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¿Qué pasa con el dolar?

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Se amplía la brecha entre la tasa de cambio oficial y el dólar paralelo. En lo que va
de octubre, el precio oficial del dólar que reporta el BCV ha aumentado más de 5
%, la depreciación más alta del año. Sin embargo, la tasa de cambio oficial está
cada vez más por debajo del precio que reconoce el mercado paralelo. Al
momento de hacer este análisis, la tasa de cambio oficial era de 39 Bs/$, mientras
que el dólar paralelo se cotizaba en 48 Bs/$, una brecha de Bs 9 que tiende al
25%. Cuando se abre demasiado la brecha entre la tasa de cambio oficial y el
dólar paralelo, se hace insostenible el anclaje cambiario.

¿Qué es lo que explica la brusca depreciación del bolívar?

Cada vez que el gobierno paga a proveedores y contratistas en bolívares, estos
proceden a proteger el poder de compra de esos bolívares comprando dólares, lo
cual presiona al alza la tasa cambio. Como suele ocurrir en el último trimestre del
año, ministerios, gobernaciones, alcaldías y otros entes públicos han comenzado a
cancelar deudas pendientes a proveedores y contratistas. Para protegerse de la
inflación y la depreciación, estos pagos en bolívares inmediatamente buscan
refugio en el dólar. En consecuencia, aumenta la demanda de divisas que -al no
ser satisfecha en el mercado interbancario-, se traslada al mercado paralelo y por
eso sube el precio no oficial de la divisa.

La creciente brecha entre ambos precios del dólar indica que hay escasez de
divisas en el mercado cambiario. El dólar más caro es el que no se consigue.
Cuando muchos bolívares intentan comprar pocos dólares, la tasa de cambio
paralela se dispara y al gobierno se le hace cada vez más difícil seguir frenando el
precio oficial de la divisa. Llega un momento en el que Pdvsa y el fisco pierden
muchos bolívares al vender los petrodólares a una tasa de cambio muy baja y el
BCV se ve obligado a corregir el rezago cambiario, aumentando el tipo de cambio
oficial.

La producción de petróleo venezolano sigue estancada por debajo de los 900
MBDP y, con la suspensión de la licencia que le permitía a Pdvsa vender petróleo
en el mercado estadounidense a precios de mercado, la guerra de precios entre
los petróleos sancionados significa que a Venezuela entran menos dólares que
son buscados por una creciente cantidad de bolívares. Actualmente, el petróleo
ruso se está vendiendo con grandes descuentos en los mercados asiáticos,
compite en precios con el petróleo venezolano y Pdvsa tiene que ofrecer
descuentos de hasta 40 % para que lo compren.

A pesar de que al país ya no entra el abundante caudal de petrodólares del
pasado, el gobierno sigue empeñado en frenar el precio de la divisa para abaratar
las importaciones y controlar la inflación. Pero eso es insostenible. La inyección
semanal del BCV al mercado interbancario oscila entre $ 80-100 millones, y la ha
tenido que incrementar a $ 180 millones para calmar las expectativas. Ante el
probable escenario de nuevas sanciones a partir del 10 de enero, se teme que
Pdvsa no podrá levantar la producción propia de petróleo y habrá una mayor
escasez de divisas e ingresos fiscales de origen petrolero. Como el bolívar pierde
valor, crece la demanda de dólares para proteger el poder de compra de los pagos
en bolívares. Pero si el BCV no cubre tal demanda, esta se dirige hacia el
mercado paralelo, por eso sube su precio y la brecha cambiaria aumenta.
La conjunción de estos factores crea un ambiente de incertidumbre que rompe la
calma en el mercado cambiario. Esto es lo que ha venido ocurriendo y si la
producción y el ingreso petrolero no aumentan en el corto plazo para abastecer el
mercado de divisas, es previsible que la brecha cambiaria se seguirá
ensanchando.

La política monetaria restrictiva frena la evolución normal de la tasa de cambio

Las actuales políticas cambiarias y monetarias están signadas por medidas
parciales, incompletas y contradictorias, su efecto se agota muy pronto y a la larga
resultan insuficientes para garantizar la estabilidad cambiaria y de precios.
El BCV con una mano da y con la otra quita. Por un lado, emite dinero para cubrir
el déficit de Pdvsa, y por otro lado intenta drenar el exceso de liquidez a través de
un elevado encaje legal que restringe el crédito a la producción y reduce la
demanda de divisas. Si se sincerara el precio del dólar y Pdvsa pudiera vender su
ingreso en divisas a una tasa de cambio más realista y sincera, recibiría muchos
más bolívares por cada petrodólar y así no se tendría que endeudar con el BCV
para pagar la nómina y cubrir el gasto doméstico en bolívares.
A todas estas, la demanda de los especuladores cambiarios se mantiene. Estos
aprovechan los meses en los que la tasa de cambio se rezaga para comprar
dólares a menor precio y revenderlos más caros cuando el anclaje cambiario se
hace insostenible y el precio del dólar se desboca.

¿Cuál es el verdadero precio del dólar?

Cuando la depreciación es menor que la inflación, el precio del dólar se rezaga en
comparación con los demás precios. En lo que va de año el encarecimiento del dólar oficial gira en torno al 10%, mientras que la inflación acumulada hasta
septiembre gira en torno al 30% y triplica la depreciación. Así, el dólar se abarata
en comparación con las demás mercancías y esto estimula una demanda artificial.
El anclaje cambiario se traduce en un menor precio del dólar en comparación con
el nivel que alcanzan los demás precios, pero el BCV insiste en vender las
escasas divisas a un precio que no refleja la inflación promedio. Cuando el BCV
finalmente sincera y ajusta la tasa de cambio oficial, ya se han quemado miles de
millones de dólares de las reservas internacionales, cuestión que deja al bolívar
sin respaldo y mucho más debilitado.

La creciente brecha cambiaria le está indicando al gobierno que la tasa de cambio
oficial no es el verdadero precio del dólar. Los agentes económicos saben que es
insostenible y por eso se anticipan a hacer el ajuste en el mercado paralelo. Si el
BCV corrige el rezago cambiario, reconoce la inflación no registrada en la
evolución de la tasa de cambio oficial, y sincroniza el encarecimiento de la divisa
con el encarecimiento de los demás precios, el tipo de cambio oficial debería estar
en 120 Bs/$. Este ajuste lo está forzando la dinámica del mercado paralelo, toda
vez que en la última semana el tipo de cambio oficial subió a 39 Bs/$ y el paralelo
llegó 48 Bs/$.

De seguir esta tendencia, la encuesta de FocusEconomics estima
que la tasa de cambio no oficial podría cerrar 2024 en torno a los 54,49 Bs/$.
Sincerar el precio del dólar dará un impulso a la transformación estructural de la
economía venezolana. Abandonar el anclaje cambiario y permitir que la evolución
del precio oficial del dólar se sincronice con el ritmo de los demás precios, ayudará
a lograr una tasa de cambio que respalde la competitividad real del aparato
productivo nacional, impulsando así la transformación de la economía rentista e
importadora en una nueva economía productiva y exportadora.

@victoralvarezr

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