Oscar Bastidas Delgado
Felicitémonos por el logro del 16 de julio, al enfrentar con clara desobediencia civil, el totalitarismo militarista de un Maduro quien, a pesar de su creciente militarización, ¡Viste con orgullo el uniforme de “Hussein”! El miedo que pretende infundir, la matanza de venezolanos y la censura comunicacional, no pudo evitar nuestra constitucional y vinculante Consulta Popular, ya reconocida mundialmente como única en las luchas contra las dictaduras. Nos impusimos como pueblo demócrata.
Efectivamente, a pesar del miedo infundido, las trabas y amenazas; con apenas dos semanas para organizarnos, con solo 14.000 mesas de las 45.000 de un evento electoral normal y con esfuerzos voluntarios propios, pero limitados, dimos una lección de unidad y amplios deseos de recuperar nuestra Venezuela sobre principios y valores independientes de dádivas populistas. Esa lección fue resultado del esfuerzo sostenido de una voluntad de democracia participativa orientado con claridad política por una Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que mutó de su mera condición electoral original a otra para enfrentar la dictadura mediante una importante lucha pacífica de más de 100 días, en la que desplazamos de las calles a los camisas rojas y a los mercenarios que se cobran sus botines de guerra con los celulares y carteras de sus agredidos.
Viene la hora cero. Esperemos que la Asamblea Nacional institucionalmente con apoyo nuestro y la plataforma política de la MUD, actúe. El mandato del tercer SI es clave, apunta a un gobierno de transición que llame a elecciones libres en las que tengan cabida quienes de buena fe apoyaron a Chávez. Una transición que reestructure y sanee la FFAA y desplace los paramilitares mal llamados colectivos, que inicie la recomposición de las relaciones exteriores en función de la democracia, ponga en marcha un plan de recuperación económica apuntalado en producir y combatir la escasez y la inflación, atraiga inversiones y venezolanos expulsados por la Lista Tascón, el desempleo y la violencia.
Se impone apuntar a la resiliencia del país. Quien suscribe, propone construir una República de Emprendedores para superar nuestra condición monoproductora. La amalgama de esa resiliencia deben ser los emprendimientos asociativos, voluntad y acciones para enfrentar problemas en todos los terrenos mediante esfuerzos de equipos con claros planes y los preceptos y valores de las Organizaciones de la Economía Social (OESs), tales como asociaciones, cooperativas y mutuales, formas éstas contenidas en nuestra Constitución Nacional. Con OESs se pueden emprender todas las actividades humanas, ellas se complementan muy bien con las empresas públicas y privadas socialmente responsables; en el mundo y en Venezuela tenemos ejemplos exitosos que superan con creces el cementerio de cooperativas del fallecido Chávez y su carnal Maduro.
De continuar Maduro con su tren sin frenos por los rieles de su fraude “constituyentista” para perpetuarse en el poder con base en las armas y la ignorancia, los resultados del 30 se destacarán por las trampas y el abultamiento final de los números, y la escena siguiente un incremento de la represión; no hablemos de guerra civil pues solo ellos monopolizan las armas.
Restan pocos días para evitar el fraude; mientras, estemos atentos a las decisiones de nuestra Asamblea Nacional y la MUD. Si sectores sanos del gobierno aceptan como puntos de partida los cinco planteamientos de la AN y la MUD: ¿Cuál es el temor de negociar para evitar el escenario descrito? ¡Fuera los cantos de sirena de ambos extremos!, ¡Fuera los acomodaticios que desean un sector demócrata débil para pescar en río revuelto! ¡Quien se canse pierde y quien se desespere también! ¡Abajo cadenas!