Luisa Pernalete
Hace unos años, en una de esas comunidades populares que frecuento, David, un vecino, que era muy opositor, sabía que para ese momento sólo su persona y su esposa eran islas en medio de una cuadra muy chavista, decidió darse una especie de tregua: “Vecina, los niños merecen sus navidades, dejemos de lado nuestras diferencias porque somos vecinos, y vamos a seguirlo siendo, pero tenemos cosas en común. Aquí le traigo una hallaca”. Sabiéndose con opiniones distintas, limpiaron su calle juntos, se visitaron e intercambiaron dulcitos navideños.
No se trata de olvidar que los venezolanos hemos estado inmerso en un clima de conflictividad política en estos años, pero el 6D evidenció algunos elementos importantes: fuimos muchos a votar, y eso es una manera pacífica de expresar lo que opinamos. Una vez que la señora Tibisay habló – nos hizo trasnochar de nuevo– hubo expresiones de alegría y las amenazas de “motorizados violentos” que saldrían a la calle si los resultados eran contrarios al gobierno, no se cumplieron. O sea: Se eligió la paz, sea cual sea la razón. Votamos, y los vecinos no se cayeron a palos. ¿No dice eso que la mayoría de nosotros quiere vivir en paz? Estamos molestos, pasándola mal, pero queremos resolver nuestros problemas pacíficamente. El lunes se respiraba cierta serenidad que hacía mucho no la sentíamos. Me parece que teníamos la “amabilidad subida” y hasta soportamos mejor la escasez. ¿No le pasó lo mismo a usted? Habría que agradecer a todos esos héroes anónimos que hicieron posible ese 6D: los testigos, los que cuidaron votos, los que ayudaron a ancianitas en silla de ruedas a subir las escaleras… Esos y otros merecen un aplauso.
Para los católicos, el adviento, que precede a la fiesta de la navidad, es tiempo de esperanza y de preparación para la venida de Niño Jesús. Voy a ayudarme de Isaías 11, 1-2 para llegar a donde quiero llegar: “Una rama saldrá del tronco de Jesé/ un brote surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de Yavé/ espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de prudencia y valentía” y más adelante (6-8), dice el profeta: “El lobo habitará con el cordero/el puma se acostará con el cabrito/ el ternero comerá al lado del león/y un niño chiquito los cuidará/. La vaca y el oso pastarán en compañía/ y sus crías reposarán juntas/ pues el león también comerá pasto, igual que el buey”. ¡Qué hermoso ese texto! Me encanta: “Sabiduría e inteligencia, prudencia y valentía”, eso lo necesitamos todos, en especial los políticos, los nuevos diputados, y lo otros: los diferentes, los incluso enemigos podrán comer juntos. Creo que eso también lo estamos esperando los ciudadanos que votamos el 6, queremos que los que ganaron sus curules en la AN – que ganaron porque votamos por ellos – se sienten para todos podamos comer en este país.
¿Es ingenuo pensar que los políticos puedan deponer sus intereses personales para todos podamos comer en Venezuela? Pero no se trata sólo de lo que los nuevos parlamentarios puedan y deban hacer. Nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes – últimamente más corrientes que comunes a juzgar por los productos que tenemos que perseguir – también tenemos nuestras tareas. Veamos a nuestros alrededor y seguro que encontraremos rasgos valiosos entre nuestros familiares, en nuestros compañeros de trabajo, en la gente que va a en el mero o en el bus – esos que ceden sus puestos a personas que no conocen – y poco nos cuesta ser amables con los otros. Inscríbase en la AAM (Asociación de la Alabanza Mutua), y elogie al otro. Usted tiene derecho a una navidad como una brisa y el otro también. Sonreír cuesta menos de lo que usted cree. Para no insultar sólo debe abstenerse, no requiere dólares ni colas. Esta tregua le dará fuerzas para seguir trabajando para que la AN sea la que soñamos, no dejar sólo a los parlamentarios, recordarles sus deberes. No se desmovilice en navidad, júntese a otros y realice buenas obras junto a otros. Trabaje por una feliz navidad, usted la necesita y yo también.