Por Eduardo Matute A. | @edmatute.
Hay variadas formas de crear y gestionar empresas. Algunas veces nos confundimos creyendo que sólo hay una forma de tener una empresa. El régimen madurista nos quiere convencer que la única forma empresarial es una mezcla que reúne a militarismo con crimen organizado. Otros argumentan que la única manera es una empresa con un solo dueño y empleados. Sin embargo, el mundo y la sociedad tienen un entramado de relaciones. Desde aquí apostamos por la construcción de empresas solidarias. Exponemos algunos aspectos básicos por los cuales consideramos a un emprendimiento como “solidario”:
1. La definimos como una empresa Procomún, es decir, que busca que ninguna persona tenga un control exclusivo sobre la disposición, el uso y disfrute de los recursos que la empresa produce. En niveles distintos, de acuerdo con sus responsabilidades cada colaborador de la empresa debe ejercer control sobre las decisiones de la empresa común. Este control debe lograrse institucionalmente, con estructuras y acuerdos formales acordados por los participantes, colaboradores o asociados. Una estructura democrática -bien en el ámbito político, o en el económico- se basa en acuerdos, estructuras e instituciones formales.
2. Una empresa que apuesta por la equidad entre sus participantes. No es igualdad, ni reparto de pobrezas. Es entender que debe existir un equilibrio entre el ingreso de cada participante, en relación con sus conocimientos, sus destrezas, su compromiso y sus obligaciones familiares. Es una tensión permanente con el entorno laboral de otros tipos de empresas.
3. Una empresa cuyo objetivo central no es el lucro, pero sí la sostenibilidad. El lucro es la obtención de utilidad de una inversión, como eje rector del desarrollo de una empresa, aún en desmedro de los ingresos de los otros participantes, o de la calidad del servicio o del producto. Para una empresa solidaria, la prioridad es la sostenibilidad, que la empresa pueda permanecer y desarrollarse, aún en ambientes negativos u hostiles, sin menoscabar su calidad o eficiencia, ni las condiciones dignas de los trabajadores.
4. Para una empresa solidaria, la competencia con otras empresas es bienvenida. Se compite porque el servicio o el producto que se ofrece puede mejorar, porque otros lo pueden hacer. Porque la eficiencia que hay que lograr es estimulada por una libre competencia, con acuerdos claros y transparentes, tanto con el Estado como con los otros competidores.
5. La empresa solidaria trabaja en red, con esquemas fundamentalmente horizontales, buscando sinergias con otras empresas -si son solidarias, mejor-, promocionando y generando equipos multidisciplinares.
6. La empresa solidaria invierte en la mejora tecnológica y profesional de sus participantes. El reconocimiento formal a los aprendizajes colectivos, al esfuerzo común por la mejora de las capacidades de sus integrantes, como parte de su capacidad de ser sustentable.
7. Una empresa solidaria se desarrolla y arraiga en un territorio concreto, en donde ella y sus asociados o colaboradores tienen un compromiso con su desarrollo humano, económico y ambiental.
8. La sostenibilidad del medio ambiente, es un compromiso de la empresa solidaria y sus integrantes. Reciclaje, reúso, disposición ordenada de desechos, propensión al uso de energías limpias, participación en campañas y estímulo a la producción amigable con el ambiente.
9. La empresa solidaria mantiene un compromiso de contribuir con el desarrollo de una sociedad más inclusiva, con mayor equidad y preocupada por el bienestar de todos.
Estos rasgos generales pueden darse en empresas con fórmulas jurídicas distintas: Empresas del Estado con cogestión laboral, empresas de capital, las cooperativas y otras fórmulas asociativas. La experiencia demuestra que este otro tipo de empresa es sostenible, ecoamigable y democrática.