Héctor Ignacio Escandell Marcano
No era un programa más, ni una entrevista cualquiera. Para celebrar la Semana de la No Violencia, Fe y Alegría recibió la visita de un Gandhi. Imagínense lo impactante que fue conversar 45 minutos con un hombre que representa semejante legado.
Tushar Gandhi llegó a la radio como un invitado normal, incluso su apariencia física transmitía serenidad y sencillez. Sin muestras de opulencia ni arrogancia se instaló y a los pocos segundos ya había cambiado el ritmo acelerado de una radio informativa.
A un Gandhi no se le entrevista todos los días, y menos en un país que exhibe cifras alarmantes de criminalidad y violencia. Su actitud ante las preguntas siempre fue de consejero. “No hay fórmulas exactas para lograr la paz, cada quien debe asumir el compromiso”, se le oyó decir en más de una ocasión.
A medida que pasaban los minutos, sus reflexiones apuntaban más a lo actitudinal de cada venezolano y menos a las estructuras del Estado. Ser bisnieto de Mahatma Gandhi no debe ser una tarea fácil, pero a este hombre de más de un metro noventa de estatura le sale natural.
Tushar representa hoy día las acciones de Mahatma Gandhi, un hombre que por allá en 1918 rechazó la lucha armada e instauró la huelga de hambre como método de resistencia social contra el dominio británico sobre su natal India.
Aunque poco se parece físicamente a su bisabuelo, a través de la Fundación Mahatma Gandhi, Tushar logra mantener viva la aspiración de construir un mundo de paz y no violencia.
El momento de la entrevista era tan significativo para el país que hubiese sido muy egoísta no abrir las líneas telefónicas para que los venezolanos pudieran, al menos cruzar palabra con el ilustre visitante.
“Cuando la noche está más oscura, siempre hay un rayito de luz que vendrá a iluminar”
Tushar Gandhi.
Durante veinte minutos, los teléfonos no dejaron de sonar y desde todos los rincones del país la gente lanzó preguntas a Tushar; la mayoría de los cuestionamientos estuvieron orientados a buscar fórmulas mágicas para resolver los problemas de la política.
La audiencia fue un reflejo de la polarización que vive nuestra sociedad: ¿Cómo se logra la paz con un Gobierno que no respeta los Derechos Humanos?, ¿Cómo se puede superar la violencia con una oposición que la promueve?, ante estos disparos provocadores, el hombre se mantuvo y fue coherente. “El problema no es el Gobierno o la oposición, la sociedad es la que debe tomar la iniciativa y no hacer el juego a ninguno”.
Los minutos pasaron y mi asombro creció a un más al ver que no cayó en el juego ni pisó el peine que la gente por costumbre lanza para que los entrevistados tomen partido. Se mantuvo firme y en el propósito de aconsejar a un pueblo que sigue buscando en otros la solución a sus problemas.
La entrevista, como todo momento pletórico se acabó rápido. Todos en la radio quedamos impregnados y contagiados del entusiasmo que este Gandhi le pone a la vida; de su ejemplo y su compromiso por la paz.
Las fotografías posteriores a su salida de la cabina de radio servirán para contar que un Gandhi estuvo en Fe y Alegría.
Definitivamente no fue un viernes cualquiera, para mí, un 30 de septiembre que difícilmente podré obviar cuando deba contar los mejores momentos que me ha dado el periodismo.
A la audiencia y al país le quedan frases como esta:
“El que crea en la paz y en la no violencia, nunca se sentirá desesperanzado”.
Tushar Gandhi
Fuente: https://cronicadelviernes.wordpress.com/2016/10/06/un-gandhi-para-venezuela/