas de Venezuela. Eso sí, sin mover un dedo para ello más allá del teclado del computador o del teléfono celular. La solución a la crisis de Venezuela es principalmente política. Y esto significa el rescate del derecho al voto hoy confiscado por el régimen, quien lo conculcó para negarle al pueblo el derecho a elegir, no simplemente a votar.
El derecho al voto, en elecciones libres, fue una conquista lograda en 1958 luego de una larga lucha donde cayeron sacrificados venezolanos honorables, hoy mártires de la patria. Y esa conquista no se la vamos a regalar al régimen que cada día hace todos los esfuerzos para sacarnos de la ruta electoral y encerrarnos en un laberinto donde la salida más fácil luce ser la aventura. Las fuerzas democráticas de Venezuela no van a entregar sin luchar el derecho al voto, principal herramienta para el cambio hoy requerido con urgencia. Que sea el pueblo venezolano quien decida, con el apoyo de la comunidad internacional.