Rescatar alternativas y actitudes sociales positivas y destacarlas como espacios necesarios de esperanza y de solidaridad fue la propuesta que este 2020 se promovió en el XI Encuentro de Constructores de Paz, organizado por la Red de Acción Social de la Iglesia. La actividad que este año debió ser virtual, debido a la pandemia, congregó a más de doscientas personas de todo el país
Por Betzhabet Melo* | Revista SIC 827
Luego de más de una década de encuentros, podemos decir que Constructores de Paz es un ejemplo de resiliencia y perseverancia. Contra viento y marea, sorteando obstáculos de todo tipo, en un contexto tan adverso como el venezolano, que no da tregua, se ha logrado de manera ininterrumpida llevar adelante este espacio que permite compartir y visibilizar acciones positivas e inspiradoras lideradas por organizaciones sociales en todo el territorio nacional.
Este 2020 tuvimos que sortear un obstáculo nuevo, la COVID-19. En medio de la cuarentena, por primera vez nos lanzamos al agua de lo digital. Nos estrenamos. Con muchas dudas y no pocos miedos, no solo por la escasa experiencia en estos asuntos, sino también porque, como todos los venezolanos, padecemos las carencias del servicio de Internet.
Nos tocó aprender a todos –hasta los ponentes– a conectarnos, a grabar videos –por si acaso– a trabajar en equipo desde la distancia, para crear un espacio que nos animara a seguir trabajando y construyendo, un espacio de aprendizaje y de compartir con reflexiones y experiencias cónsonas con la realidad en plena cuarentena mundial. Así, unos días antes del evento ya estaban a tope las inscripciones en la plataforma que limitaba el aforo a un máximo de quinientos asistentes. Finalmente, unas trescientas personas lograron participar en el encuentro que, por primera vez, no se realizó en el aula magna de la UCAB.
Alimentar la esperanza
Renacer desde la Solidaridad, este fue el lema seleccionado para esta edición. Una afirmación que invita a la esperanza, a la perseverancia, a no desfallecer, a mantenernos siempre resucitados, a pesar de las cruces que nos toca cargar en el día a día de esta Venezuela tan golpeada.
La apertura fue motivada por Leopoldo Duarte, del Grupo Social Cesap, quien animó unos minutos de oración. Seguidamente, el padre Manuel Zapata, s.j. director del Centro Gumilla dio las palabras de bienvenida, a la que continuó la salutación especial del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor José Luis Azuaje, quien estuvo presente durante toda la actividad.
Animados por este espíritu se presentaron tres ponencias centrales: la primera, “La realidad venezolana desde la perspectiva sapiencial y profética de la Iglesia”, del padre Alfredo Infante s.j., director de la revista SIC y párroco de la parroquia San Alberto Hurtado en La Vega, Caracas; la segunda, “La misión de la Iglesia resucitada: obras que reavivan la esperanza”, de la Dra. Ingrid Graterol, directora de Cáritas Machiques; y, la tercera, “Por una cultura del encuentro”, de la profesora Luisa Pernalete, docente de destacada trayectoria en Fe y Alegría, y defensora de los DD.HH. de los niños y adolescentes.
En la moderación del encuentro, nos acompañaron como invitados especiales Naky Soto y Luis Carlos Díaz, quienes han sido colaboradores consecuentes y asiduos por varios años.
En esta oportunidad, a pesar que se redujo de manera considerable la duración del encuentro por la modalidad virtual, se pudo hacer un “concentrado” de lo ya acostumbrado en ediciones anteriores. La actividad se realizó de 9:00 a 11:30 a.m. En apenas dos horas y media se llevó a cabo lo que regularmente ocupa una jornada de un día completo. Aunque para ello se debió prescindir de los espacios formativos grupales de las jornadas presenciales.
Tras la presentación de las ponencias centrales y de las preguntas y comentarios de los participantes, se hizo la lectura de un comunicado firmado por todas las organizaciones de la RASI. El documento es un llamado al respeto de la dignidad de todos los venezolanos en medio de la emergencia humanitaria que se ha agravado por la pandemia mundial de la COVID-19. Texto que, por su relevancia, compartimos completo más adelante.
Acciones que inspiran
Y no podía faltar la presentación de experiencias, acciones que pretenden servir de inspiración. Seis organizaciones contaron cómo, en medio de la adversidad, llevan adelante espacios de solidaridad que dan vida.
Caridad en dos ruedas: bici-rutas de la generosidad, es una de las estrategias creadas por Cáritas de Venezuela para, en medio de la escasez de combustible, hacer llegar alimentos a familias, abuelos y abuelas en situación de vulnerabilidad. Para ello, se hace un censo, se prepara la ruta y se avisa los días en los que llegará la ayuda. A los que viven más lejos, se les lleva la comida en bicicleta y, cuando no hay suficientes ruedas en el equipo, se suman los pies del voluntariado que sirve las tazas y garantiza que lleguen a quienes más lo necesitan. El combustible que los impulsa es la certeza que el encuentro con los más necesitados, es el encuentro con el mismísimo Cristo, que refleja su rostro en el de quienes tanto necesitan.
