Levy Farías*
Por más de veinte años, la revista SIC fue una de las primeras recomendaciones que les hacía a mis alumnos de Metodología de la Investigación.
Quiero decir, la mayor parte de las veces lo que yo recomendaba no era algún artículo específico sino la revista en sí, porque como docente de métodos mis prioridades no tenían que ver con ningún tema en particular; más bien, mi tarea era acercar a los estudiantes, generalmente de los primeros semestres, a las terminologías y perspectivas propias de las ciencias humanas. Naturalmente, en el país tenemos numerosas publicaciones académicas que también pueden ser útiles para ese fin; pero además de lo extenso que suelen ser sus artículos, a menudo lo rebuscado de sus jergas y de sus temas hace que resulten prácticamente incomprensibles para muchos lectores, incluidos los estudiantes que recién empiezan sus carreras.
Con la revista SIC, en cambio, su equilibrio en el lenguaje, teóricamente ilustrado, pero nunca deliberadamente oscuro, y la indudable y constante pertinencia social de sus temáticas hacen de ella un excelente recurso para la educación superior, o lo que es lo mismo, para el pensamiento crítico y los debates democráticos.
*Docente e investigador de la Universidad Central de Venezuela.