Ariana Basciani
Hasta hace pocos días, los medios de comunicación volvían a poner a Venezuela en sus portadas. El éxodo masivo de venezolanos hacía varias capitales de Latinoamérica visibiliza la gran crisis humanitaria que vive el país caribeño. Los principales problemas permanentes son la crisis política, económica y social, pero en resumen lo que moviliza el éxodo es la falta de alimentos, medicinas, la violencia y una economía precaria.
Aunque la precariedad es el pan de cada día en Venezuela, muchos de sus ciudadanos resisten visibilizando los problemas de la sociedad a través del cine. Tuki Jencquel, director y productor de cine con avanzada trayectoria en comerciales y documentales venezolanos, es uno de los cineastas que se ha decidido a mostrar uno de los problemas más terribles de la crisis venezolana: la escasez de medicinas.
Está todo bien es el título del documental de Jencquel en el que se reflejan las visiones de seis personas víctimas de la situación del país con respecto a la falta de medicamentos. Un médico, un activista, dos pacientes de cáncer y una pareja de ancianos dueños de una farmacia relatan en primera persona lo que viven día a día y el laberinto de interrogantes que genera la situación en la que están inmersos: ¿protestar o rendirse, emigrar o aguantar, perder la esperanza o entregarse a la fe?
No hay nada que desconecte al venezolano, dentro o fuera de las fronteras del país, para poder hablar, compartir o pedir ayuda para quienes siguen en el país. Es por eso que Jencquel, tras estrenar el documental en el Sheffield Doc Fest a sala llena, ha decidido hacer una presentación en Barcelona el próximo 14 de septiembre para recaudar fondos que servirán para enviar medicinas a Venezuela junto con la asociación Salud para Venezuela.
¿Cómo se cuenta la crisis de medicamentos en Venezuela?
Para el cineasta venezolano hablar de la salud en el país es de gran importancia porque es de “las aristas de la crisis humanitaria, una de las más dramática”. Fue a partir de esa arista que Jencquel escogió perfiles aleatorios, víctimas de la crisis venezolana. “Comencé con Francisco Valencia, a quien conocí al filmarlo debido a su trabajo como activista en la ayuda humanitaria para Venezuela, entonces los otros personajes fueron apareciendo poco a poco, hubiesen podido ser muchos más”.
La grave situación del país suramericano hace que cualquiera pueda ser una persona testigo para un documental, pues no se resisten las clases sociales: “cualquier persona con una enfermedad crónica en Venezuela podría ser uno de los personajes del documental. Hubiesen podido ser más testimonios, pero habría quedado en viñetas cortas, así que nos concentramos y desarrollamos los perfiles que escogí. Está todo bien refleja, a través de los entrevistados, un país con complejas dificultades, espinoso de entender, “del que no se da un contexto ni estadísticas narrativamente a propósito, ya que no quería que fuese un reportaje o una película explicativa. Es una película de ambiente con las historias de unos personajes reales”, comenta Jencquel.
Para muchos venezolanos explicar la problemática venezolana se hace casi imposible por la cantidad de años que tiene el chavismo en el gobierno, así como por la cantidad de hechos que han sucedido en ese período de tiempo. Según Jencquel “si te pones a explicar la crisis, no terminas nunca. La intención del documental es un retrato de un país enrarecido, en el que la gente que quiere cambiar cosas no puede, revelando esa sensación de impotencia. Si vieran el documental como un reportaje, la historia estaría desactualizada porque las cosas en Venezuela cambian tan rápido que no tendría sentido. Es una visión de esa Venezuela a través de esos personajes reales y al ser reales sus historias no terminan ahí”.
¿Cómo explicar la crisis de medicamentos en Venezuela a la comunidad internacional?
Entender la situación venezolana es difícil para cualquiera, inclusive para los mismos venezolanos. En España, las noticias sobre el país suramericano se asocian generalmente con una bomba de humo para desenfocar la problemática nacional a través de otro país, sin embargo, la situación de crisis humanitaria de alimentos y medicinas es real en Venezuela. “Los que no son venezolanos ven un país que es difícil de entender, un país bizarro, contradictorio, trágico, bastante surrealista. No creo que las personas que vean el documental en el exterior vayan a entender lo que pasa en Venezuela. En Está todo bien estamos mostrando unas historias anecdóticas de unos personajes y no son la totalidad del país, pero a través de esas historias puedes ver muchos patrones de los mini o macro problemas que suceden en el país, por ejemplo, la futilidad de la Asamblea Nacional venezolana, la imposibilidad que tenían los diputados de pasar cualquier ley que luego iba a ser sancionada por el Ejecutivo. Esa Asamblea que en la actualidad no existe”, asegura Jencquel.
Parte de la narración del documental saca las historias del contexto real para llevarlas a la teatralidad, un efecto que el cineasta quiso realizar para poner en evidencia que toda crítica que se le hace al gobierno es desacreditada por otra puesta en escena. Jencquel quiso hacer un paralelismo. “Sacar las historias del contexto real y llevarlas a un teatro era explicar que todo lo que hacemos en la vida es una puesta en escena. Este método se convirtió en una psicoterapia real para los personajes. Una de las cosas más dramáticas en Venezuela es la salud mental, todas las personas que están pasando por la crisis, incluido yo, no tenemos ayuda psicológica y eso a lo mejor es lo que más necesita Venezuela en su totalidad”.
Hacer cine en Venezuela: cómo se crea un mensaje para la reflexión
Ibermedia es un programa de estímulo a la coproducción de películas de ficción y documentales que promueve la excelencia del cine Iberoamericano, sin embargo, hace pocos días en Caracas, los voceros de los gremios cinematográficos se reunieron con el ministro de Cultura para plantear sus principales preocupaciones, entre las que se enlistan la poca capacidad del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) para asumir costes y la deuda con Ibermedia, la cual retrasa procesos de producción del cine en Venezuela.
En el caso de Está todo bien, Jencquel no contó con recursos del CNAC para realizar su documental y menos si estaba criticando una realidad incómoda: “está muy complicado que te financien una película porque no hay dinero, sino hay dinero para medicinas y para comida, por qué debería haberlo para hacer películas. Nunca tuve ilusiones de que iba a tener algún apoyo institucional para este proyecto”.
A pesar de no haber tenido apoyo institucional y no saber si sería censurado en su país, al cineasta venezolano le hace ilusión presentar el documental en su país. Sin embargo, confiesa que le gustaría que su película sirviera para generar debate y reflexión, especialmente con las personas que todavía están a favor de las políticas del gobierno venezolano: “me gustaría que mi película no le llegue únicamente a los convertidos. Me encantaría que si hay personas que todavía creen en el proyecto del gobierno, sean venezolanos o extranjeros, se acerquen y vengan a ver la película. Yo no quiero insultar con la película a la inteligencia de nadie, a mí me gustaría que puedan venir y ver la película; yo no creo que la película vaya hacer cambiar a alguien de una ideología a otra, pero sí generar algún tipo de debate o reflexión”.
Fuente: http://theobjective.com/further/tuki-jencquel-medicamentos-venezuela-documental-esta-todo-bien/