Festival virtual: la frontera canta, baila y cuenta, es una iniciativa del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS)-Venezuela, en alianza con JRS América Latina y el Caribe que se inscribe en el trabajo de acompañamiento, servicio y defensa que se lleva en la frontera desde hace más de dieciocho años. Esta experiencia está dirigida principalmente a las familias con niños, forzadas a permanecer en cuarentena en las comunidades de atención, de un lado y otro de la frontera.
Educar en cuarentena: mucho más que tareas, es una propuesta de un grupo de maestros y maestras del Colegio Fe y Alegría Monseñor Alí Lebrúm de Puerto Cabello. Ellos crearon unos “habladores” con mensajes motivadores para sus alumnos. Echaban de menos la interacción diaria en la escuela, y sintieron que también a los niños les hacía falta compartir con sus amigos y con su maestra. Se tomaron fotos con los “habladores” y las enviaron por WhatsApp a sus estudiantes. “Esas fotos reflejan que no los hemos olvidado”, afirma una de las maestras. Nunca pensaron que esta iniciativa iba a causar tal impacto, ni que los niños se emocionarían tanto cuando vieran las fotos. La iniciativa se viralizó. Fue tan positiva que otras escuelas la replicaron. El aprendizaje que les ha dejado esta experiencia es que lo humano debe prevalecer ante lo académico.
La Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) en el contexto de emergencia y conscientes de que la familia es un espacio privilegiado para fortalecer la vida, ha desarrollado varias iniciativas bajo el lema #AvecEsVidaEnAbundancia, entre ellas: La palabra de Dios nos encuentra y Encontrarte. Estas consisten en la creación y promoción de materiales psico-educativos que ayudan a las familias a crecer en momentos difíciles. Desde finales de la cuaresma, domingo a domingo, se comparten los contenidos para favorecer el encuentro entre la familia y la oración.
Acompañando y nutriendo la esperanza es un proyecto impulsado por el Grupo Social Cesap. Como respuesta a la situación de emergencia humanitaria palpada en las comunidades donde lleva adelante su trabajo, esta institución decidió constituirse también en un actor humanitario creando 74 comedores en diecisiete estados del país, llegando a más de 13 mil beneficiarios, gracias a la colaboración de cientos de voluntarios.
Retos de la organización comunitaria en tiempos de cuarentena, es el nombre que le ha dado la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) a una de sus iniciativas en tiempos de cuarentena, la cual ha permitido el trabajo conjunto del Centro de Clínicas Jurídicas, la Dirección de Proyección y Relaciones Comunitarias y el Voluntariado. Juntos emprendieron el proyecto Una escuela libre de violencia, un espacio para disertar e intercambiar conceptos, apreciaciones e impresiones sobre la violencia escolar, sus consecuencias jurídicas y el impacto sobre la población infantil y juvenil, a través de la plataforma Facebook, con la comunidad educativa de una escuela de Fe y Alegría. La idea es desarrollar protocolos de intervención que posibiliten una mejor convivencia y manejo del estrés y angustia por pasar tiempos prolongados en casa. Se trata de educar en positivo, acompañando a los padres, dando herramientas para guiar a sus hijos, previendo situaciones de violencia.
Cruz de mayo, cruz mayo…
El cierre de la jornada fue amenizado con la pieza musical “Despierta Venezuela”, una composición de Luis Guillermo Rangel, como regalo para los participantes. Además, del ya acostumbrado momento para recitar el velorio a la Cruz de Mayo, preparado por la profesora Luisa Pernalete, en compañía de su cuatro. Y así, al son de los versos, dimos por finalizado otro año de encuentro.
Coro:
Mira Cruz de Mayo/ mira para acá/ danos una mano/ para hacer la paz/
Córrela, córrela córrela, córrela pa’llá/ Vente Cruz de Mayo para hacer la paz
I
Este año el encuentro/ no fue presencial/ y nos reunimos/ en modo virtual
II
Monseñor Azuaje/ dio su bendición/ nos trajo un saludo/ en esta ocasión
III
Aunque no es diciembre/ el Ángel Gabriel/ vino acompañando/ al padre Manuel
IV
La RASI promueve la fraternidad / y de complemento/ solidaridad
V
Mira Cruz de Mayo/ un deseo te cuento/ que todos tengamos/ Cultura de encuentro
VI
Escuela a distancia/ no es solo tareas/ hubo aquí experiencias/ para que lo creas
VII
Oye Cruz de Mayo/ pido este favor/ que los gobernantes/ oigan el clamor
VIII
Fíjense el Encuentro/ con mucha alegría/ se puede hacer paz/ con tecnología
Luis Carlos y Naky/ súper buena gente/ pudieron venir/ siempre consecuentes
IX
Que esta cuarentena/ no nos paralice/ que abramos los ojos/ y nos humanice
*Comunicadora Social. Magíster en Gestión Proyectos de Desarrollo. Miembro del Consejo de redacción de la revista SIC. Colaboradora en la organización del Encuentro Constructores de Paz desde 2017.
Fuente: Revista SIC 827
