Por primera vez en la historia moderna del Vaticano, una mujer asumirá un cargo de alta responsabilidad en el corazón administrativo de la Santa Sede. Raffaella Petrini, una religiosa franciscana italiana, será la sucesora del actual gobernador de la Ciudad del Vaticano, Fernando Vérgez, quien deberá dejar el puesto al cumplir 80 años el próximo 1 de marzo. Así lo confirmó el papa Francisco en una entrevista televisiva con el programa italiano “Che tempo che fa”, donde destacó su confianza en las capacidades de liderazgo de las mujeres.
Petrini, de 56 años, se convertirá en la máxima autoridad administrativa del pequeño estado pontificio, que cuenta con apenas 600 habitantes. Su nuevo rol será comparable al de una alcaldesa, encargándose de la gestión diaria y administrativa del enclave más pequeño y simbólico del mundo. Este nombramiento representa un paso significativo dentro de los esfuerzos del papa Francisco por promover la participación de las mujeres en los altos mandos de la Iglesia Católica.
Una trayectoria marcada por preparación y compromiso
Sor Raffaella Petrini no es una figura improvisada dentro del organigrama vaticano. Licenciada en Ciencias Políticas y profesora universitaria, ha demostrado a lo largo de los años su capacidad para combinar preparación académica con una vocación religiosa profunda. Desde 2021, ha ejercido como secretaria de Gobernación, trabajando codo a codo con el cardenal Vérgez en la administración de la Ciudad del Vaticano.
Además, Petrini es miembro del Dicasterio para los Obispos y forma parte de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, lo que subraya su experiencia en asuntos estratégicos y administrativos dentro de la estructura eclesiástica. Su ascenso no solo es un reconocimiento a su dedicación, sino también una señal clara de los cambios que Francisco está impulsando en cuanto a la inclusión de las mujeres en roles tradicionalmente reservados a hombres.
“Las mujeres saben gestionar mejor que nosotros”
En su entrevista televisiva, el papa Francisco no escatimó elogios hacia las mujeres que actualmente desempeñan funciones clave en el Vaticano. “El trabajo de las mujeres en las Curias es algo que ha ido poco a poco y se ha entendido bien. Ahora tenemos muchas”, afirmó el pontífice. Además, añadió con franqueza: “Las mujeres saben gestionar mejor que nosotros”. Estas declaraciones no solo reflejan su visión progresista, sino también su voluntad de romper con estructuras rígidas que han predominado durante siglos.
Desde el inicio de su pontificado en 2013, Francisco ha abogado por un papel más relevante de las mujeres dentro de la Iglesia. Su decisión de nombrar a Petrini como gobernadora refuerza esta línea de acción y envía un mensaje poderoso sobre la importancia del talento femenino en la gestión eclesiástica.
Un desafío histórico
El nuevo cargo que asumirá Raffaella Petrini no estará exento de desafíos. La gobernación del Vaticano implica manejar una serie de responsabilidades administrativas complejas, desde la seguridad y el mantenimiento de los edificios históricos hasta la gestión financiera y logística de un estado único en el mundo. Sin embargo, quienes han trabajado con ella aseguran que su carácter metódico y su capacidad para liderar equipos serán claves para afrontar esta etapa con éxito.
El nombramiento de Petrini también tiene un fuerte componente simbólico. En un entorno donde las mujeres han estado históricamente relegadas a roles secundarios, su ascenso representa un cambio profundo y necesario. Aunque aún queda mucho camino por recorrer en términos de igualdad dentro de la Iglesia Católica, este paso es sin duda un hito que marcará un antes y un después.
El futuro del Vaticano bajo una nueva mirada
Con este nombramiento, el papa Francisco no solo reafirma su compromiso con una Iglesia más inclusiva, sino que también apunta hacia un modelo de liderazgo basado en el mérito y la preparación, independientemente del género. La llegada de Raffaella Petrini al frente de la gobernación del Vaticano será observada con atención tanto dentro como fuera del ámbito eclesiástico, ya que podría abrir puertas para más mujeres en puestos clave.
En un momento en el que la Iglesia enfrenta desafíos globales y busca acercarse a las nuevas generaciones, figuras como Petrini representan una bocanada de aire fresco. Su nombramiento es más que un cambio administrativo; es un símbolo de esperanza y renovación para una institución milenaria que sigue adaptándose a los tiempos modernos.
Fuente original: Vaticans News
