Por Noel Álvarez
Las diversas corrientes de la oposición venezolana se debaten actualmente entre dos alternativas para escoger el candidato presidencial que enfrentará al representante del oficialismo en las futuras elecciones presidenciales. Los lapsos para esta escogencia se encogerán o alargarán dependiendo de la fecha de realización de los futuros comicios. Debido a la indefensión jurídica en que los venezolanos nos encontramos, estas elecciones podrían celebrarse, desde mañana hasta, en el dos mil nunca, sin que a los mandones de turno les quite el sueño, las protestas de la ciudadanía.
Una parte de los dirigentes opositores se decanta por la escogencia del abanderado a través del consenso, para lo cual intentarán estirar los tiempos hasta que no haya margen para una opción alternativa. En la acera de enfrente, se encuentra un grupo de precandidatos y partidos políticos que proponen la celebración de unas elecciones primarias y para tal fin, han puesto sobre la mesa una serie de condiciones.
Desde mi punto de vista, el método para tomar decisiones en consenso, no requiere mayores explicaciones, por lo tanto, me concentraré en desmenuzar el método de las elecciones primarias, entendiendo que este mecanismo utilizado por los partidos políticos individualmente, en esta y otras ocasiones ha venido siendo utilizado por las diversas expresiones, a través de las cuales ha venido mutando la representación más visible de la oposición venezolana.
Las elecciones primarias son procedimientos internos utilizados por los partidos políticos para seleccionar a los candidatos que los representarán en un proceso electoral determinado. Es una elección en la cual los votantes bajo una jurisdicción seleccionan a los candidatos que un partido presentará en unas elecciones públicas posteriores. Las primarias son mecanismos más democráticos que el consenso para seleccionar los aspirantes a determinados cargos.
Según la Red de conocimientos electorales ACE, por sus siglas en inglés, existen tres modalidades básicas de elecciones primarias: por congreso o convención, de afiliados y abiertas. La elección por convención es un mecanismo interno muy común en el que la elección se lleva a cabo en una reunión partidista, a menudo llamada congreso o convención. Algunos partidos permiten que todos sus afiliados participen y voten en la reunión, mientras que otros limitan la presencia a delegados de ciertas estructuras o subunidades del partido. En algunas ocasiones la votación en las convenciones partidistas se realiza por aclamación o por otros métodos que no garantizan la confidencialidad del voto, lo que puede vulnerar el proceso democrático.
A las elecciones en las que solo participan los afiliados o militantes del partido suele llamárseles también primarias “cerradas”, toda vez que no permiten la participación de quien no pertenezca al partido. Entre las ventajas de este sistema se puede mencionar que es más abierto y transparente que el de las primarias por convención, además de brindar capacidad de decisión a los afiliados ordinarios y los involucra más en los asuntos partidistas. Limita el predominio de las élites partidistas.
Una desventaja de las primarias cerradas es que, la decisión la toman solo quienes están formalmente afiliados a un partido político y no sus simpatizantes reales o potenciales que podrían ayudar al partido a tomar una mejor decisión sobre los candidatos más apropiados para una elección. En climas políticos volátiles o polarizados con potenciales riesgos de violencia, es posible que los electores no quieran evidenciar públicamente su preferencia partidista acudiendo a unas primarias cerradas.
Las primarias abiertas son aquellas en las que todos los electores registrados de una determinada jurisdicción electoral pueden tomar parte en la elección, independientemente de que sean o no afiliados o simpatizantes de un partido. La ventaja de este sistema es que los partidos políticos no necesitan un registro de afiliados completo o actualizado y los electores no tienen que declarar su afiliación.
Las primarias abiertas tienen algunas desventajas, por ejemplo, sustraen a los partidos políticos una de sus principales funciones: actuar como reclutadores de sus candidatos; debido a que en las primarias se registra menor participación que en las elecciones generales, existe un riesgo claro de que el resultado no refleje la opinión de la mayoría de los electores que tomarán parte en las elecciones generales. Como consecuencia de que, los miembros o simpatizantes de otros partidos pueden participar en las elecciones abiertas, es posible que traten de influir negativamente para que obtenga la candidatura alguien con menos posibilidades de ganar en la elección general y favorecer de esa forma al candidato del partido de su preferencia.
Quienes simpatizan con el proceso de elecciones primarias suelen esgrimir los siguientes argumentos:
A) Estas ayudan a los partidos políticos a seleccionar a los candidatos con mayores probabilidades de ganar una elección, mediante una consulta a un gran número de electores.
B) Promueven un proceso democrático antes de que se lleven a cabo las elecciones generales.
C)Confieren a los candidatos un claro mandato y legitimidad toda vez que la decisión ha sido tomada por los afiliados al partido y no solo por sus dirigentes.
D) Confieren una gran capacidad de decisión a los afiliados ordinarios y los involucran en la estrategia y decisiones clave del partido.
Por el contrario, quienes adversan el sistema de elecciones primarias, opinan así:
A) Este sistema no permite seleccionar a los candidatos con más probabilidades de ganar una elección porque solo una pequeña fracción de los afiliados del partido suelen participar en ellas.
B) Estratégicamente puede ser mejor elegir a aquellos candidatos que pueden convocar a simpatizantes de otros partidos y no solo a los del partido propio.
C) Estos procesos son costosos y restan recursos económicos a los partidos para enfrentar las campañas electorales generales.
D) Estos procesos dejan heridas internas que no favorecen un clima de negociación, consulta y compromiso de cara a enfrentar los desafíos externos.
Mi percepción, ya para concluir, algunos dirigentes opositores parecieran sentirse muy cómodos con su actual estatus y poco animados a que esa condición cambie, en consecuencia, podrían decantarse por el mecanismo de selección del candidato que menos alteraciones produzca en el panorama político venezolano, pero, otras corrientes que adversan al actual régimen de gobierno, atendiendo al clamor de cambio que expresa la ciudadanía, están empeñados en producir un tsunami electoral que desaloje de sus cargos a quienes detentan actualmente el poder. Confiemos en que Dios nos ilumine para escoger el método que mejor se ajuste a las aspiraciones de los venezolanos. Eso sí, no debemos soslayar que, y me permito alterar la frase, “Los americanos también juegan”.