En su empeño por hacer visible los matices de la crisis venezolana, a la que se agrega un posible plan de racionamiento de gasolina que está en ciernes, Transparencia Venezuela constató la realidad a la que se someten los ciudadanos en siete estado del país, a la hora de tratar de surtir de combustible sus vehículos.
Esta es la triste realidad que viven las regiones por la falta de gasolina:
Anzoátegui: La angustia por la gasolina
Con el avance de los días tras los anuncios en agosto sobre el incremento de la gasolina y el subsidio del combustible, con la imposición de un instrumento de control como lo es el llamado Carnet de la Patria, la angustia e incomodidad se fue apoderando de los habitantes de la ciudad de Barcelona, capital del estado Anzoátegui, al noreste de Venezuela.
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Barinas: Todo por un tanque de gasolina
La llamada Revolución nos arrincona en las “colas”. Ya no sólo se trata de padecerlas, sino de observarlas a diario como parte del decorado. Es la escena ya común en la capital del estado Barinas, al sur del país. A las largas filas de personas para comprar comida y bienes de primera necesidad, o a las registradas en las entidades bancarias, se suman las de vehículos desde tempranas horas del día para surtirse de gasolina.
Cualquier transeúnte a diario constata cómo va mutando la ciudad y el modo de hacer vida en esta jungla del siglo XXI. Mientras en otros países la modernidad establece nuevos cánones para la mejor convivencia, en Venezuela los espacios públicos se han reducido.
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Bolívar: Sistema Biométrico deja grandes incógnitas en su primera semana de aplicación en Guayana
Al sur del país, en el estado Bolívar, el nuevo sistema de pago de la gasolina deja una estela de dudas y confusión en su período de prueba, no solo en los ciudadanos sino en los mismos funcionarios del Estado desplegados para manipular los dispositivos.
La primera semana de la aplicación del sistema biométrico deja más preguntas que respuestas en Ciudad Guayana. No se sabe si esos equipos chinos soportaran el trasiego de una ciudad tan grande, tampoco se conocen las posibilidades de conectividad ni de fallas de los mismos
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Carabobo: Con el “Biopago” la incertidumbre marca la huella
La implementación, a modo de prueba, del sistema “Biopago” en las estaciones de servicio de Carabobo, aún deja muchas preguntas por responder para los miles de ciudadanos que acuden a diario a abastecerse de combustible.
Desde hace varios meses, el suministro de gasolina y gasoil ha sido muy irregular en esta región del centro del país, donde paradójicamente se encuentran la Refinería El Palito y el Centro de Distribución para Centro Occidente, en Yagua, pero es común que solo haya disponiblecombustible de 91 octanos, porque de 95 se agota o que sencillamente las “bombas” se quedan “secas” sin que la estatal Pdvsa explique los motivos.
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Lara: La cola nuestra de cada día
A la que ya veníamos haciendo para conseguir alimentos o intentar conseguir un transporte cada vez más riesgoso y precario luego de interminables caminatas. A la que llegamos para conseguir efectivo en establecimientos bancarios que siempre tienen poco o –a veces- nada; a la que nos espera desde el día anterior o de madrugada para conseguir medicinas que sabemos que no hay, o una pensión cuyo monto es un misterio que solo develaremos al llegar a la taquilla, si es que llegamos.
A la que hacemos a diario por pan o harina con una esperanza que casi siempre es derrotada por el fatal cartel de “No Hay”. Es a esa cola perenne que nos persigue, sinuosa serpiente que deforma el espacio público – llenándolo de madres, padres de familia y personas mayores que salen cada día como quien va a trabajar o a una cita ineludible- se suma la más reciente creación del régimen venezolano: la cola por la gasolina.
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Mérida: Los ciclos de la incertidumbre para obtener gasolina en Mérida
Los problemas de suministro de combustible en la ciudad no son permanentes. Más bien, son cíclicos. Desde finales de 2017, no se veían las aglomeraciones en las estaciones como las que se empezaron a registrar en la segunda quincena de septiembre de 2018.
La mayoría de las veces, el nerviosismo es iniciado por el rumor o, incluso, por la noticia cierta de problemas en la planta de llenado de la ciudad de El Vigía, en la que sí suele haber largas filas para cargar combustible. O por los anuncios de un posible aumento de precio o de nuevos “requisitos” para disfrutar del servicio, como es el caso del sistema biométrico y la imposición de presentar el Carnet de la Patria parabeneficiarse del subsidio del Gobierno. O todos esos factores a la vez. Ese fue el caso de este “nuevo ciclo” que inició a mediados de septiembre, se agudizó con el pasar de los días y que se “suavizó” a finales del mes.
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Zulia: Las filas de la indignación
Los conductores que esperan su turno en la parte inicial de una fila de vehículos de casi dos kilómetros, observan desesperados y molestos. Se preguntan cuánto más irá a demorar la carga de gasolina cuando comience a operar el sistema de “biopago”, como llama el Gobierno nacional al control del expendio de combustibles mediante el denominado Carnet de la Patria.
A la mayoría de las personas en la fila les toma hasta tres horas llegar a las “islas” de los surtidores. El temor que causa la implementación del mecanismo anunciado por el presidente Nicolás Maduro en agosto, se expresa en la medida del tiempo que va a quitarle a cada quien llenar el tanque de su carro. También en el costo y en la discriminación que el uso del carnet va a significar, porque solo tres de cada 10 personas que estaban en la fila– ese domingo 16 de septiembre de 2018– decían tener el documento con el que el Gobierno pretende que los venezolanos tengan acceso a combustibles con precios subsidiados.
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Fuente: transparencia.org.ve